"Si no nos entregan las armas, se las quitamos nosotros". Esta es la advertencia del Gobierno a ETA cada vez que las fuerzas de seguridad desmantelan algún depósito de la banda terrorista. Eso es exactamente lo que ha sucedido este miércoles en Francia en el marco de la denominada 'operación Descubrimiento' (bautizada así porque ha tenido lugar el 12 de octubre).
Agentes de la DGSI gala en colaboración con la Guardia Civil hallaron un arsenal "estratégico" de la organización -tal y como lo definió el Ministerio del Interior- en una zona boscosa al norte de París donde los etarras escondían armas cortas entre otros efectos.
Las autoridades francesas, en colaboración con la Guardia Civil, ya han realizado un primer inventario del arsenal y han establecido su origen: se trata de 145 armas cortas que fueron sustraídas en Vauvert en 2006 y dos armas largas, según han informado a EL ESPAÑOL fuentes de la lucha antiterrorista.
El material se encontraba repartido en varios bidones enterrados en dos agujeros en el suelo de una zona boscosa de difícil acceso en la localidad francesa de Carlepont, a unos 100 kilómetros al norte de París, en el Departamento de Oise. Tras el hallazgo, los agentes de la DGSI trasladaron todo el material a la capital francesa para analizarlo en profundidad.
Las armas cortas son pistolas o revólveres de la marca Smith and Weeson procedentes de un robo que se produjo en una fábrica en Vauvert en el año 2006, en pleno proceso de negociación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Los expertos en la lucha antiterrorista calculan que a la banda le quedaban todavía en torno a 250 de estas armas después de que las autoridades francesas cifraran en 350 las pistolas sustraídas.
El recuento de las armas encontradas ayer confirma que se trataba de un depósito "estratégico" tal y como lo definió el Ministerio del Interior que destacó la importancia de la operación. Actualmente las armas son la única baza que le queda a la organización criminal para tratar de forzar a los Gobiernos de España y Francia a una negociación.
Las fuentes consultadas informan de que, a pesar de su estado de debilidad, la organización criminal cuenta aún con estructuras clandestinas que se encuentran en posesión de armas y explosivos. Por ello, las mismas fuentes califican de "sobresaliente importancia" el resultado de la 'operación Descubrimiento'.
Los expertos antiterroristas aseguran que la organización criminal no ceja en su empeño de forzar a España y Francia a una negociación. Buscan un final dialogado a su actividad y una mesa en la que abordar lo que ellos llaman las “consecuencias del conflicto”, es decir, la situación de sus presos, el desarme y la retirada de las fuerzas de seguridad y el ejército del País Vasco y Navarra. Dentro de esa lógica de la banda y una vez decretado el fin de los atentados, la única baza de presión que le queda a ETA son sus armas. Ni siquiera controla ya lo que sucede en las prisiones tras las operaciones contra el entramado de abogados de la banda. La izquierda abertzale y movimientos disidentes como Amnistia Ta Askatasuna (ATA) intentan ahora ocupar ese espacio.
4.000 kilos de explosivo en dos años
Los años previos a la declaración del cese definitivo de los atentados estuvieron plagados de operaciones policiales contra el entramado logístico de la banda. Sólo entre los años 2009 y 2011 las fuerzas de seguridad se incautaron de 4.000 kilos de material para la fabricación de explosivos. El hallazgo este miércoles del último arsenal se une al golpe asestado en mayo del año pasado cuando fue desmantelada una casa una 'casa zulo' de Biarritz (Francia). Allí habían guardado 19 revólveres, siete pistolas, más de mil cartuchos de distintos modelos, 3,2 kilos de pentrita y temporizadores artesanales.
"Si no se disuelve por las buenas, se disolverá por las malas. Si en algún momento pensaba que iba a negociar con el Gobierno tomando como baza las armas y los explosivos que tenía que sepa que se la vamos a quitar", aseveró entonces el ministro Fernández Díaz.
Las fuerzas de seguridad calculan que ETA aún cuenta con armas en su poder, entre ellas, cerca de 250 pistolas y revólveres de la marca Smith and Wesson del botín que robaron en la localidad francesa de Vauvert en el año 2006 en pleno proceso de negociación con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. En aquel momento, las fuerzas de seguridad francesas cifraron en 350 las armas cortas sustraídas.
Pírrico desarme en 2014
En caso de que ETA tuviera voluntad real de entregar las armas, ya lo habría hecho, apuntan las mismas fuentes. No dudan de que la verdadera intención de los terroristas es tratar de sacar alguna rentabilidad política de la única medida de presión que les queda. Ponen como ejemplo la falsa entrega de armas de 2014. Entonces, los terroristas escenificaron un pírrico desarme con la presentación de un vídeo en el que se veía a varios etarras introduciendo armas en una caja de cartón ante dos miembros de la Comisión Internacional de Verificación que, según reconocieron posteriormente, ni siquiera se llevaron el material, sino que se lo quedaron los terroristas.
Las fuerzas de seguridad creen que con este nuevo desmantelamiento en Francia se frustra la intención de ETA de reeditar aquella estrategia, más propagandística que real. Recientemente, las fuerzas de seguridad creen que la banda planeó hacer una escenificación similar a la de 2014 para influir en las pasadas elecciones autonómicas vascas de septiembre.
Entre las dificultades que tiene ETA para hacer acopio de todo su material, se unen las operaciones policiales y en muchos casos la imposibilidad de saber dónde quedaron las armas que compañeros ya detenidos escondieron en zulos. En otros casos sí saben dónde están, pero temen que los escondites estén vigilados por las autoridades y no acuden a ellos para no ser detenidos.
En enero selló un lote de armas
En 2014, ETA anunció en un comunicado que estaba realizando una reestructuración interna que contemplaba el desmantelamiento de su entramado 'logístico-militar' y la creación de una nueva rama 'técnico-logística' a la que se le encargó "el sellado de sus depósitos de armas". El pasado 14 de abril la banda hizo público un documento a través del diario Gara en el que anunció que continuaba con el sellado e inventariado de armas y señaló que el pasado enero concluyó de "forma total" estas labores en torno a un lote de material. La banda, no obstante, no ofrecía más datos, ni hacía alusión a una posible entrega.
Este documento de doce folios se presentó como una comunicación interna ("Barne Komunikazio Orokorra" en euskara, idioma en el que está escrito el texto). Sobre el sellado de armas, iniciado en 2014, ETA afirmaba que no se ha interrumpido, pero sí se ha ralentizado "por cuestiones obvias". Los terroristas se referían así a los golpes policiales.
Aun así, insistían en que su objetivo es llevar ese inventariado y sellado a un nivel suficiente que le permita acometer nuevos pasos con el concurso de agentes vascos e internacionales. Según informó Gara', la banda criminal entiende que, en la resolución del conflicto, se debe avanzar en el conjunto de la agenda y en cada uno de sus puntos, sin que descarte para ello mantener contacto, "de forma directa o indirecta", con los gobiernos. Desde este miércoles cuentan con un arsenal menos para lograr ese objetivo.