El presidente de honor del Partido Popular ha reaparecido. José María Aznar ha ofrecido el discurso inaugural del II Máster del Instituto Atlántico de Gobierno que preside y ha optado por no hacer ningún análisis sobre la situación de ingobernabilidad que atraviesa España. El expresidente del Gobierno solo ha hecho hincapié en una idea: "Quienes aman la verdad deben aprender a tener paciencia y confiar en los efectos del tiempo, pero no porque el tiempo dé o quite razones; no porque ponga a cada uno en su sitio y no porque el paso del tiempo sea la mejor voz, sino porque lleva algún tiempo poner a cada uno en su sitio y lleva algún tiempo dar y quitar razones".
Es la primera vez que Aznar habla en público tras firmar el divorcio entre Faes -la fundación que preside- y el Partido Popular. En una de las semanas más cruciales para el gobierno de Mariano Rajoy, su mentor ha preferido levantar -de momento- el hacha de guerra y ha declinado exponer qué piensa sobre la crisis política que vive el país.
Acompañado de Manuel Pizarro, que dijo de Aznar que era "una de esas personas ejemplares para hacer crecer un proyecto"; y de su mujer, Ana Botella, el exlíder del PP lanzó ayer lunes un mensaje a través de una editorial en la revista de Faes. En esas líneas, advertía de que la formación de un gobierno "por descarte" no es suficiente para que España aborde las reformas que necesita. También apuntó que "la ausencia de un proyecto político compartido" impedirá que haya "un cambio significativo" en el país.
En la editorial, Aznar considera que España se encuentra en un "campo embarrado" y para salir de él no solo se necesita "la fuerza motriz" de un nuevo gobierno, sino que la sociedad debe "reengancharse" también a su gobierno y a las instituciones. "Por sí sola, una mayoría parlamentaria, en ausencia de un proyecto político compartido por el conjunto de la sociedad española y en el conjunto del territorio no podrá asegurar un cambio significativo en la situación de fondo".