Del perfil técnico de Pedro Morenés a la actitud dialogante de María Dolores de Cospedal. La secretaria general del Partido Popular sonaba como una de las 'ministrables' en el nuevo Ejecutivo anunciado por Mariano Rajoy, pero pocos apostaban a que su nombre quedaría vinculado con Defensa. Su nombramiento no ha causado excesiva sorpresa entre los estamentos castrenses -"La cartera pocas veces ha estado ocupada por nadie con una trayectoria relacionada con lo militar", sostienen fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-, si bien Cospedal tendrá que hacer frente a algunos de retos de envergadura que afectan tanto a la estructura de las Fuerzas Armadas como al papel que juega España en el escenario de seguridad internacional.
La situación de un Gobierno en funciones que se ha prolongado durante diez meses ha obligado a emplazar varias decisiones que ocuparán los primeros asuntos de Cospedal como ministra de Defensa: por un lado, los nombramientos de altos cargos dentro del Ejército que deben ir refrendados por el Gobierno; por otro, las modificaciones de envergadura relacionadas con las misiones internacionales que tienen que pasar por el Congreso de los Diputados.
Desde la Coalición Internacional contra el Daesh se ha solicitado a España una mayor presencia en Irak, donde unos 300 efectivos de las Fuerzas Armadas participan en labores de adiestramiento y asesoramiento en la lucha contra el Estado Islámico. La respuesta de Pedro Morenés y del Ministerio de Defensa en los últimos meses ha sido la misma: el Ejército ha alcanzado su máximo de capacidad operativa en territorio iraquí que en su día fue refrendado por la Cámara. Para ampliarlo, hace falta el respaldo de los Diputados. Esta situación ilustra las necesidades que se pueden requerir en otros escenarios internacionales y que no han podido abordarse en profundidad, a las que ahora tendrá que enfrentarse Cospedal.
¿Qué supone pasar de Morenés a Cospedal?
María Dolores de Cospedal no se va a encontrar con voces especialmente críticas en el ámbito castrense, donde se daba casi por hecho que Pedro Morenés no seguiría al frente de Defensa. La gestión del ahora exministro no ha estado marcada por ningún escándalo de corrupción notorio, pero la sensación que imperaba es que no renovaría su cargo. El argumento principal se basaba en su edad -ha cumplido 68 años en septiembre y, en caso de integrarse en una nueva legislatura, lo haría hasta los 72 años-, circunstancia que quizá no le facilitara los continuos viajes a escenarios como Mali, Irak o República Centroafricana, entre otros.
A partir de ahí, cualquier nombre era posible. "El de Cospedal no sorprende más o menos que cualquier otro para llevar cartera", comentan fuentes militares. Tampoco supone ningún impedimento que su trayectoria haya estado completamente desligada a las Fuerzas Armadas: "Pocos lo han estado -añaden las mismas fuentes-, lo que necesita es escuchar los consejos de las personas cualificadas con las que se va a encontrar".
Los consejos a Cospedal desde el Ejército
Esa recomendación es la misma que acuña Leopoldo Muñoz, coronel retirado y presidente de la Asociación de Militares Españoles (AME): "Si se deja guiar en los criterios profesionales de los Jefes del Estado Mayor de la Defensa le irá bien", advierte el coronel Muñoz. Según advierte, no se puede hacer ninguna valoración sobre Cospedal "hasta que veamos cómo funciona".
El presidente de la AME señala a los presupuestos de Defensa como una de las piedras angulares del que debería ser el proyecto de la nueva ministra de Defensa: "Lo que tiene que hacer es cumplir con el compromiso de España en la cumbre de Gales -en referencia al encuentro que la OTAN celebró en septiembre de 2014-. Se comprometieron a destinar el 2% del PIB a Defensa". Con ello, explica el coronel Muñoz, "se pondría fin a muchos de los problemas de material y logística" con los que se encuentran las Fuerzas Armadas, tanto en territorio nacional como en las misiones en el exterior.
Los problemas de Tropa y Marinería
El subteniente Jorge Bravo, secretario general de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), destaca la "ctitud dialogante" que ha caracterizado a María Dolores de Cospedal a lo largo de su trayectoria política frente al "perfil técnico" de Pedro Morenés, "especialmente en temas de la industria armamentística".
Para Bravo, el principal reto que debe afrontar la nueva ministra de Defensa afecta a la estructura de las Fuerzas Armadas. En concreto, señala a "los problemas que afectan a Tropa y a Marinería": "El sistema de contratos obliga a muchos soldados a abandonar las Fuerzas Armadas cuando cumplen 45 años -explica-. Eso supone un doble problema: primero, para gestionar las pensiones de todos esos efectivos, y después, para los propios soldados, que se encuentran con esa edad sin saber qué hacer con su vida y sin que se les ofrezcan opciones de reinsertarse en el mercado laboral".
El secretario general de la AUME pide a Cospedal, además, que mida "las capacidades de los miembros de las Fuerzas Armadas": "Es positivo participar en misiones internacionales y más aún de la mano de nuestros socios, pero es importante medir los esfuerzos en las operaciones que ahora hay desplegadas".
La segunda mujer al frente de Defensa
María Dolores de Cospedal tomará el relevo al frente de Defensa este viernes a mediodía. Será la segunda mujer en el cargo tras la socialista Carme Chacón, ministra en esta cartera con José Luis Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2011. Una de las principales decisiones que tendrá que abordar será la ampliación de la presencia española en Turquía, en el marco de una operación de un escudo antimisiles que caduca en diciembre de este año.
El avance del yihadismo en Oriente Medio y África subsahariana supone uno de los principales problemas para la seguridad española y que marcará en buena medida la agenda de la nueva ministra. En respuesta a estas amenazas, la Unión Europea ya ha dado algunos pasos en materia de una política común de Defensa, a los que Cospedal tendrá que responder en el marco de las Fuerzas Armadas.
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