El presidente valenciano y secretario de los socialistas en esta comunidad, Ximo Puig, no se siente debilitado tras los resultados de las primarias del partido en las que su apuesta, Susana Díaz, se ha estrellado en esta región. La opción que Puig ha defendido e impulsado (no hay que olvidar que el líder valenciano fue uno de los que forzó la caída de Pedro Sánchez) como “la mejor garantía para los valencianos” no sólo no ha obtenido el respaldo de la militancia en su propio feudo, sino que ha arrojado peores resultados de los que se esperaba.

Pedro Sánchez se ha hecho con el 63% de los votos valencianos frente a solo un 28,2% que ha obtenido Susana Díaz. La participación de la militancia ha sido superior al 84%. El propio Puig ha reconocido este lunes que la diferencia “ha sido mayor de la esperada”. La militancia valenciana no ha seguido de forma mayoritaria la directriz de quien es su líder en la Comunidad Valenciana y los resultados dejan tocado el liderazgo de Puig, que deberá medirse dentro de unos meses.

Para el presidente valenciano, la victoria de Sánchez es “inapelable” y ello le ha hecho admitir que existe una “ola de insatisfacción” de la militancia “a la que hay que atender”. “Yo tenía una preferencia, que no ha sido la preferencia de la militancia, que es lo fundamental. Ellos han decidido (…) Pedro Sánchez es mi secretario general y vamos a trabajar desde la lealtad”, ha dicho.

A pesar del varapalo, al presidente valenciano no le parece que salga debilitado de este proceso. Así lo ha dicho este lunes a preguntas de los medios. Sí ha hablado de “errores cometidos” y de hacer “autocrítica”. Los resultados han dejado más que claro que la militancia, por lo pronto, no tiene la misma concepción sobre quién es el mejor para liderar al socialismo español y que Puig no ha sabido convencerles.

La apuesta de Ximo Puig por Susana Díaz ya le había dado más de un dolor de cabeza. La defensa de la andaluza por el corredor ferroviario central frente al mediterráneo (una línea estratégica del gobierno del Botánico) y el menosprecio a sus socios de gobierno al denominar “izquierda inútil” a Compromís y Podemos, son unos de los ejemplos más sonados. Pese a todo, el presidente valenciano se subió el pasado jueves al escenario junto a Díaz en uno de sus últimos actos de campaña y pidió a la militancia que la respaldara porque era “la mejor garantía” para los valencianos. No le han hecho caso.

En frente se ha situado como ganador el secretario general de PSPV en la provincia de Valencia, diputado nacional y coordinador de la campaña de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos. Está por ver si este divorcio se concreta en una candidatura alternativa a Puig en el congreso del PSPV. Recientemente, Ábalos manifestó en una entrevista al diario Levante-EMV que su apuesta por Sánchez no significaba cuestionar a Ximo Puig.



“LEALTAD DE IDA Y VUELTA”





Al desgaste de su liderazgo (que él descarta) se une un futuro más que opaco en las relaciones con el recién elegido secretario general. No es ningún secreto que existe una mala (nula) relación de Puig con Sánchez y viceversa. Este lunes, el valenciano ha tendido la mano para restablecer puentes en la nueva etapa, pero ha apuntado que la lealtad debe ser “de ida y vuelta”.  “Pedro Sánchez es mi secretario general y vamos a trabajar desde la lealtad”, ha indicado. Queda por delante un titánico esfuerzo para reestablecer los lazos rotos.

UN LÍDER MÁS CRÍTICO EN PODEMOS





A la derrota de Susana Díaz se une este lunes el cambio en el liderazgo de la formación de Pablo Iglesias en la Comunidad Valenciana. El vistalegre valenciano ha optado por elegir como secretario general a la opción que se ha mostrado más crítica con el gobierno de Ximo Puig hasta el punto de afirmar que no tiene legitimidad para liderar el cambio.

El diputado autonómico Antonio Estañ ha sido elegido nuevo secretario general de Podemos en la Comunidad Valenciana. Estañ se ha impuesto a Pilar Lima (la apuesta de Iglesias) y a Fabiola Meco, que representaba la continuidad con la línea del hasta hoy líder de la formación morada valenciana, Antonio Montiel. La corriente ganadora es la que se ha mostrado más crítica con el rumbo de la formación morada y su apoyo al denominado gobierno del Botánico. Este lunes, Puig ha aprovechado para pedir al nuevo secretario general de Podemos “que dé la mayor estabilidad posible al gobierno”.

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