Los expertos antiterroristas de la Guardia Civil, encargados del estudio de los móviles de la célula yihadista de Ripoll, han puesto su foco sobre medio centenar de números de teléfono que consideran relevantes para la investigación. Las fuentes antiterroristas consultadas por EL ESPAÑOL indican que la mayoría de estos teléfonos son de España, pero también hay numeraciones de otros países. Las pesquisas de los investigadores se extienden al menos a Francia, Marruecos, Bélgica y Suiza.
Esta semana ha comenzado el volcado del contenido de los teléfonos móviles incautados en los registros policiales tras los atentados. Los investigadores esperan recabar numerosa información que permita reconstruir la preparación de los atentados, información sobre posibles objetivos, relaciones con personas aún no identificadas e incluso desentrañar las sospechas sobre las conexiones internacionales de la red y si contaban con algún dinamizador.
Los investigadores analizan tanto las llamadas y el posicionamiento de los terminales en los días previos a los atentados como el uso de las redes sociales y los distintos mensajes que se cruzaron tanto los miembros de la célula, como otros posibles colaboradores dentro y fuera de España.
Volcado de los teléfonos
Con ese objetivo y siempre bajo autorización judicial, se van a revisar las listas de contactos, las conversaciones privadas y las galerías de fotos de los aparatos electrónicos. Pero además, de los terminales de los principales implicados, la Guardia Civil ya ha seleccionado ese medio centenar de números de teléfono sobre los que se van a iniciar pesquisas paralelas con el fin de determinar el círculo que rodeaba a los terroristas.
En el marco de la investigación ha cobrado fuerza la hipótesis de que la célula de Ripoll contase con uno o varios referentes que les instruyesen en el modo de atentar o el manejo del explosivo TATP. Fuentes consultadas apuntan a que el imán, Abdelbaki Es Satty, podría haber sido clave en la radicalización del grupo de veinteañeros, pero sospechan que no fue suya la orden de atentar. Como ya informó este periódico, se investigan al menos seis viajes de miembros del grupo a cuatro países, algunos de ellos los días previos a los ataques.
Se busca que el estudio de los teléfonos móviles también contribuya a reconstruir algunas de las lagunas que todavía quedan por esclarecer sobre las más de 24 horas que separan la explosión accidental de la casa de Alcanar (a las 23.30 del miércoles 16) y el atentado de Cambrils (la madrugada del jueves al viernes siguiente). Entre medias de ambos se produjo el atropello masivo en la Rambla de Barcelona.
Entre estas incógnitas, falta determinar los roles que jugaron cada uno de los señalados por los Mossos d’ Esquadra una vez que la explosión de la base logística aceleró sus planes criminales. Cómo se organizaron, por qué la Rambla y Cambrils, por qué Abouyaaqoub actuó sólo y los demás en grupo, dónde y con quién estuvieron los momentos previos, por qué la moto de uno de los fallecidos en Cambrils estaba aparcada frente a la casa de Alcanar, cuál fue el motivo por el que abandonaron la furgoneta alquilada que apareció en Vic...
Mohamed Hichamy
Se otorga un papel especialmente activo a uno de los fallecidos en Cambrils, Mohamed Hichamy, de 25 años. Este joven alquiló el mismo jueves por la mañana una furgoneta Renault Kangoo con la que tuvo un accidente en la AP7 a la altura de Cambrils. Cuando la persona que colisionó contra él amagó con llamar a la Policía, el yihadista abandonó el lugar a la carrera. Se trata de determinar también cuáles eran sus planes en ese momento, apenas un par de horas antes de que su compañero Younes Abouyaaqoub sembrase el terror en el corazón de Barcelona. No se descarta que esa colisión abortase de forma fortuita otra acción terrorista.