Ada Colau tiene el don de la ubicuidad. Mientras sus adversarios llaman a ella y a los suyos "equidistantes, ambiguos y cobardes", según denunciaba la alcaldesa de Barcelona este lunes, la también líder de Catalunya en comú ha logrado al mismo tiempo impulsar el referéndum y contribuir a evitarlo. Sólo falta saber cómo lo hará.
En un tuit, Colau sorprendió al declarar en Twitter lo siguiente: "Cumplimos nuestro compromiso: en Barcelona el 1 de octubre se podrá participar sin poner en riesgo a la institución ni a los servidores públicos". Un minuto después, el president de la Generalitat exclamaba "¡Buena noticia!" en la misma red social.
Horas después, Colau explicó la cuadratura del círculo. "Se han encontrado también las maneras para que haya el máximo numero de puntos posibles para que los ciudadadanos que quieran votar lo puedan hacer con normalidad", dijo Colau. ¿Cómo? Corresponde a la Generalitat explicarlo, dijo.
La declaración de Colau llegaba después de un contundente informe del secretario general del Ayuntamiento, Jordi Cases, que descartaba por motivos jurídicos la participación de funcionarios públicos o la cesión de espacios.
En un escrito de 15 páginas, el alto funcionario asegura que "la alcaldesa, el Ayuntamiento de Barcelona y sus trabajadores en ejercicio de sus funciones públicas quedan vinculados por el mandato del Tribunal Constitucional de abstenerse de realizar actuaciones que permitan la preparación y/o celebración del referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña, actuaciones en las que, sin duda, se incluiría la eventual puesta a disposición de locales para la votación".
Una violación del espíritu de su propio informe
Parece evidente que las declaraciones de Colau violan abiertamente el espíritu del informe de su Ayuntamiento que ella asegura respetar. No en vano ha pactado con la Generalitat "maneras" de impulsar el 1-O, aunque no ceda locales de titularidad municipal.
Su tuit provocó la inmediata y tajante reacción del PSC, socio de Gobierno. "El Ayuntamiento de Barcelona no facilitará medios ni locales para el 1-O, como indica el informe del secretario, por respecto a las leyes y resoluciones judiciales", dijo el teniente de alcalde socialista, Jaume Collboni.
En las filas socialistas se confía en que Colau cumplirá con el informe del secretario general del Ayuntamiento y enmarca sus declaraciones en un intento de apoyar informalmente el 1-O para contentar a su electorado más cercano al independentismo. "A Colau le interesa que parezca que lo apoya y a Puigdemont le conviene que Cataluña piense que Barcelona lo apoya".
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