El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se vieron este lunes para sellar, con mesa y mantel de por medio, las bases de su reconciliación tras las primarias por el liderazgo socialista.
El almuerzo se celebró en Madrid en un céntrico restaurante tras la reunión de la Ejecutiva socialista, según ha confirmado EL ESPAÑOL, y transcurrió en un clima de cordialidad que acaba con más de un año de frialdad entre ambos por el rumbo del partido y sus diferencias sobre la crisis de gobernabilidad que protagonizó el pasado año.
Durante el encuentro, hasta ahora mantenido en secreto, Sánchez pidió al expresidente comprensión para su labor como líder socialista, así como apoyo a su posición en Cataluña. Zapatero se comprometió en los dos aspectos y ambos intercambiaron información y opiniones sobre Cataluña y otros asuntos, como Venezuela, donde el expresidente desarrolla una intensa labor de mediación entre el Gobierno y la oposición.
Sánchez lleva tiempo queriendo reconciliarse con Zapatero, como adelantó a principios de agosto este periódico. El líder del PSOE quiere reconstruir puentes con referentes del partido que, como Zapatero, apoyaron a Susana Díaz como candidata al liderazgo. La abultada victoria sobre Díaz ha aportado serenidad a Sánchez, que se sabe con autoridad y pretende gestionar su posición de fuerza con generosidad hacia algunas personalidades clave del PSOE.
Zapatero no se ha convertido al sanchismo ni ha dejado de pensar lo que en privado defendió en las primarias como uno de los apoyos más importantes de Díaz, según fuentes al corriente del almuerzo. Sin embargo, ha pasado página de la derrota de Díaz, reconoce sin ambages la autoridad de Sánchez y también la necesidad de apoyar al secretario general, especialmente cuando éste le pide su ayuda.
Coincidencias sobre Cataluña
Zapatero es partidario de que el Estado de derecho se imponga sobre el incumplimiento de la ley llevado a cabo por el Parlament y la Generalitat y, en eso, está de acuerdo con Sánchez y con el Ejecutivo. Sánchez, por su parte, se ha comprometido un apoyo genérico al Ejecutivo al tiempo que ha impulsado en el Congreso una comisión parlamentaria para reformar el modelo autonómico, que cuenta con el apoyo de todas las fuerzas de la cámara salvo ERC y Ciudadanos.
Zapatero asistió a un desayuno informativo el pasado 5 de septiembre en el que Sánchez desarrolló sus propuestas para Cataluña y eso fue visto como la primera prueba gráfica del deshielo que lleva semanas fraguándose entre ambos.
El expresidente es de vital importancia para Ferraz. Sánchez y su entorno más próximo consideran que el célebre talante conciliador de Zapatero permite con mayor facilidad la reconciliación, a diferencia de Felipe González, que no quiere saber nada del retornado líder socialista. Además, según el análisis de Ferraz, la imagen de Zapatero es mucho mejor y mejora con los años, a medida que prima en el recuerdo su apuesta por los derechos civiles y se pone en contexto la gestión de la crisis económica.
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