El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha hecho un llamamiento a los diputados separatistas para combatir "el mayor ataque a la Generalitat de Cataluña desde que Franco abolió la Generalitat". La declaración de independencia es la baza que el president tiene preparada de cara a la sesión extraordinaria que ha pedido al Parlament para responder al Gobierno. Tras el Consejo de Ministros de este sábado, Rajoy ha anunciado cesarle a él y a todos los miembros de su Gobierno y convocar elecciones en un plazo máximo de seis meses al amparo del artículo 155 de la Constitución.
Puigdemont ha interpretado la decisión como una "humillación a todos los catalanes" al pretender "teledirigir" la Generalitat desde Madrid. Después de su discurso, no cabe esperar que de un paso atrás. De hecho, Puigdemont desoye cualquier amenaza por haber burlado el Estado de Derecho, porque considera que la legitimidad de la Generalitat es previa a la Constitución de 1978, que no reconoce.
El presidente catalán ha leído una declaración institucional en el Palau de la Generalitat contra el Ejecutivo al que acusa de haberse "autoproclamado ilegítimamente el representante de la voluntad de todos los catalanes".
Apoyo a los Jordis
No solo no ha manifestado su intención de rectificar en su desafío independentista, sino que considera que el encarcelamiento de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart es una respuesta "impune y violenta contra ciudadanos pacíficos". Sigue sin reconocer en este sentido también la ley que rige a todos los españoles y que llevó a la juez Carmen Lamela a enviar a prisión por un presunto delito de sedición a los dos líderes de ANC y Òmnium Cultural.
En inglés, el president de la Generalitat ha hecho un último llamamiento a la Comunidad Europea en busca de apoyos para su ruta independentista, a pesar de que en los últimos días ha encontrado las puertas de las principales instituciones cerradas. Jean Claude Juncker, Donald Tusk y Antonio Tajani mostraron su apoyo sin ambages al Rey y a Rajoy durante los premios Princesa de Asturias este viernes.
La convocatoria de un pleno extraordinario para debatir cómo responder a las medidas del Gobierno de Rajoy es la última embestida de Puigdemont, que dentro de poco, cuando el Senado lo apruebe, ya no tendrá en su mano el control de su propio Gobierno, ni tampoco de la televisión pública catalana, que pasará a estar en manos de representantes del Gobierno central. Los Mossos también tendrán que someterse a las órdenes de los mandos designados por el Ministerio de Interior, que podrían sustituirles por policías y guardias civiles según los detalles del texto aprobado por el Consejo de Ministros para poner en marcha el artículo 155.