"En muchos momentos de la Historia ha habido políticos que han preferido equivocarse con los suyos a tener razón y quedarse solos". Así define el exconseller de Empresa, Santi Vila, al expresident de la Generalitat Carles Puigdemont. Vila dejó su puesto un día antes de que Puigdemont fuese cesado fulminantemente por Mariano Rajoy al considerar que había fracasado su tarea de mediación para impedir la declaración unilateral de independencia.
Este martes rompió su silencio en una entrevista en el programa más escuchado en las mañanas radiofónicas catalanas: El món en Rac-1. Lo utilizó como plataforma de lanzamiento de su campaña a president de la Generalitat por su partido, el PDeCAT, el mismo que el de Puigdemont.
Pero mientras Puigdemont estaba en Bruselas, sin que nadie supiera muy bien por qué ni en calidad de qué pero, sobre todo, sin haber conseguido la autodeterminación de Cataluña, Vila comparecía tranquilo, pidiendo moderación.
"Tenemos que serenarnos todos y erradicar de una vez una aproximación tan emocional y sentimental", pidió. "Es mi tesis de fondo. La cuestión no va de independencia o de unionismo sino de tener una actitud moderada y racional ante la vida o no", aseguró.
Dimisión en el último minut
En ese sentido, todo lo que está pasando parece darle la razón, según él, ya que dimitió del Govern en el último minuto y tras intentar que no se aplicase el 155 a cambio de unas elecciones que podría haber convocado Puigdemont y no impuesto Rajoy. "Si no lo hacemos bien, si no buscamos la independencia ajustada al derecho, de una forma serena, pacífica y ordenada, ¿cuál es la consecuencia? La semana que vivimos".
Él intentó "evitar precisamente el colapso y que buscando la preindependencia nos situáramos en la preautonomía", que es donde ahora está una Cataluña con el autogobierno intervenido.
Vila nunca ha sido un ciego creyente en la independencia. Algunos de sus cercanos aseguran que no es ni siquiera independentista, pero que se ha dejado llevar, por una parte por el sentimiento general en su partido y, por otra, por la falta de mano tendida que recriminan a Rajoy.
Resucitar la gloria de CiU
Ahora, Vila aspira a resucitar la vieja gloria de Convergència y Unió en los términos en los que existió: el nacionalismo moderado y dentro de la constitución que tantos réditos dio a Jordi Pujol al saber jugar las cartas dentro de la ley. Vila dice no renunciar al independentismo, pero sí a la manera en la que lo ha manejado Puigdemont, del que se reconoce amigo.
"Siempre dije en privado y en público que no estábamos en condiciones de hacer, en esos momentos, una declaración que nos llevase a tratar de implementar un Estado". Nunca había sido tan explícito, pero sí había dado indicaciones en ese sentido, por ejemplo con un artículo en el diario ARA que fue muy comentado.
"Empate técnico" en la sociedad
"Esto no da más de sí", llegó a decir este martes, porque se ha tomado un "atajo" hacia una independencia para la que Cataluña no estaba preparada. No sólo por falta de estructuras de Estado sino por "legitimidad democrática", según dijo. El independentismo no es mayoritario. "Estamos en una situación de empate técnico", según él.
"A partir de la ingenuidad de que esto era un procés fácil, que se podía hacer de una manera rápida, que no tenía costes, que en definitiva se podía tomar un atajo" se llegó a un "autoengaño".
Con la aplicación del 155, los independentistas se quedaron fuera de juego. "Por primera vez en el procés perdíamos el control de la pelota", según él. Vila aspira a recuperar las riendas, aunque no está claro que su partido le deje. Podría tener competición con Josep Rull, exconseller de Territorio, o Marta Pascal, coordinadora general, a la que es cercano.
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