Barcelona

"Como militante de Catalunya en Comú, y creo que ya es sabido por todo el mundo, soy independentista". Elisenda Alamany, la número dos por Barcelona de Catalunya en Comú, no es en eso equidistante. Cree que Cataluña debe ser un Estado independiente y separarse de España tras un referéndum pactado. Alamany es la portavoz de su partido, cuya lista encabeza Xavier Domènech y cierra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, verdadero referente de la formación, en el que se integra Podemos. 

En una entrevista en TV3 dos semanas antes del referéndum del 1 de octubre suspendido por el Tribunal Constitucional, Alamany anunció que iría a votar en la consulta y que lo haría en favor del "sí". Su postura es diferente a la de Colau, que proclama abiertamente: "No soy independentista". También de Pablo Iglesias, líder de Podemos, que llegó a decir que si él fuese catalán, no participaría en el 1-O

Alamany será, con toda seguridad, diputada tras el 21 de diciembre, ya que está en lo que se llama puesto de salida o de elección casi segura. La cabeza de lista por Lleida, Sara Vilà, también ocupará (salvo sorpresa) un escaño en el Parlament. Es independentista, como afirmó en reiteradas ocasiones en 2015, cuando fundó una corriente en Iniciativa per Catalunya que le valió la distinción de "musa" del movimiento, según el medio online Nació Digital.

Dos escaños pueden cambiarlo todo

Si se cumplen muchas de las encuestas que se están publicando estos días, Catalunya en Comú podría ser el árbitro tras el 21 de diciembre entre un Ejecutivo liderado por las fuerzas independentistas que hasta ahora gobernaron la Generalitat o una alternativa constitucionalista. La mayoría de las horquillas son tan ajustadas que un par de escaños lo cambiarían todo por completo. La clave es quién consigue sumar 68, la cifra de la mayoría absoluta.

El último barómetro del CIS otorga a la suma de ERC, Junts per Catalunya y CUP entre 66 y 67 escaños. Juntos, Ciudadanos, PSC, PP y Catalunya en Comú suman 68 o 69. La última encuesta de SocioMétrica para EL ESPAÑOL da a ERC, JxCat y CUP 68 escaños en su estimación más conservadora. Todo hace indicar que uno o dos escaños pueden contribuir a producir todo un vuelco en el resultado. 

Catalunya en Comú es todo menos una candidatura cohesionada. En ella conviven Podemos, Barcelona en Comú (la formación de Colau), Izquierda Unida o Iniciativa per Catalunya. En las últimas elecciones, todos ellos, salvo el partido de Colau, conformaron Catalunya sí que es pot, logrando 11 diputados que a estas alturas Domènech podría conformarse con igualar, según las proyecciones de los sondeos.

El recuerdo de Albano Dante Fachín y otros diputados, como Àngels Martínez es amargo en Podemos y en Catalunya en Comú. Simpatizaron abiertamente con el independentismo hasta participar en sus actos y desmarcarse de la línea oficial marcada por Lluis Rabell y Joan Coscubiela. Acabaron echando un pulso a Iglesias. Lo perdieron, rompieron el carné del partido y se marcharon.

¿Qué lealtad primaría más en caso de duda?

Por ese precedente, si Alamany y Vilà son decisivas, la presión puede ser insoportable. El partido se presenta con unos argumentos sin recorrido posterior al día de las elecciones, sobre todo si se produce el escenario soñado de la candidatura: ser la llave. Sin ir más lejos, Alamany ha incorporado a su nombre en Twitter la etiqueta #tenimlaclau ("tenemos la llave"), una muestra inequívoca del rol que quieren desempeñar.

Catalunya en Comú se presenta con un lema sencillo: ni DUI ni 155, referéndum pactado. Colau repite a menudo que no llegará a acuerdos ni con los independentistas que apuesten por la independencia unilateral ni por los que defensores de las drásticas medidas para garantizar el cumplimiento de la ley. Pero ¿qué votarán Alamany o Vilà si tienen que decidir entre un Gobierno que diseñó y aprobó la DUI u otro con los partidos que acordaron el 155? Los escenarios, más que probables, no encuentran respuesta clara. 

Vilà, defensora de la unilateralidad

Alamany es más conocida, pero Vilà ya tiene experiencia parlamentaria. Fue diputada entre 2012 y 2015. Sus compañeros en la cámara autonómica recuerdan que, hasta que se fue, reconocía con naturalidad que era independentista.

"Tenemos que hacer un proceso constituyente catalán unilateral", dijo Vilà en 2015 en una entrevista en Vilaweb. En ese año, antes de las elecciones plebiscitarias, la hoy senadora creó un grupo dentro de Iniciativa llamado Compromís per la Independencia

"Si el PP y el PSOE continúan con las malas respuestas al procés, el apoyo popular será más grande, el independentismo crecerá y entonces será el momento de hacer una DUI", decía. Desde hace meses, Vilà, sin protagonismo en la primera línea, evita afirmaciones tan contundentes en favor de la unilateralidad, pero su crítica al Estado es férrea, así como su elogio al talante dialogante de Puigdemont.

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