ERC y la CUP apelan a un plan B para cuando fracase la investidura de Puigdemont
El separatismo maneja ya varias alternativas por si el expresident tiene imposible volver a su puesto.
19 enero, 2018 02:22Noticias relacionadas
- Puigdemont pide el voto delegado para la sesión de investidura
- Iglesias exige a Rajoy que convoque el debate del estado de la nación
- El tono de Torrent alimenta la esperanza de Moncloa de que ERC frene a Puigdemont
- Turull, hombre fuerte de Puigdemont, intervino en una adjudicación por la que pagó Ferrovial
- Luis Alberto de Cuenca: “Puigdemont es un gran poeta surrealista, un absoluto creador”
Los separatistas catalanes son conscientes de la enorme dificultad que comporta la investidura de Carles Puigdemont. Aunque Junts per Catalunya y ERC estén de acuerdo en presentar al expresident como candidato en la investidura y aunque hasta el president del Parlament, Roger Torrent, va a reunirse con él en Bruselas, las opciones reales de que vuelva al Palacio de la Generalitat van menguando según pasan los días.
En ERC aumentan las dudas sobre si se podrá investir a Puigdemont de forma telemática. Y, por ello, saben que tal vez sea inevitable apostar por otra opción. Además, este mismo jueves la CUP defendía la legitimidad del expresident para ser el "primer" candidato a la investidura. Ambos hechos, las crecientes dudas de ERC y las medidas palabras de la CUP, confluyen en la necesidad del separatismo de articular un plan B que guardar en la recámara por si falla el primer intento.
En teoría, el soberanismo sigue adelante con su plan de investir a Puigdemont. De hecho, este jueves trascendía que Roger Torrent viajará hasta Bruselas para reunirse con el expresidente -Ciudadanos ha puesto el grito en el cielo y pide que el president del Parlament pague de su bolsillo este desplazamiento- como paso previo a proponerle para ser investido. En la práctica, sin embargo, las dificultades de Puigdemont para volver a ser elegido provocan que los posibles planes de contingencia ya estén sobre la mesa.
Las discrepancias de ERC y JxCat sobre la alternativa
Es ya sabido que si la vía Puigdemont fracasa, en ERC quieren que el candidato sea Oriol Junqueras, pese a que esté encarcelado. Los republicanos nacionalistas consideran que el exvicepresident sería el más adecuado para una segunda investidura y así lo han llegado a decir públicamente en las últimas semanas. La tesis es que era el número dos del "Govern legítimo" de Junts pel Sí (que aglutinaba a Convergència/PDeCAT y ERC) y, por tanto, sería el sucesor natural del número uno.
Para los diputados de JxCat, la primera opción también es Puigdemont y van a insistir en ello hasta el final. Pero, a diferencia de sus socios de ERC, tienen claro que, en el hipotético caso de que el expresident tuviera que renunciar, el elegido para reemplazarle tendría que ser alguien de su lista, por ser la más votada de las tres formaciones nacionalistas. Sin ir más lejos, la agencia Efe aseguraba este jueves que el plan B independentista podría pasar por Jordi Turull, Josep Rull o Jordi Sànchez -este último está en prisión-, quienes podrían presentarse como solución de emergencia.
Otros nombres que se manejan
Los hasta ahora mencionados no son los únicos nombres que se manejan para ser investidos si falla la vía Puigdemont. Tal y como publicó EL ESPAÑOL, hay otras opciones sobre la mesa. Elsa Artadi y Marta Rovira parecen ser quienes aglutinan más posibilidades. A ellas dos hay que sumar los nombres de tres jóvenes: Albert Batet (Tarragona, 1979), Bernat Solé (Agramunt, 1975) y Teresa Pallarés (Marsá, 1964).
Si, como parece obvio, la opción de Puigdemont falla en el primer intento, JxCat y ERC tendrán que negociar un nombre entre todos los mencionados para la segunda investidura.
En la CUP, por su parte, no manejan nombres ni tienen intención alguna de presentar a alguien de su formación. Tanto en el caso de Puigdemont como de otro hipotético candidato, los anticapitalistas decidirán el sentido de su voto en función del "debate de programa, que debe tener como prioridades las ya mencionadas de materialización de la república, proceso constituyente y decretos sociales, pero también un compromiso de corrupción cero", según explicaba Carles Riera este mismo jueves. En otras palabras, el plan B de la CUP es en lo sustancial como el A: solo apoyarán a quien siga por la vía unilateral.