El PSOE no quiere que Luis de Guindos, ministro de Economía, Industria y Competitividad, se convierta en el nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo. El portavoz de la Ejecutiva socialista, Óscar Puente, ha anunciado en una rueda de prensa este lunes que su partido sólo apoyará a "una persona con perfil técnico, no político, y que sea una mujer".
El PSOE se suma así al sentimiento que recorre las instituciones europeas de que se debe hacer un mayor esfuerzo por situar a mujeres en puestos de poder. Hasta ahora, en el ámbito comunitario, su presencia es escasa. En estos momentos, de los seis puestos del Consejo de Gobierno del BCE que preside Mario Draghi, sólo una mujer tenía silla. Es la alemana Sabine Lautenschläger. Pero los presidentes de la Comisión, el Consejo, el Parlamento Europeo y muchas otras instituciones importantes son hombres.
El BCE tiene que renovar la vicepresidencia, que en estos momentos ocupa el portugués Vitor Constancio. Su mandato expira el 31 de mayo de 2018. El Consejo, la institución que reúne a los 28 Gobiernos de la UE, tiene que elegir a un sucesor por mayoría cualificada para un mandato no prorrogable de ocho años.
Guindos no ha presentado aún su candidatura y el plazo concluye esta semana, pero en Bruselas se da por hecho que lo hará y que es el favorito, ya que cuenta con apoyos como el de Angela Merkel o el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno.
Ruptura del consenso habitual
Precisamente el Eurogrupo fue una de las aspiraciones del titular de Economía, pero perdió frente al holandés Jeroen Dijsselbloem. Después, Guindos no dio la batalla por sucederle.
"El PSOE está dispuesto a apoyar al Gobierno en su aspiración de que España tenga un puesto", pero "no lo va a hacer de manera incondicional", dijo Puente este lunes. "Nuestros dos requisitos ineludibles es que sea una persona con un perfil técnico, no político, y que sea una mujer. Y esto no es un capricho", añadió.
De esta manera, se rompe la tradicional unidad en cuanto a los principales nombramientos comunitarios, algo que podría poner en riesgo la candidatura del ministro, que de momento sólo compite con el gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane.