Sanchez, de romper relaciones con Casado a repartirse a con él el CGPJ en 19 días
- El PSOE asegura que "la distancia es un hecho" entre ambos porque quienes llevaron las negociaciones fueron ministros y los grupos parlamentarios socialista y popular.
- Esther Peña, portavoz socialista, pide trabajar por la independencia judicial y se felicita de que "la mayoría progresista se oiga por primera vez" en el órgano de control de los jueces.
- Marchena presidirá el Tribunal Supremo y el CGPJ, por lo que no redactará la sentencia del 'procés'
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En 19 días, Pedro Sánchez y Pablo Casado han pasado de romper relaciones políticas a repartirse la composición del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y pactar el nombre de su presidente, Manuel Marchena, que será presidente también del Tribunal Supremo. Ese es el tiempo transcurrido entre la noche del 24 de octubre, en la que Moncloa anunció que "las relaciones con el presidente del PP" quedaban "rotas".
"Consideramos que ha perdido el respeto institucional", aseguraron entonces fuentes de Moncloa tras un intenso debate en el Congreso esa misma mañana en la que el líder popular había acusado al presidente de ser "responsable del golpe de Estado que se está perpetrando ahora mismo en España?". Casado había desbordado todos los límites de lo aceptable, consideró el presidente, que hasta en tres ocasiones le exigió (sin éxito) una rectificación.
Eso no ha impedido que la ministra Dolores Delgado y su antecesor en el cargo, Rafael Catalá, hayan negociado la composición del máximo órgano de control de los jueces. Pero la última palabra, tanto acerca de las proporciones de los miembros, clasificados oficiosamente en progresistas o conservadores en función de que sean propuestos por el PSOE o el PP, fue de Sánchez y Casado.
Hablar a través de intermediarios
En principio, Sánchez y Casado no hablaron más que con los suyos. No entre sí. Y, por ese motivo, el PSOE cree que es compatible asegurar que las relaciones entre Sánchez y Casado están rotas al mismo tiempo que celebran un acuerdo negociado intensamente por sus equipos y con un imprescindible "sí" final de ambos. Se puede estar en guerra institucional y, al mismo tiempo, pactar la composición de un órgano como el CGPJ siempre que ambos líderes no se interpelen directamente.
"Es evidente que la distancia es un hecho", dijo este lunes por la mañana Esther Peña, diputada y portavoz del Comité Electoral, en una rueda de prensa en Ferraz. "En los grandes asuntos de Estado siempre tenemos que mantener el diálogo abierto en los grandes partidos del país", ha dicho Peña, confirmando que los ministros y los grupos parlamentarios sí han hablado.
Para ella, lo más importante es que la "mayoría progresista se oiga por primera vez", algo que se asegura porque los progresistas serán 11 y los conservadores, 9, según fuentes del Gobierno.