"¡Emboscada!". El aviso no daba lugar a dudas: el enemigo había tendido una trampa a sus compañeros y había que ir a socorrerles. Cuando saltaba una alerta de este tipo en Diwaniyah era urgente actuar con rapidez. Porque los insurgentes atacaban con todo, enardecidos y dispuestos a causar el mayor número de bajas. Ana María Ortiz -de la brigada rey Alfonso XIII de la Legión- y sus compañeros, que estaban realizando labores de patrulla por la zona, no lo dudaron. Pusieron rumbo al punto de ataque y prepararon sus armas para el combate.
Quien haya seguido la serie de historias de mujeres militares en primera línea de fuego que publica EL ESPAÑOL conocerá la de la soldado Manar, emboscada por los insurgentes en un puente de Irak. El relato de Ana María completa su testimonio; Manar y sus compañeros recibían el fuego enemigo y Ana María y los suyos acudieron en su ayuda. Ambas son protagonistas del calendario Mujeres con valor, presentado recientemente por el Ejército de Tierra.
Han pasado los años. La emboscada en el puente de Diwaniyah tuvo lugar en el 26 de abril de 2004; 15 años han pasado, pero los recuerdos son nítidos en la memoria de Ana María. "Éramos cinco en el BMR [vehículo de seis ruedas empleado en misiones por el Ejército de Tierra]. Con nosotros iban, además, dos oficiales iraquíes a los que estábamos instruyendo. Realizábamos una patrulla por la zona y así veían cómo había que actuar".
Nos ubicamos en esa fecha. Es importante conocer los antecedentes: apenas habían pasado tres semanas desde que se librase "la batalla de todas las batallas del Ejército español", como la llaman en esferas militares. Una horda insurgente se había precipitado contra la base Al Ándalus en Najaf y las tropas españolas protagonizaron un rescate casi imposible. Es otra historia, pero sirve para comprender la violencia que se había desatado en esas fechas en Irak.
Hace calor dentro de ese BMR y los pensamientos de los militares españoles bailan entre los recientes acontecimientos y la precaución extrema que deben adoptar para cumplir sin problemas con su patrulla. De pronto, la radio escupe unas palabras que no dejaban lugar a dudas. Sus compañeros están siendo emboscados en un puente no muy lejano y hay que ir a socorrerles. Preparan sus armas y, acompañados de los dos oficiales iraquíes -factor de incertidumbre al no conocer al cien por cien a quien te flanquea en el combate- se lanzan hacia el lugar del ataque.
"Fusilería, morteros, de todo"
"Les habían emboscado cuando pasaban por un puente y el enemigo les atacaba desde debajo, desde una especie de garita que tenían", recuerda Ana María. La situación es, cuanto menos, preocupante. Los militares españoles frenan como pueden las embestidas de los insurgentes. "Tenían un zulo y estaban disparando fusilería, morteros, de todo", recuerda la militar.
El combate es total. Ana María y sus compañeros disparan desde el BMR. Fuego enemigo, calor extremo. No da tiempo a pensar, sólo a seguir combatiendo. Un segundo de duda puede ser fatal. Protegerse, municionar y volver a disparar. Disparar y disparar. Hay unos veinte enemigos. "Yo estaba pendiente de los oficiales iraquíes, a ver cómo se movían".
A medida que pasa el tiempo, la embestida insurgente va perdiendo fuerza. En parte, por las bajas que van sufriendo; también porque algunos, que van adivinando su derrota, se dan a la fuga. Pasa el tiempo y, lo que era una emboscada absoluta, pasa a ser una posición de fuerza para los militares españoles. Los oficiales iraquíes instan al enemigo a rendirse. Tras una negociación, éstos acceden. Son siete y quedan prisioneros.
La primera misión de Ana María
¿Por cuánto se prolongó aquel combate de Diwaniyah? "Serían unas dos horas... pero no sabría decirlo con seguridad -admite Ana María-. Cuanto todo terminé pensé que había sido muy poco tiempo, pero al mirar el reloj me di cuenta de que habíamos estado un buen rato".
Lo que sí sabe la militar con seguridad es lo que sintió en ese momento. ¿Miedo? "No, cada uno sabía lo que tenía que hacer, sabía su posición". Pero esa noche, eso sí, Ana María admite que no pegó ojo. No llevaba ni un año en el Ejército y aquella fue su primera misión en el extranjero: "A mi familia le había dicho que estaba en cocina trabajando, que llevábamos los materiales, limpiando... Se han enterado ahora, con la publicación del calendario del Ejército de Tierra, de todo lo que ha ocurrido. Ya lo puedo contar, como ha pasado tanto tiempo...".
*EL ESPAÑOL recoge las historias de mujeres militares del Ejército español que han combatido en primera línea de fuego, como la de Alejandra y Margarita, que lucharon en la batalla de Najaf (Irak); la de la soldado Manar, emboscada por el enemigo en Diwaniyah (Irak); la de la soldado Ángela, que rescató a un compañero herido por los talibán; la de la soldado Idoia, muerta en Afganistán tras salvar decenas de vidas; la de María José, Almudena y Adelina, que aguantaron un asedio en una comisaría afgana; la de María del Carmen Fructuoso, la 'paraca' que protegió a un compañero herido en Afganistán; o la de Tania Parras, que frenó con su ametralladora al enemigo en Najaf (Irak). Puede conocer más historias pinchando aquí.
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