Lunes en el centro de mayores Juan Muñoz, de Leganés. No es un lunes cualquiera aunque haya cosas que no cambien: tapete y partida de cartas, el café de media mañana, taller de pintura, billar y baile.
En el centro público, el café cuesta 70 céntimos, menos aún que los 80 que José Luis Rodríguez Zapatero dijo que costaban al ser preguntado en el programa de televisión Tengo una pregunta para usted. Zapatero, el expresidente con el que mejor se lleva el actual líder del PSOE, dijo esa frase en 2007, unos meses antes que el PSOE ganase por última vez unas elecciones generales. Es exactamente ahí adonde quiere volver Sánchez, que en sus mítines asegura que siente latir el corazón socialista de España como en 2008, fecha de la última victoria socialista.
El paralelismo es muy obvio. Zapatero consagró su primera legislatura a ampliar los derechos sociales, algo a lo que ayudó la buena situación económica. Se conjuró contra la oposición, muy dura, de la derecha, entonces capitaneada por Mariano Rajoy, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana. Y ganó, sin mayoría, obligado a llegar a acuerdos con partidos nacionalistas.
Hoy, todo es más pequeño (también las mayorías) y más concentrado (también el Gobierno del líder socialista), con aires de desaceleración, cuando no una nueva crisis en el horizonte. El voto sigue tan disputado o más que entonces a causa de la fragmentación política, de la que el PSOE quiere emerger como principal partido de España. En 2008, el PSOE logró 169 diputados. Los últimos datos demoscópicos publicados este lunes por EL ESPAÑOL le otorgan 130 en el escenario más optimista.
En su discurso ante un par de centenares de personas, en su mayoría mayores, Sánchez mostró su cara más social y moderada, reconociendo que puede no ser el candidato preferido por muchos. "Pero visto lo visto...", ironizó. No citó la palabra Cataluña en ningún momento sino que se centró en agradecer a la "gente mayor que hace 40 años, con mucha ilusión, construyó la España que tenemos". A ellos les prometió revalorizar las pensiones, acabar con los copagos y una vejez más digna. "Quiero que sepáis que si el 28 de abril sigo siendo presidente del Gobierno, los jubilados de este país van a tener unas pensiones dignas", dijo.
Pero Sánchez también les habló a los mayores de lo quienes más pueden importarles, sus nietos. El candidato lamentó que se haya roto el sueño de la Transición en el que "si uno estudiaba iba a encontrar un puesto de trabajo". "Estudiar ya no significa poder encontrar un puesto de trabajo", dijo. Por eso el PSOE pretende ofrecer apoyo público a los pobres, centrado en la "obsesión" del empleo, pero también del alquiler social o el salario mínimo.
Al acabar el acto, del que el propio Sánchez dijo no esperar tanta gente, se fue entre selfis y besos. Una señora se le acercó, convencida incluso de que podría curar no sólo a España, sino su propia cadera. En algunos mítines, "La España que quieres" (lema preelectoral del PSOE, que este lunes siguió vigente en detrimento del "Haz que pase") está cargada de nostalgia.
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