Los efectivos del patrullero Serviola han liberado a 20 personas que se encontraban encerradas en la 'habitación del pánico' de su barco, con bandera de Malta y atacado por piratas. Esta es la segunda intervención del buque de la Armada Española en condiciones similares en su despliegue por el Golfo de Guinea, después de que frustrase otro ataque criminal contra un barco de bandera nigeriana hace unas semanas.
El suceso arrancó en la tarde del 5 de mayo, cuando el Serviola recibió una comunicación desde el Centro de Operaciones y Vigilancia de la Armada (COVAM) informando de que se había producido un ataque pirata a un buque mercante. El patrullero, que se encuentra en labores de vigilancia por la zona y en misión de seguridad cooperativa con diversos países africanos, puso rumbo a máxima velocidad hacia la posición del barco atacado.
Tras varias horas de ruta, el Serviola -en colaboración con una fragata de la Marina de Guinea Ecuatorial- llegó en la mañana de este lunes hasta las inmediaciones del barco supuestamente atacado. Los informes eran difusos, si bien existía la posibilidad de que los piratas aún se encontrasen a bordo.
El abordaje
El Equipo Operativo de Seguridad del Serviola abordó el barco y lo encontró despejado. En su inspección, los efectivos españoles -en colaboración con los guineanos- encontraron que la dotación se había recluido en la 'habitación del pánico' del barco; un espacio seguro y de difícil acceso para los criminales.
Según relataron las víctimas, un esquife de alta velocidad se aproximó hasta su posición en la presencia del 5 de mayo. El capitán tocó la alarma general y la dotación del barco se refugió en este espacio seguro, donde alertaron del secuestro a las autoridades.
Los piratas -eran 7- les exigieron por megafonía que abandonasen la habitación y que les entregasen todo el dinero y los bienes de valor que tuviesen a bordo. La tripulación se negó y los criminales comenzaron a disparar contra ellos a través de un pequeño orificio que lograron abrir en la puerta de la sala. No provocaron daños humanos.
De acuerdo a las pesquisas de los efectivos, los piratas debieron de abandonar el barco una vez que percibieron la presencia de barcos militares en la zona. La dotación del buque asaltado, no obstante, no había percibido la retirada de los criminales y todavía permanecía encerrada, temerosa de que aún se encontrasen a bordo.
La actuación del buque de la Armada sirvió para liberar a las 20 víctimas que habían sufrido el ataque pirata.
No confundir con Somalia
La actividad pirata del Golfo de Guinea poco -o nada- tiene que ver con la que sacude las aguas que bañan las costas de Somalia. Los criminales del primer escenario se caracterizan por los asaltos rápidos y su intención de robar todo lo que se encuentren a bordo de los barcos -dinero, móviles, comida-, mientras que los del segundo optan en mayor medida por los secuestros.
Hace unos días, la fragata española Navarra detuvieron a un grupo de piratas que habían perpetrado dos ataques sobre sendos atuneros en aguas del Índico.
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