Olas y temporal frente a las playas de la Línea de la Concepción (Cádiz). El país está congelado, como en stand by, detenido en seco por una pandemia que asola a casi todos los países del planeta. Pero aquí hay cosas que nunca cambian.
Una lancha semirrígida surca las aguas a pocos metros de distancia de la playa. La escena es capturada por las cámaras de los vecinos, confinados en sus casas, que lo graban cerca de la primera línea de la costa. Es el narco de nuevo, que nunca duerme.
Pese al estado de alarma general debido al avance imparable del coronavirus, los narcotraficantes vuelven a las andadas en La Línea de la Concepción. Lo hacen en el que ha sido, a lo largo de los últimos años, el epicentro del tráfico de hachís en el Estrecho de Gibraltar. La puerta de entrada de esta droga en Europa. Y ello lo demuestran tanto las incautaciones realizadas por las autoridades en los últimos días como las informaciones de los agentes sobre el terreno.
La noche del lunes al martes, la Policía Nacional localizó y requisó una narcolancha de grandes dimensiones. Lo hizo en las inmediaciones del barrio de la Atunara. Esa zona es conocida en la localidad costera como el barrio de los capos de la región. Es el corazón del narcotráfico. En ella viajaban dos personas, que fueron detenidas al instante. Cuando les alcanzaron ya no quedaba un solo fardo de droga. La habían descargado antes. Otros dos implicados lograron escapar.
Otra de las operaciones culminó este miércoles con cinco narcotraficantes detenidos. La operación la llevaron a cabo agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local. Los localizaron cuando abandonaban el puerto de La Atunara, rumbo a alta mar. El oleaje que estos días azota el litoral gaditano se lo puso realmente complicado a todos, tanto a los delincuentes como a sus perseguidores. Finalmente lograron arrestar a todos.
Avistamientos en la Atunara
Con las casas de techos bajos pegadas a la playa, ese barrio se ha empleado en los últimos años como el lugar perfecto para descargar la droga. Allí puede ocultarse con gran rapidez. Según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de fuentes policiales, "tres o cuatro gomas" siguen parando aquí a repostar gasolina en las últimas noches.
Otro caso tuvo lugar esta misma semana. Se produjo en Manilva, junto al Puerto de la Duquesa, un rincón empleado de forma habitual por los narcos para desembarcar la droga. Varios hombres descargan garrafas repletas de gasolina con las caras tapadas. Los vecinos consiguen grabarles. Una prueba más de sus actuaciones en pleno estado de alarma.
Hace un par de años, el narco campaba a sus anchas en la zona del Campo de Gibraltar bajo el mandato de una serie de bandas que llegaron prácticamente a controlarlo todo. Pero las operaciones policiales han provocado un cierto retroceso en los quehaceres delictivos de los clanes que se disputaban la supremacía en la bahía de Algeciras y en el Estrecho.
Una de las dinámicas que se han visto obligados a cambiar los narcotraficantes es la del repostaje de las zodiacs desde las que se descargan los fardos. Antes, relatan fuentes policiales expertas en la región a este diario, la gasolina se almacenaba en domicilios y casetas cercanos a la playa de Tonelero, junto al ya citado barrio de la Atunara. La Policía logró desmantelar todos esos almacenes.
Ahora el método es diferente. "Avisan por los walkie-talkies que llevan encima y desde las inmediaciones de el Zabal (otra barriada donde los narcos poseen distintas propiedades inmobiliarias), llegan furgonetas cargadas hasta los topes de garrafas de gasolina".
Según los vecinos de la zona, en distintas madrugadas de esta semana -una de ellas, la del lunes al martes- se produjeron persecuciones de los agentes en la playa para interceptar a varios jóvenes cargados de fardos de hachís.
"La saturación de lo público"
"Están aprovechando la saturación de los servicios públicos", relata otra fuente policial. Un detalle preocupante se ha percibido en las calles de La Línea estas semanas, precisamente en un momento en el que el confinamiento es una obligación: está aumentando la venta del material que habitualmente emplean los narcotraficantes en sus actividades. Trajes térmicos, GPS, móviles satélite...
"Todo lo que está ocurriendo les favorece, pero también les crea dificultades", explica otro mando a EL ESPAÑOL, con años de experiencia en la zona. La imposibilidad de salir a la calle que impone el Real Decreto del estado de alarma es una clara desventaja para todas las operaciones delictivas que los narcos tienen en su agenda.
Peroello juega también en su favor, en la medida en que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están atendiendo al cumplimiento de estas nuevas normativas patrullando la calle. Por lo tanto, hay menos agentes para ver dónde alijan la droga o en qué guardería están escondiendo el material.
Falta de recursos
Las fuerzas policiales no descansan en las últimas semanas, pero las imágenes de múltiples lanchas navegando junto a la costa de Algeciras son la constatación de que quienes introducen el hachís a través de las playas no han cesado en sus actividades.
Al mismo tiempo, los sindicatos policiales exhiben una creciente preocupación ante la falta de protección que se les proporciona para hacer frente al coronavirus. Desde el Sindicato Unificado de la Policía (SUP) denuncian que los agentes de La Línea están trabajando sin guantes, sin mascarillas y sin gel antiséptico. Sin los medios sanitarios pertinentes para poder evitar contagios.
Esta misma semana, agentes de la Jefatura de la Policía Local del municipio tuvieron que contactar por teléfono con un bazar chino local. Realizaron un pedido de difusores para poder llevar a cabo las tareas de desinfección. Cuando acudieron a recoger la compra al establecimiento, el dueño del local no les quiso cobrar. También les regaló todas las existencias de guantes, mascarillas y gel desinfectante que tenía guardadas en la tienda.