“La mejor manera de combatir el virus es conociéndolo. Y se le conoce con datos en la mano”, dice el alcalde de El Rubio, Rafael de la Fe (PSOE). “A partir de ahí podemos tomar decisiones con nuestros vecinos. No pretendemos otra cosa más que hacer la desescalada de la mejor manera posible”.
El regidor de El Rubio, un pueblo sevillano de 3.408 habitantes, ha comprado 400 test serológicos (rápidos) a una empresa holandesa a través de una sociedad intermediaria de Gijón (Asturias). La unidad le ha salido a un precio de 10 euros. Los pidió a mediados de abril. Le llegaron la semana pasada. Desde entonces los guarda bajo llave.
Este viernes, Rafael de la Fe espera practicarle la prueba a unos 130 vecinos con la ayuda de dos estudiantes de Enfermería y dos técnicos de Laboratorio que interpretan los resultados. Este pasado miércoles se la hizo a otros 210 rubeños.
Además, los 80 empleados del Consistorio (desde el conserje hasta las limpiadoras de la guardería) ya se han sometido a una prueba idéntica en una clínica privada para saber si están contagiados del coronavirus Sars-Cov-2 o presentan anticuerpos.
En total, en menos de una semana 480 vecinos de El Rubio se van a someter a un test rápido a partir de una muestra de una gota de sangre. Supone obtener datos de seroprevalencia gracias a un estudio sobre el 14,08% de su población.
“Cuando se acabe esa primera partida quiero hacer más pruebas, aunque todavía no sé cuántas”, explica el alcalde de esta localidad que pertenece a la comarca de la Sierra Sur de Sevilla pero que bien podría estar en la región de Lombardía, donde un pueblo, Robbio, ha realizado 1.000 test entre sus 6.100 habitantes (16,4% de población), o en Alemania, donde Gangelt ha hecho el test a 500 de sus 12.200 habitantes (4,09%). “Creo que nuestro estudio es el más ambicioso de los que se están haciendo en España”, añade Rafael de la Fe.
El pasado 13 de abril, el Ministerio de Sanidad hizo públicos los datos de la primera ola (habrá tres) del estudio de seroprevalencia en España. La muestra está formada por 36.000 hogares del país, por lo que se toman muestras a alrededor de 90.000 personas. Es decir, en torno al 0,2% de los españoles. La principal conclusión que se extrajo es que un 5% de los residentes en España se ha contagiado del coronavirus.
Por el momento se han detectado cuatro positivos en El Rubio, que ya contaba con tres contagios diagnosticados con anterioridad: dos presentan carga vírica activa (igM) pero sin síntomas, y otros dos están en la fase final de la infección o con anticuerpos (igG).
Con estos resultados, sólo una prueba PCR (Reacción en cadena de la polimerasa) podría confirmar al 100% que esa carga vírica activa es todavía contagiosa.
“Pese a tener dos casos, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía nos niega esas PCR ahora mismo. Sólo se las harán si los síntomas que presentan estos dos vecinos se agravan”, afirma De la Fe.
Precisamente, en las pruebas PCR es donde destacan países como Corea del Sur, Islandia, Luxemburgo o Israel. Según un estudio de la Universidad de Oxford, España no está entre los 20 países que más test de este tipo realiza entre su población. Dicho estudio sitúa a Islandia en la primera posición, con 127,58 test por cada mil habitantes.
Fuentes oficiales de la Consejería de Salud de la Junta explican que el alcalde de El Rubio ha incumplido la orden ministerial publicada el 13 de abril. La norma dice que Rafael de la Fe debió comunicarle al Gobierno la compra de una partida de test, el nombre del fabricante y cuántas unidades adquirió. Para poder realizar las pruebas habría que sumarle una prescripción médica.
Esas mismas fuentes argumentan que a las autoridades sanitarias andaluzas tampoco se les ha notificado dichos positivos por los cauces establecidos, que obligan a que un laboratorio valide el resultado de las pruebas. Sin esa validación, los PCR no son posibles.
Carmen, contagiada, temía por su madre
Carmen Montero, de 44 años, es uno de los dos vecinos de El Rubio que presentan carga activa del virus en su organismo pero ningún síntoma. Este jueves, a las dos de la tarde, sale unos segundos a la puerta de su casa para dejarse fotografiar por el reportero. La planta baja de la vivienda la ocupa ella. Su marido y sus tres hijos se han instalado en la parte alta.
El lunes 13 de mayo, Carmen empezó a trabajar como peón del Ayuntamiento barriendo las calles de su pueblo. Tres días después, personal de una clínica privada de Córdoba se desplazó a El Rubio para practicarle una prueba serológica a los 80 empleados del Consistorio. Carmen dio positivo. Desde entonces está en cuarentena.
Tras conocer su caso, el alcalde de El Rubio activó el mecanismo para rastrear otros posibles contagios entre la gente con la que Carmen ha estado en mayor contacto en estas dos últimas semanas. Este miércoles se le practicó un test rápido al marido de Carmen, a sus tres hijos, a su hermana y a su madre, de 82 años. Todos dieron negativo.
“Fue un alivio muy grande. Estuve en vilo toda una semana porque temía haber contagiado a mi madre, que ya es muy mayor”, explica Carmen. “Muchas noches duermo con ella en su casa para que no esté sola. Mi mayor preocupación era esa. Por suerte está libre del virus”.
En el último mes, numerosos pueblos de toda España han comprado miles de test serológicos a intermediarios que trabajan con fabricantes en China. Sólo en la provincia de Sevilla lo han hecho localidades como El Saucejo, Badolatosa, Herrera o Marinaleda.
El Gobierno no respalda esta iniciativa por su cuestionable validez. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha advertido que se están vendiendo a particulares test de autodiagnóstico que son ilegales. Pero el alcalde de El Rubio sostiene que las pruebas que él ha adquirido tienen un 95% de fiabilidad.
Los virólogos también cuestionan este tipo de test porque, entre otras lagunas, no muestran la cantidad de anticuerpos generados -de lo que depende un hipotético nuevo contagio-. Sin embargo, tampoco los rechazan porque permiten obtener más información acerca de la incidencia de la pandemia. El escenario ideal sería que a esta prueba se le sumara una PCR.
“Yo tengo que pensar en mis vecinos”, sostiene Rafael de la Fe. “Sé que los datos reales nunca los vamos a tener, pero sí obtengo claves para saber cómo ha de ser la desescalada en mi pueblo. Por eso hemos comenzado con comerciantes, transportistas que salen del pueblo, personal de tiendas de alimentación o albañiles. En definitiva, gente que tiene contacto diario con otros vecinos”.
Para este viernes el Ayuntamiento de El Rubio ha citado a empleadas de comercios de ropa, peluqueras o pescaderos. “Sé que hay alcaldes de otros pueblos que me están criticando, pero a mí me da igual”, añade el regidor. “Me dicen: Nos obligas a hacer lo mismo que tú. Yo les digo que lo siento y que prefiero perder una subvención de la Junta o la Diputación a perder una vida”.
Antonio Ramos es uno de los rubeños que ya se ha hecho la prueba. Fue este pasado miércoles. Dio negativo. Antonio gestiona una empresa familiar de engorde de pavos. Tiene 26.000 cabezas. Cuenta que sabe lo que es controlar virus entre sus animales y realizar estrictos controles sanitarios. Por eso ve "acertada" la medida de su alcalde.
Pero el hombre dice que ésta ha de servir “para contener el miedo, no para generar psicosis ni pánico” entre los vecinos. ¿A qué se refiere?, pregunta el reportero. Antonio explica que hace unas semanas un familiar suyo dio positivo en un test rápido. En cambio, cuando se sometió a una PCR el resultado fue negativo. “La gente empieza a señalar muy rápido. Y eso nunca está bien”.
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