Marrakech se ha convertido en una ciudad chic, en un destino de peregrinación para ricos y famosos de todo el mundo. En medio de ese escenario exótico de las mil y una noches, se encuentra el polémico solar a nombre de la empresaria Corinna Larsen, examante del rey emérito Juan Carlos I, tal y como ha podido localizar EL ESPAÑOL.
A unos kilómetros del centro de la ciudad ocre, en una vasta área de crecimiento inmobiliario de lujo hacia el Atlas, donde se cotizan los terrenos a millones de euros, se ubica la parcela de 45.000 metros cuadrados de la asesora que está siendo investigada por la Fiscalía de Ginebra por blanqueo agravado de capitales.
A la Justicia todavía le falta dirimir si Juan Carlos I recibió la propiedad como regalo de su amigo el rey Mohamed VI y la puso a nombre de su amante entonces, o si fue un regalo directo a la asesora “de otro rey”, como declaró la alemana ante el fiscal Yves Bertossa en diciembre de 2018, refiriéndose a que el monarca alauita se lo donó realmente a ella “para que invirtiera eventualmente en el país”. Incluso especificó que había viajado a Marruecos para darle las gracias al soberano alauita.
Un testimonio que se contradice con lo que se escucha en una cinta grabada por el excomisario José Manuel Villarejo en una visita a Corinna en Londres en 2015, que publicó en exclusiva EL ESPAÑOL en 2018. “Te levantas por la mañana y alguien te llama y te dice: “Tienes un terreno en Marrakech, dámelo”, se oye decir a la empresaria, recordando la pelea con el emérito a cuenta de otro gran regalo. Una conversación en la que afirma que Juan Carlos le pidió el terreno de vuelta, algo que también manifestó el expresidente de Telefónica Juan Villalonga.
En esta línea, Dante Canónica, abogado experto en la gestión de fondos de grandes fortunas e investigado en Suiza por presunto testaferro del rey emérito, mantiene que llevó a cabo la gestión de “donación” de Juan Carlos a su amante en Casablanca en marzo de 2014, tres meses antes de su abdicación, y que el terreno estaba valorado en 1,8 millones de euros.
EL ESPAÑOL ha localizado la finca dentro de un vasto terreno sin construir propiedad de una empresa de un emiratí y del monarca alauita. Un inmenso espacio dividido en parcelas que se comercializan por separado. El valor de cada solar, de una o dos hectáreas -entre 10.000 y 20.000 metros cuadrados-, ronda entre los 3 y los 5 millones de euros, según explica a EL ESPAÑOL el propietario de un chalé colindante, empresario del sector de la construcción y exresponsable de negocios bancarios en Casablanca.
En el solar de Corinna no se ha construido
“Es el top de Marrakech, no hay una zona mejor que esa”, explica un amigo del propietario con quien ha conversado este diario. De hecho, se denomina El Triángulo de oro, con vistas impresionantes al Atlas “con grandes resorts, campo de golf, hoteles y restaurantes de superlujo”.
Otra opinión diferente parece que tiene Corinna, que confesó en la cena con Villarejo: “A lo mejor vale dos millones de euros. Pero la cuestión no es lo que vale el terreno, es que no se puede vender. ¿Y cómo vas a vender un terreno que no tiene nada? Es como si te dan un pedazo de desierto en Arabia Saudita. El regalo es envenenado. Te cuesta por seis. A mí no me sirve para nada”.
Y así sigue la finca, revalorizada por todo lo que se ha creado alrededor, pero sin construir. Aunque según han explicado en Marruecos a este periódico, desde la Casa Real española se estudió la posibilidad de levantar una residencia en ese terreno dentro del proyecto inmobiliario de lujo Amelkis.
La nueva fase del proyecto Amelkis Resorts ofrece a los compradores la posibilidad de construir “la villa de sus sueños con la tranquilidad que requieren los amantes del golf”, según reza en la publicidad. Los terrenos disponibles frente al campo de golf varían entre 521 y 1.380 metros cuadrados.
El megaresort está en el parque milenario El Palmeral, un oasis de 1.500 hectáreas con 100.000 palmeras, olivos y árboles frutales creado en el siglo XI fuera de las murallas de la ciudad. En dirección a las montañas del Atlas está a ocho kilómetros y se extiende en un área de 140 kilómetros cuadrados.
Sin embargo, Corinna confesaba que no sabía qué hacer con la propiedad donde “hay camellos, pero no hay electricidad. Tienen que hacer una inversión. Es un erial de 9 acres (alrededor 45.000 metros cuadrados)”, el equivalente a cuatro hectáreas y media.
Además, a la asesora le preocupaba la inversión en seguridad aludiendo a que “estos países son peligrosísimos”. Por el contrario, según explican a EL ESPAÑOL desde allí, “es difícil incluso acceder a la zona por los controles de seguridad y la vigilancia”.
Precisamente, en el corazón del legendario palmeral, se encuentra el palacio real Jnane El Kébir, que Mohamed VI pone a disposición regularmente de sus distinguidos huéspedes. Hasta allí fue a buscar a su amigo Juan Carlos I en abril de 2011 en una visita privada cargada de simbolismo porque fue la primera de un jefe de Estado extranjero a Marrakech tras el atentado terrorista en la plaza central de la medina Yamaa el Fna en abril de 2011.
Mohamed VI regaló otro terreno a Sarkozy
El rey alauita solía invitar a esta residencia con asiduidad al entonces presidente francés Nicolás Sarkozy, acompañado de su familia. Fue durante una de las estancias cuando el ex mandatorio y su esposa, la artista Carla Bruni, mostraron interés particular por el Palacio Antarès, una gran residencia contigua al famoso Hotel Palacio Rhoul.
La pareja francesa visitó en dos ocasiones la espléndida residencia, valorada en 5 millones de euros; pero finalmente no se llegó a firmar ninguna transacción, al salirle gratis. La prensa marroquí desveló que se trataba de un obsequio de una empresa de propiedad conjunta, entonces de un rico hombre de negocios de los Emiratos Árabes Unidos y de una sociedad de Mohamed VI.
La villa soñada en Marrakech fue un regalo al final de su mandato con motivo del nacimiento de su hija Giulia. A cambio, Sarkozy recibió una tentadora propuesta del Palacio Real para actuar como asesor especial del rey en asuntos internacionales.
La parcela acoge una mansión de 1.500 metros cuadrados de espacio habitable con ocho suites, una sala de cine y una cabina de masajes. Solo la suite principal cuenta con 100 metros cuadrados y una cama de 3,60 metros de ancho con vistas a las montañas nevadas del Atlas. El recinto arbolado alberga un jardín de 600 rosales, una piscina infinita e incluye la mejor pista de petanca de la ciudad.
Las estancias del ex presidente francés acompañado por su esposa en la ciudad ocre reciben mucha cobertura mediática, tanto en Francia como en Marruecos. Algunos vecinos se quejan de que durante sus viajes se despliega un dispositivo de seguridad impresionante alrededor, que resulta molesto en el ambiente de tranquilad que reina.
En el triángulo de oro de Marrakech, varias agencias especializadas en bienes de lujo ofrecían esa mansión en alquiler, pero también discretamente a compradores potenciales, por un precio de entre 4 y 5 millones de euros. En el anuncio se especificaba que “la ubicación es ideal en un área muy segura”. Algo que demuestra el desconocimiento que Corinna tiene de la zona donde se sitúa su finca cuando le confiesa a Villarejo que se preocupa de la seguridad.
Fincas de la élite mundial en ‘El Palmeral’
En esa zona top, sometida a un plan de desarrollo urbanístico, poseen también casas suntuosas personas de todo el mundo con influencia y poder.
Dos hectáreas en medio de buganvillas y palmeras, con una gran piscina en forma de L, ocupa la finca de Patrick Balkany, alcalde de la localidad francesa Levallois-Perret por el partido de Sarkozy, y muy conocido en el país galo por sus escándalos de corrupción que le han llevado incluso a prisión al ocultar a Hacienda partes de sus ingresos y patrimonio.
Al igual que la de su amigo Sarkozy, la superficie de la vivienda es de 1.500 metros cuadrados con un gran salón y cuatro habitaciones todas con baños neomoriscos, y muebles importados de París en un ambiente de lujo neorromano. Se la vendió un farmacéutico en Marrakech por 5 millones de euros. Según se supo después, durante el juicio, la mitad se pagó por sobornos de una cuenta bancaria en Singapur a una cuenta en el Líbano.
En el desarrollo de la zona, el terreno a nombre de Corinna Larsen se rodea de residencias de marroquíes y franceses influyentes y adinerados, pero también han adquirido o recibido propiedades políticos y hombres importantes de negocios y de la banca de diferentes nacionalidades, entre ellos suizos, americanos y canadienses, a los que Mohamed VI considera la élite mundial.
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