La bajada de casos se estanca en España y crece el riesgo de un repunte inmediato de la Covid
Factores como el ritmo de vacunación y la inmunización de las poblaciones de riesgo pueden hacer que los "rebotes" sean más tenues.
9 marzo, 2021 02:48Noticias relacionadas
Si, hace ya unos diez días, hablábamos de un previsible estancamiento de los contagios en la segunda semana de marzo, es lógico pensar en un repunte, al menos en la incidencia acumulada de 7 días, para finales de esta misma semana o inicios de la siguiente. Con "repunte" no me refiero a un dato suelto de un día, puesto que la incidencia semanal ya subió el pasado viernes con respecto al jueves, sino a un crecimiento constante de mayor o menor entidad y que constituya una tendencia.
Viendo el contexto europeo de crecimiento casi generalizado, nos preguntábamos entonces si pasaríamos por una cuarta ola o nos quedaríamos en un simple rebote. Todo parece indicar lo segundo, aunque aún siga siendo pronto para asegurarlo.
Las buenas noticias no acaban ahí: el haber prolongado durante tanto tiempo la bajada (un mes y medio desde que se alcanzara la mayor incidencia acumulada el 25 de enero) hace que afrontemos esta posible "meseta" en mejores condiciones que las del fin de la segunda ola, aunque también es cierto que apenas hubo valle entre la segunda y la tercera ola en España. Eso es así en contagios y probablemente lo sea en hospitalizados… pero no en camas UCI, que siguen con una ocupación demasiado alta como para que un repunte nos pille despreocupados.
¿Por qué pensamos que el posible repunte no tendrá la entidad de la tercera ola ni de la segunda y que esto será así prácticamente en toda España? Hay varios factores que no son azarosos aunque tampoco son definitivos: el tiempo dirá, pero en principio lo que estamos viendo en el resto de Europa es preocupante pero no alarmante. No es, desde luego, lo que se vio en Francia o Italia a principios de octubre ni lo que se vio en Gran Bretaña o Portugal a principios de diciembre. Todo está sujeto a variaciones, pero en principio, si se mantiene así, estaríamos ante una buena noticia.
Aparte, hay condicionantes de base en nuestro país que invitan al optimismo dentro de la precaución: el ritmo de vacunación es alto y aunque, por una cuestión puramente numérica y de logística, es muy difícil vacunar a toda la gente que nos gustaría cada semana, lo cierto es que aumentamos a velocidad de crucero y esto se tiene que notar a la hora de parar los contagios.
No solo en términos de contabilidad de incidencias sino en sus derivaciones: con las residencias ya vacunadas en su casi totalidad y la campaña para mayores de 80 años y profesiones de riesgo ya en marcha, los contagios que haya no producirán la misma presión asistencial sobre los hospitales y, sobre todo, hará que el número de muertes sea radicalmente más bajo.
No es cuestión de caer en la autocomplacencia porque ese repunte vendrá y habrá que tener cuidado con él, simplemente se trata de ponerlo en perspectiva: el frío intenso de la semana pasada no ayuda pero, ya en marzo, no puede durar mucho. De hecho, el fin de semana ya ha sido bastante benévolo en ese sentido en buena parte del país. Sabemos que el virus no necesita el frío para sobrevivir, es decir, que puede propagarse también en verano -algo que la gripe común apenas consigue- pero desde luego se siente más cómodo con temperaturas más bajas.
Yendo al grano de los datos de este lunes 8 de marzo, vemos que, aunque la bajada de la incidencia a 14 días sigue siendo generosa (pasa de 149,2 a 142,2), la incidencia a 7 días apenas baja de 63,98 a 62,73. Está prácticamente en las mismas cifras desde el pasado jueves y eso se acabará trasladando tarde o temprano a la incidencia a 14 días, que es la que generalmente se utiliza como referencia.
Ahora bien, aunque es una incidencia a tener en cuenta, es la más baja desde el 14 de agosto del año pasado. El número de nuevos ingresos hospitalarios (676) también es el más bajo desde el inicio de la contabilidad del ministerio con información directa de los centros sanitarios, el 20 de agosto.
La positividad semanal también baja y eso es muy importante. Pasa de un 6,16% a un 5,63%, lo que también nos hace ser optimistas de cara a la intensidad del repunte inminente. Cuando veamos que la positividad sube junto a la incidencia a 7 días es cuando tendremos que preocuparnos. Y, ya digo, es probable que suceda la semana que viene o incluso antes, pero habrá que ver cuánto y hasta cuándo, esa es la clave.
¿Qué comunidades autónomas son las que tienen ahora mismo una situación más compleja? En cuanto a volumen, Madrid sigue muy por encima de la media nacional y en números cercanos al riesgo extremo (236,4 casos por 100.000 habitantes en catorce días). También están demasiado altas y con un decrecimiento muy bajo Cataluña, País Vasco, Asturias y las dos ciudades autónomas.
Si nos fijamos en las tendencias más inmediatas, las que nos da la incidencia a siete días, vemos que Andalucía, Asturias, Canarias, Melilla y Navarra ya subieron el viernes respecto al jueves y suben este lunes respecto al viernes. Aún necesitaríamos más tiempo para hacer una evaluación correcta pero quedan inmediatamente bajo el radar de observación.
Madrid y Cataluña presentan una incidencia casi idéntica a la de hace cuatro días, lo que nos hace pensar en un estancamiento inmediato… pero, ojo, que esto ya ha pasado con Cataluña otras veces y se ha debido a un problema de notificación.
Lo que hace que seamos especialmente puntillosos con Madrid y Cataluña, aparte de su importancia política y económica, es que son justo las únicas dos comunidades autónomas que aún tienen más de 500 hospitalizados con clínica Covid en UCI y dos de las tres (junto a La Rioja, no cuento a las ciudades autónomas) que supera el 35% del límite de colapso sanitario.
Entrar en un repunte, por leve que sea, en estos números, es prolongar una situación nefasta para lo que es la atención sanitaria en general, no solo la del coronavirus. Mientras los hospitales tengan que funcionar por encima de su capacidad -ambas comunidades llevan ya casi dos meses por encima de dicho 35% de ocupación Covid en UCI-, el resto de patologías no podrá tratarse como deberían.