Fue el pasado once de mayo, el martes de la semana pasada, apenas seis días antes de la invasión de Ceuta instigada por Marruecos, y pasó desapercibido. Pablo Casado se reunía entonces, de manera telemática, con dos líderes marroquíes, correligionarios del Partido Popular, que habían solicitado entrevistarse con el líder de la oposición en España. Todo ello después de meses de crisis bilateral, con episodios como el aplazamiento sine die de la Reunión de Alto Nivel (RAN) prevista entre ambos gobiernos en principio para febrero.
Se trata del ministro de Agricultura y Pesca Aziz Ajanuch, presidente del Partido Reagrupamiento Nacional Independiente, y de Nizar Baraka, secretario general del partido Istiqlal. La primera formación pertenece a la Internacional de Centro (IDC), de la que Casado es vicepresidente, y el segundo partido tiene vinculación con el Partido Popular Europeo.
Según la nota de prensa que remitió el propio departamento de prensa del PP, el presidente del partido español les habló a ambos de la "prudencia" necesaria en cuestiones de política internacional y les remitió a sus declaraciones públicas acerca de su posicionamiento sobre las relaciones con el vecino del sur.
Este miércoles, en una breve declaración a la prensa en la puerta del Congreso, y sin ser preguntado por ello, Casado presumía de estar siendo "responsable" tras los sucesos de Ceuta y afirmaba textualmente que "yo hace exactamente una semana defendí a España con nuestros partidos aliados del PP y de la IDC en Marruecos".
Pero además, y según esa información proporcionada por el propio PP, Casado se comprometió a recuperar eventualmente la tradición de que la primera visita al exterior de un presidente del Gobierno español fuese a Rabat, norma no escrita durante toda la historia democrática, tan solo rota por Sánchez.
Igualmente, les informó a los líderes marroquíes del registro de hasta cinco preguntas parlamentarias para pedir explicaciones al Gobierno "sobre la entrada irregular, sin comunicar y con identidad falsa del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali".
Esto último, y el hecho de que Ghali haya sido de Covid en el hospital San Pedro de Logroño, es el motivo esgrimido por Rabat para haber incitado la llegada de miles de inmigrantes a Ceuta desde el lunes, provocando una crisis diplomática y humanitaria sin precedentes.
El pasado noviembre, Casado recibía también a la embajadora de Marruecos en nuestro país, Karima Benyaich, después de que el entonces vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, abogase en un mensaje en Twitter por un referéndum de autodeterminación sobre el Sáhara.