La avalancha migratoria auspiciada por el régimen de Mohamed VI está lejos de haber quedado zanjada. Las fuentes policiales consultadas por EL ESPAÑOL estiman que cerca de 6.000 marroquíes esperan al otro lado de la valla para entrar en Ceuta.
Esa cifra se aproxima a la de los 8.000 inmigrantes que desde la tarde del lunes han llegado a la ciudad autónoma, buena parte de ellos a nado o rodeando los espigones del Tarajal y Benzú.
El asalto a la frontera ha contado con la plena colaboración de las autoridades de Rabat, ya que los mehanis, auxiliares del cuerpo aduanero de Marruecos, han abierto la verja en varias ocasiones para franquear el paso de los inmigrantes a Ceuta.
A las cuatro de la tarde del martes la verja volvía a permanecer cerrada. Pero se han repetido las escenas de jóvenes marroquíes que se arrojaban al mar para entrar en Ceuta a nado.
A los 6.000 marroquíes que están a la espera de poder entrar en la ciudad autónoma española se suman cerca de 2.000 inmigrantes subsaharianos. Sin embargo, señalan las mismas fuentes, la Policía marroquí ha realizado una criba para facilitar el paso de la frontera sólo a los primeros.
La totalidad de los 4.000 inmigrantes que desde la noche del lunes han sido retornados a Marruecos son adultos, ya que la Ley española prohíbe realizar devoluciones en caliente de menores de edad. De la cifra total de marroquíes que han entrado en Ceuta, más de la cuarta parte son menores (aunque algunas fuentes elevan este porcentaje hasta cerca del 50%).
A lo largo de la jornada del martes, se han desplegado en la frontera de Ceuta y Melilla cerca de un millar de agentes de la Guardia Civil (incluyendo 200 GRS, los antidisturbios del Instituto armado), además de efectivos del Ejército. En Melilla se ha reforzado la vigilancia con agentes de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, ante la posibilidad de que traslade a esta ciudad autónoma la avalancha migratoria por mar.
La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de acoger al secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, ingresado en el hospital de San Pedro en Logroño, no sólo ha creado una grave crisis diplomática entre España y Marruecos. También ha echado por tierra el trabajo de la Guardia Civil, que durante el último año había conseguido desarticular 15 redes de inmigración ilegal sólo en suelo marroquí.
Estas labores se inician desde el mismo momento en que los inmigrantes ilegales llegan a territorio español (como ocurrió el pasado invierno con la avalancha de 30.000 sin papeles llegados Canarias) y son interrogados para conocer su lugar de origen, la ruta que han seguido hasta la costa africana y los medios que han utilizado para alcanzar España.
Descabezar las redes
Agentes de información de la Guardia Civil desplegados enel país vecino recaban entonces todo tipo de datos sobre los cabecillas de las redes, rastrean sus comunicaciones y realizan una investigación en profundidad sobre su patrimonio. Los expedientes entregados a las autoridades marroquíes han servido para que los responsables de estas organizaciones delictivas sean procesados en su país.
En conjunto, gracias a este procedimiento la Guardia Civil ha logrado descabezar en el último año 22 redes de inmigración ilegal en Mauritania, Senegal, Marruecos y Argelia.
Las fuentes del Instituto armado consultadas por EL ESPAÑOL destacan que también ha dado magnificos resultados el Plan África puesto en marcha por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a raíz de la crisis migratoria de 2010: gracias a los acuerdos bilaterales alcanzados, la Guardia Civil participa en patrullas mixtas de vigilancia en aguas costeras de Mauritania, Senegal y Gambia para interceptar la salida de pateras.
La participación de tripulaciones mixtas en las patrulleras sirve además para formar a las fuerzas de seguridad de dichos países que desarrollan labores de control fronterizo. Este sistema resulta más efectivo que esperar a que las pateras alcancen las costas españolas, destacan las mismas fuentes. Sin embargo, el clima de colaboración con Marruecos que durante los últimos meses había dado excelentes resultados se ha roto debido a la crisis diplomática provocada por la presencia del líder del Frente Polisario Brahim Ghali en España.
España "conocía el precio"
El ministro de Estado de Derechos Humanos y Relaciones con el Parlamento, Mustafá Ramid, ha asegurado que España "sabía que el precio por subestimar a Marruecos es muy alto", en referencia a que el país no haya cumplido con "la buena vecindad" al "acoger" al secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali.
"La recepción por parte de España del líder de las milicias separatistas del Polisario, bajo una identidad falsa, sin tener en cuenta las relaciones de buena vecindad que requieren coordinación y consulta, o al menos cuidando de informar a Marruecos, es un acto irresponsable y totalmente inaceptable", ha escrito Ramid en su perfil de Facebook.
La llegada a España de este líder ha podido ser el detonante de la llegada masiva de migrantes a la ciudad de Ceuta, ya que el Gobierno marroquí avisó hace una semana de que la acogida de Ghali en España por razones humanitarias podría tener consecuencias.