La tensión acumulada durante la tramitación de la Ley Trans ha estallado en la víspera del Orgullo. Varios colectivos feministas han salido a la calle este sábado en distintos puntos de España para mostrar su rechazo a la norma, que permitirá el cambio de sexo sin necesidad de informe médico a partir de los 14 años y que llega este martes al Consejo de Ministros, y han pedido la dimisión de la ministra de Igualdad, Irene Montero.
La tramitación de la conocida como Ley Trans se ha visto enfangada durante meses por las diferencias entre Unidas Podemos y PSOE en algunos puntos decisivos, como el de la autodeterminación de género. Sin embargo, tal y como reveló EL ESPAÑOL, la presión de la Federación Plataforma Trans, que advirtió al PSOE de que se abstuviera de aparecer la jornada del Orgullo si no permitía que se tramitara la ley, modificó el rumbo de las negociaciones y fue decisiva para que el presidente Pedro Sánchez diera la orden a la ministra Carmen Calvo de ceder a las demandas moradas.
Finalmente, tras meses de bloqueo, el Gobierno tiene previsto aprobar una única ley que aúne los contenidos de las leyes trans y LGTBI que perfiló el ministerio de Irene Montero. Sin embargo, esta decisión puede poner en riesgo los históricos lazos del PSOE con el movimiento feminista.
No en vano, este fin de semana, feministas de todo el país han salido a la calle para pedir a las mujeres del PSOE que "rompan la disciplina" de partido, y han solicitado la dimisión de la ministra Irene Montero.
Fuentes de Moncloa han sostenido en todo momento que se ha trabajado para que el texto tenga "la seguridad jurídica que requiere" y no choque con la legislación existente, y han asegurado que se ha escuchado a los colectivos para su elaboración. Sin embargo, algunos colectivos, entre los que se encuentran "Confluencia Movimiento Feminista" y "8-M Movimiento Feminista de Madrid", han acusado al Ministerio de Igualdad de "ignorar y despreciar" al movimiento feminista promoviendo leyes "contra las mujeres".
La portavoz de estos colectivos, Laura de la Fuente, ha explicado que el Gobierno "no ha cumplido con la agenda feminista" y considera que el PSOE ha aceptado esta ley para conseguir "réditos políticos".
"De los cuatro compromisos del Pacto de Coalición, no ha cumplido ninguno y, además, eleva a la categoría de pacto esta Ley de Autodeterminación de Sexo cuando no estaba registrada ni consensuada en estos términos", ha señalado, y ha añadido que pese a ser el Gobierno "más feminista de la historia", es también el que menos medidas por las mujeres ha llevado a cabo.
La titular de Igualdad, Irene Montero, se comprometió en mayo en el Congreso de los Diputados a legislar la autodeterminación del género por ley y aseguró que era una "tarea ineludible" llegar al Orgullo de 2021 con ese texto aprobado.
Cambio de sexo en menores
El anteproyecto de la ley será previsiblemente aprobado este martes por el Consejo de Ministros tras arduas negociaciones entre Igualdad, Justicia y la Vicepresidencia Primera, ya que Carmen Calvo se oponía a la llamada "libre autodeterminación de género", el cambio de sexo en el registro sin necesidad de informes ni testigos.
Finalmente, aunque el concepto no se incluye en el anteproyecto, será posible el cambio de sexo sólo con un periodo de espera de tres meses desde la primera solicitud; y se abre a los menores. Igualdad apostaba por los 12 años, pero la edad mínima quedará fijada en los 14, según han informado a Efe fuentes de la negociación.
"Nos llamarán tránsfobas o brujas, pero el movimiento feminista siempre ha estado al lado de las minorías, no nos hemos vuelto locas", ha aseverado Laura de la Fuente.
A su juicio, la ley, al impedir hacer un diagnóstico diferencia de la disforia de género, también perjudicará a las personas trans, ya que desmantelará las unidades integrales en las que ahora reciben tratamiento.
El proyecto ha dividido también al movimiento feminista, con unos colectivos que defienden la normalización e integración de las mujeres trans y otros, como los que se han manifestado este sábado, que sostienen que "ser mujer no es un sentimiento", sino "una realidad material".
"No es una ley para el 0,4 o 0,5 % de la sociedad -cifra de personas trans que se estima que hay, según diversos estudios-, no les afecta solo a ellas, el ámbito subjetivo de esta ley es toda la población", ha alertado De la Fuente.
Con gritos de "la infancia no se toca", han denunciado que asociaciones del movimiento "queer", a través de la educación afectivo sexual, "inducen" a los niños a pensar que hay chicos y chicas que han podido nacer en el cuerpo equivocado, "provocando dudas" y orientándolos hacia una transición al sexo contrario.
Si se aprueba la ley trans, han advertido en pasquines repartidos en la plaza, un maltratador podría inscribirse como mujer, el deporte femenino se convertirá en un juego sucio, las estadísticas que se usan para combatir la desigualdad que sufren las mujeres dejarán de ser fiables y los considerados "espacios seguros" ya no lo serán.
Ley Trans "más ambiciosa"
En el lado opuesto, la 45ª edición de la manifestación del Orgullo LGTBI ha reivindicado esta tarde del sábado en el centro de Barcelona una ley trans "más ambiciosa" y ha denunciado el incremento de agresiones homófobas.
Varios centenares de personas han iniciado la manifestación en la plaza Universitat sobre las 18:30, que ha continuado por la calle Pelai hasta finalizar en la plaza Sant Jaume, donde se encuentra la sede de la Generalitat y del Ayuntamiento, en una acción que llevaba por lema este año "Lo queremos todo. 45 años de liberación y poder popular".
En esta ocasión, los manifestantes han puesto el acento en las personas trans, que consideran están sufriendo de manera más acentuada "la precariedad laboral y la discrimación".
En nombre de uno de los grupos convocantes, Crida LGBTI, Daniel Lima Guerra ha dicho en declaraciones a la prensa que el colectivo reclama una Ley Trans y al respecto ha añadido: "Queremos dar un toque de atención al PSOE porque no estamos de acuerdo con lo que nos están ofreciendo".
Lima ha expresado asimismo su preocupación por las agresiones que están sufriendo las personas de estos colectivos, como la que se produjo en la verbena de San Juan en el barrio de Gràcia.
En el final del acto reivindicativo, se han leído cuatro manifiestos que llaman la atención sobre las problemáticas que vive el colectivo en relación al trabajo, la vivienda, al racismo y al feminismo.