A lo largo de los últimos meses, tanto la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, como su gabinete negaron en repetidas ocasiones que Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, hubiera entrado en España el pasado 18 de abril con pasaporte falso a través de la base militar de Zaragoza.
Sin embargo, tal y como ha revelado EL ESPAÑOL, Exteriores ocultó que el mandatario saharaui accedió a territorio nacional sin pasar control alguno en la aduana. Sin que nadie revisara su pasaporte y sin que quedara constancia oficial de su entrada en España.
Cuando estalló la polémica, Exteriores aseguró que Ghali había ingresado en España desde Argelia con el pasaporte con el que viaja habitualmente y que cumple los "requisitos ordinarios". Sin embargo, esta cara de la historia contrasta con la versión ofrecida al juez por el general jefe de la Base Aérea de Zaragoza, dependiente del Ejército del Aire.
El general José Luis Ortiz-Cañavate ha explicado, en una diligencia encargada por el magistrado que investiga si el líder del Polisario entró en España con pasaporte falso, que fue una llamada efectuada desde el gabinete de la ministra González Laya a la Sección de Relaciones Internacionales del Estado Mayor del Aire la que ordenó acoger aquel avión argelino.
No solo ordenaba acogerlo. La instrucción recibida era que "el personal que viajaba en el avión no pasara control de pasaportes ni aduana". Por este motivo, reza la respuesta remitida al juez, se desconocía "la identidad de las personas que iban a bordo".
Exteriores tan sólo comunicó al Estado Mayor del Aire que en aquella aeronave viajaba un paciente con pasaporte diplomático argelino (el propio Ghali), que llegaba en una camilla medicalizada y que iba acompañado de una persona, a la cual tampoco se identificó ni pidió la documentación pertinente.
Estos hechos, que han trascendido ahora en la respuesta remitida al juez por Defensa, contrastan con la versión ofrecida en su día por Exteriores. El Ministerio que dirige González Laya admitió que Brahim Ghali había ingresado en el hospital de Logroño con un pasaporte falso, pero negó que lo hubiera utilizado para entrar en España.
Esta explicación se torna ciertamente sesgada: por esa regla de tres, Ghali no accedió a España con un pasaporte falso porque nadie en ningún momento exigió que lo mostrara. Ni las autoridades del Ejército del Aire, ni tampoco las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pudieron comprobar en ningún momento la identidad de Ghali.
Procedimiento Operativo
Desde Exteriores se ha asegurado también que los pasaportes diplomáticos que portan los pasajeros en vuelo oficial (por tanto, con las pertinentes autorizaciones) no están sometidos a un control en llegada, en virtud de acuerdo que se mantiene con diferentes países, entre ellos, Argelia. Las mismas fuentes aseguran que los miembros de misiones diplomáticas están obligados a llevar encima el pasaporte, por si en algún momento fuese requerido por la autoridad competente.
La versión de la que dispone EL ESPAÑOL difiere de la ofrecida desde la cartera de Laya. La base Aérea de Zaragoza dispone de un Procedimiento Operativo según el cual los pasajeros de todas las aeronaves extranjeras procedentes de países de fuera de la Zona Schengen que aterricen en ella, afirma el general jefe Ortiz-Cañavete, deben pasar el control de pasaportes y someterse a la supervisión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Esta norma está basada en una Instrucción General del Estado Mayor del Ejército del Aire y nadie, sobre el papel, estaría exento de ella. En este caso, afirma el jefe de la base, no se siguió el procedimiento habitual "debido a la orden recibida del Estado Mayor del Ejército del Aire".
El general jefe va más allá en sus explicaciones y señala que las órdenes que se dieron desde el Estado Mayor del Ejército del Aire a la Base Aérea, entre las cuales se encontraban no realizar los trámites habituales de aduanas e inmigración, "le fueron transmitidas por parte del Gabinete de la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación".
Nuevas diligencias
La medida del Gobierno de introducir a Ghali en el país de manera subrepticia propició una crisis diplomática con Marruecos y la mayor avalancha de inmigrantes sobre Ceuta, ya que 8.000 personas cruzaron la frontera en apenas dos días.
Hace varias semanas ese magistrado abrió diligencias tras la denuncia que presentó el abogado Antonio Urdiales. El juez percibe indicios de delito por falsificación de pasaporte, prevaricación y encubrimiento contra Ghali y los funcionarios de fronteras de ese aeropuerto o del Ministerio de Asuntos Exteriores.
A juicio del magistrado, tendrían conocimiento de las causas que por graves delitos de presuntas torturas y genocidio tiene abiertas el líder del Polisario en la Audiencia Nacional cuando le permitieron acceder de ese modo a territorio nacional.
Este letrado ha solicitado también al juez de la causa que pida la identificación de la persona concreta que contactó desde Exteriores con el Ejército del Aire, dándole instrucciones sobre qué tratamiento habría que dar a los viajeros del vuelo. También quiere saber quién recibió la llamada, que se identifique a los implicados en lo ocurrido y de quién partió en última instancia la orden y demás circunstancias relacionadas con la entrada de estas personas en territorio nacional.
También exige Urdiales que se precise si las comunicaciones fueron escritas o telefónicas. Es decir, saber exactamente quién fue la persona que dio la orden en Exteriores, y quién la recibió en Defensa para luego transmitirla a la base de Zaragoza, donde aterrizó el avión argelino.
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