El cerco judicial sobre la entrada en España de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, se va estrechando cada vez más.
Por el momento, el magistrado que investiga los hechos ha pedido a Exteriores que le remita todos los whatsapps que se intercambió el jefe de Gabinete de la ministra Árancha González-Laya con el Estado Mayor del Ejército del Aire, a través de los cuales se ordenó el acceso de Ghali sin pasar por el control de aduanas.
La nueva diligencia del titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, Rafael Lasala, se produce tras las declaraciones de Camilo Villarino, el Jefe de Gabinete de Laya, y a las del General Segundo Jefe del Estado Mayor del Aire, Francisco Javier Fernández Sánchez.
Ambos reconocieron en sendos oficios remitidos al magistrado haber mantenido conversaciones vía telefónica -en forma de llamadas y mensajes de texto- la tarde del pasado 18 de abril. Ahora Exteriores tiene siete días hábiles para hacer entrega de todas esas comunicaciones.
Aquella jornada, detonante de la crisis diplomática con Marruecos que acabó con 10.000 inmigrantes cruzando la valla en Ceuta varias semanas después, un avión procedente de Argelia aterrizaba en torno a las siete y media en la Base Aérea de Zaragoza. Ghali viajaba en su interior. Con la identidad falsa de Mohamed Benbatouche se registró más tarde en el hospital de Logroño en el que ingresó para tratarse de la Covid-19. Se desconoce si portaba su documentación oficial porque nadie se la exigió.
Dos horas antes, a las 17.30, Villarino se puso en contacto con el Estado Mayor del Aire. Habló con el General Fernández Sánchez. Este preguntó si era preciso "que se hiciera trámite de aduanas o inmigración" al aterrizar la aeronave.
"Quien suscribe -reconoce Villarino- le contestó que no era preciso, siendo esta respuesta perfectamente coherente tanto con la práctica establecida como con la legislación vigente aplicable".
Versiones contradictorias
Esta respuesta aporta una versión diferente a la que ofreció el general jefe de la base aérea de Zaragoza, José Luis Ortiz-Cañavate. Tal y como adelantó EL ESPAÑOL, Cañavate explicó que fue una llamada telefónica la que llegó desde el Estado Mayor del Ejército del Aire a la Base Aérea. Según esa llamada aquel avión no debía pasar el control de pasaportes, ni tampoco la aduana.
El general jefe advirtió también al magistrado que la base de Zaragoza dispone de un Procedimiento Operativo muy concreto para estos casos. Según este, todas las aeronaves extranjeras procedentes de países de fuera de la Zona Schengen que aterricen en ella, deben pasar el control de pasaportes y someterse a la supervisión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Esta norma está basada en una Instrucción General del Estado Mayor del Ejército del Aire. Sin embargo, en este caso, el jefe de la base reveló que "en este caso (el de Ghali) no se siguió el procedimiento habitual debido a la orden recibida (precisamente) del Estado mayor del Ejército del Aire".
Además, tal y como reveló este periódico, el Ministerio de Asuntos Exteriores vulneró sus propias normas al colar a Ghali en España en secreto. Por eso ahora, para determinar quién dice la verdad, el juez exige los mensajes que se enviaron desde el entorno de la ministra Laya y el Estado Mayor del Aire aquella jornada.
Más diligencias
De esta manera, el juez admite la petición que realizó Antonio Urdiales, el abogado que interpuso la denuncia, y exige además conocer "el número de líneas comunicantes y los usuarios de las mismas".
No es la única diligencia que ha solicitado que se practique en los próximos días. También ha pedido a la Policía Nacional que identifique quién era el titular del teléfono que aparece en la ficha de datos que se le abrió a Ghali, bajo la identidad de Mohamed Benbatouche, a su ingreso en el hospital de Logroño.
Las investigaciones del magistrado ya no solo atañen a la entrada presuntamente irregular en territorio español del mandatario saharaui. También ahora quiere conocer los entresijos de su salida la madrugada del pasado 2 de junio, cuando un avión fletado desde Burdeos le recogió en Pamplona y le devolvió a Argelia.
A este respecto, el juez pide a la Comandancia de la Guardia Civil en Zaragoza que identifique esa aeronave, y que informe sobre "las autorizaciones de despegue y control de pasaportes y equipajes que portaban Ghali y acompañantes". En este caso, Salem Lebsir, el número dos del Frente Polisario, que fue el único que permaneció a su lado durante su estancia hospitalaria.
Sombras y contradicciones
Toda esta nueva batería de diligencias exigidas por el instructor del caso se añaden a las que ya solicitó semanas atrás. Con todas ellas el magistrado trata de aclarar las sombras y las contradicciones que todavía hay sobre un episodio que desencadenó una crisis diplomática que aún perdura meses después.
Entre esas peticiones, el magistrado exigió a la Policía Nacional el esclarecimiento del traslado en ambulancia de Ghali desde la base de Zaragoza hasta el hospital de Logroño. Así lo requirió después de que el Servicio Aragonés de Salud le informase de que no tenía constancia en sus registros de que el mandatario saharaui fuese trasladado en ninguno de sus vehículos.
Fue el jefe del servicio de Régimen Jurídico y Asuntos Generales de ese departamento, Carlos Gustavo Brosa Aragonés, quien afirmó ante su señoría que "no existe constancia en registros efectuados en esta Comunidad Autónoma de que el ciudadano Brahim Ghali haya sido trasladado desde la base aérea de Zaragoza hasta la Comunidad autónoma de La Rioja, en concreto, al Hospital de San Pedro de Logroño"; "ni con medios propios ni con medios ajenos dependientes del Servicio Aragonés de Salud", remachaba.
Esta respuesta resultaba contradictoria a ojos del juez Lasala. Totalmente distinta a lo que ya tenía sobre la mesa. Radicalmente opuesta al documento elaborado por los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional que acudieron el 5 de mayo a Logroño para acreditar que Ghali se encontraba en suelo español a petición de la Audiencia Nacional.
En aquel informe, los policías describieron que era el líder del Frente Polisario el que se encontraba ingresado bajo seudónimo en el hospital. También dejaron por escrito que había sido una ambulancia medicalizada del Servicio de Salud de Aragón el que le había trasladado. Algo que niega, como vemos, la consejería de esa comunidad.