Juego del escondite, opacidad y un experto en la guerrilla: la primera mesa PSOE-Junts en Suiza
El nombre del diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez fue el único detalle relevante de una cita política convertida en una reunión clandestina.
3 diciembre, 2023 02:53No sólo había terminado ya el encuentro, sino que el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, se estaba yendo a su casa cuando dio la cara por primera vez tras la reunión entre su partido y los emisarios de Carles Puigdemont. Y lo hizo porque no le quedó más remedio. Los periodistas esperaban en el aeropuerto a Santos Cerdán, quien se paró a hablar unos segundos sólo para dar la impresión de que no se marchaba sin decir una palabra. “Ha ido bien, ha sido una reunión de trabajo y luego sacaremos una nota en breve”, fue todo lo que acertó a decir.
La nota, efectivamente, salió poco después. Fueron más bien un par de párrafos que PSOE y Junts enviaron a la prensa en los que tampoco ofrecían muchos más detalles. Tan sólo que “los dos partidos acordaron proponer al diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez (San Salvador, 1955) que coordine el mecanismo internacional que forma parte del acuerdo político”. Galindo, añadía el texto, acudió a la reunión mantenida este sábado en Suiza. Eso, y que ambos partidos le agradecían “su compromiso y su voluntad de contribuir a alcanzar la solución política y negociada al conflicto”, fue todo lo que se supo.
Llama la atención, por encima de todo, la palabra “conflicto”, parte del vocabulario recurrente al que apela la narrativa independentista. Porque Galindo ha intervenido en conflictos, sí, pero de otra índole. Fue embajador de El Salvador en Colombia, donde participó en 2016 en la firma de los acuerdos de paz entre el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el jefe de la guerrilla de las FARC, Timoleón Jiménez, alias Timochenko. Es decir, que su experiencia más prestigiosa consiste en apadrinar la paz entre un Estado democrático y un grupo terrorista.
Ahora se embarca en un “conflicto” de naturaleza completamente distinta. Su trabajo consistirá, básicamente, en actuar como mediador en las exigencias que Junts, el partido del todavía fugado Puigdemont, le imponga al PSOE para garantizar que la legislatura salga adelante.
El diplomático salvadoreño, de 68 años, también ha sido embajador en Francia y representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en este mismo país, en Colombia, México y Egipto. También trabajó para esta organización en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba y Belice. Se graduó de la Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Políticas y se doctoró por el Instituto Universitario de Estudios Internacionales Avanzados de Ginebra.
Actualmente, Francisco Galindo es cónsul de su país en Bogotá, por lo que se explica aún menos su presencia en los encuentros periódicos que PSOE y Junts han acordado celebrar. También defendió los acuerdos de paz entre el Gobierno de su país y la guerrilla, quienes mantuvieron una guerra abierta a principios de los ochenta. Su perfil, muy enfocado en estas cuestiones, no encaja demasiado con las negociaciones entre dos partidos políticos de un país europeo, más allá de que comparte con ambos un idioma común.
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Ocultismo en Ginebra
El nombre del mediador fue realmente toda la información que trascendió de la cita entre PSOE y Junts. Y no porque los actores implicados que se habían trasladado hasta Ginebra, un lugar al que podía acudir de forma segura Carles Puigdemont, comparecieran para explicarlo. El único detalle relevante salió de la citada nota de prensa en la que ambas partes agregaban que la reunión se había “desarrollado en un ambiente cordial y de trabajo”.
Fue básicamente lo mismo que verbalizó Santos Cerdán antes de embarcar en su vuelo de regreso a Madrid. Los reporteros, que lo esperaban en los pasillos del aeropuerto como único lugar por el que debía pasar con certeza, le insistieron para conocer el contenido o al menos los participantes de la reunión, pero el secretario de organización del PSOE se negó a hacer más comentarios. Su visita a la ciudad suiza no llegó a las 24 horas.
Su llegada al aeropuerto -así como la de la portavoz de Junts, Miríam Nogueras- y su salida fue todo lo que se vio de esta cumbre llevada desde el más absoluto secretismo. Durante los días previos hubo varias maniobras de distracción para evitar el foco mediático, pero finalmente los actores implicados consiguieron su objetivo de evitar ser vistos. No hubo foto de grupo, declaraciones oficiales ni nada que se le pareciera.
La implicación del Centre for Humanitarian Dialogue, también conocido como Fundación Henri Dunant, hacía prever que la cita pudiera celebrarse en su sede de Ginebra, un palacete del siglo XIX con vistas al Lago Léman. Pero la presencia ya desde el día anterior de los periodistas y su emplazamiento, completamente expuesto al público, convertían esta sede en un lugar incómodo si lo que se pretendía era evitar los focos.
Tampoco los miembros de ambas delegaciones se dejaron ver por los hoteles por los que ya habían pasado en Ginebra. Así, la búsqueda de los periodistas fue un trabajo infructuoso mientras ambas comitivas departían en un lugar secreto. Distintas fuentes aseguraron que el escenario elegido finalmente fue un punto a las afueras de la ciudad, pero tampoco trascendieron más detalles.
Ni siquiera la presencia de Carles Puigdemont, que se daba por descontada, pero de la que no hubo ni una imagen ni una confirmación oficial. A la única representante de Junts a la que se vio por Ginebra fue a Míriam Nogueras, a su llegada al aeropuerto, donde ni siquiera quiso hacer declaraciones a la prensa.
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Se cierra así una cumbre que se repetirá con cierta periodicidad, aunque tampoco dejaron claro cuándo será la próxima cita. Sólo que no se espera antes de que termine el año. Tampoco explicaron si Ginebra volverá a ser la ciudad elegida o si asistirán más verificadores, al margen del diplomático salvadoreño Francisco Galindo. Representantes de Henri Dunant habrían actuado como facilitadores en esta ocasión.
Si lo que pretenden PSOE y Junts es dar continuidad al pacto de legislatura, podrían haber escogido otro lugar y otras formas, de modo que no hubiera dudas de que su compromiso es transparente. Se decantaron, sin embargo, por una fórmula alternativa de la que apenas se sabía nada antes de concretarse y sigue sin conocerse una vez celebrada la primera cita.