Carles Puigdemont ofrece un mitin en Barcelona pese a la orden de detención sobre él.

Carles Puigdemont ofrece un mitin en Barcelona pese a la orden de detención sobre él. Joan Gálvez

España INVESTIDURA DE ILLA

Sánchez no hizo nada por detener a Puigdemont: la inhibición de Policía, Guardia Civil y Mossos alienta la tesis del pacto

El jefe de los Mossos, el comisario Eduard Sellent, estaba de vacaciones hasta un día antes de la llegada del 'expresident' a Barcelona.

9 agosto, 2024 02:31
Ismael Monzón Sara S. Bas Brais Cedeira

La imagen con la que todos contaban nunca se produjo. Los Mossos d’Esquadra debían ser los responsables de apresar a Carles Puigdemont, que había avisado en varias ocasiones de que estaría este jueves en Barcelona.

A nadie le interesaba que en esa fotografía apareciera el uniforme de un policía nacional o un guardia civil. Pero los Mossos, a quienes se les había encomendado la tarea, fallaron con el objetivo a tiro y a plena luz del día

No era una decisión improvisada. Y los cuerpos de seguridad del Estado tampoco estaban de acuerdo, ya que se les dejó al margen de forma deliberada. El Gobierno no quiso mancharse las manos en esta tarea y lo fio todo a los mandos de la policía autonómica catalana, sobre quienes surgen todo tipo de sospechas.

VÍDEO | Así ha sido la maniobra escapista de Puigdemont en solo unos minutos: el expresident vuelve a huir Edición: Jose Verdugo

Recientemente se celebró una reunión conjunta con Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos d’Esquadra para hablar de otros asuntos de seguridad y en un aparte, en el contexto de una charla informal, el Ministerio del Interior informó a las partes de que los únicos responsables del dispositivo para detener a Puigdemont serían los mandos autonómicos de Cataluña. 

La decisión, por tanto, se produjo casi de pasada, según pudo confirmar EL ESPAÑOL. Interior entendía que éste era un asunto de seguridad ciudadana y que los competentes de esta materia en Cataluña son los Mossos d’Esquadra. 

“Iban a ser los Mossos, eso se sabía”, señalan fuentes policiales a este periódico. Mientras, Interior había determinado que el papel de la Policía Nacional y de la Guardia Civil sería el de “meros espectadores”

Los Mossos d’Esquadra tienen esas funciones de seguridad ciudadana y orden público, así como las de policía judicial, por lo que no sólo estaban capacitados para proceder a la detención de Puigdemont, sino que además tenían la obligación de ello, al existir una orden judicial de detención contra el expresidente de la Generalitat. 

Pero, al margen de esas cuestiones operativas, existe una lectura política. Al Gobierno no le interesaba en ningún caso que el expresident que volvía para escenificar que el procés sigue vivo fuera arrestado por un agente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Como tampoco a ERC, de la que depende la Consellería de Interior de la Generalitat. 

Realmente, los únicos que podrían haber obtenido rédito político de esa imagen hubieran sido Junts y el propio Puigdemont: la quintaesencia del independentismo apresado por los ejecutores del 155, mientras ERC le entregaba la Generalitat a un "candidato españolista". 

Interpretaciones políticas al margen, lo que reclaman Policía Nacional y Guardia Civil era haber estado en coordinación con sus colegas catalanes. “Esto es un tema de policía judicial pura y dura, y los dos cuerpos estatales deberían haber estado activados al cien por cien”, subrayan fuentes policiales. 

Sobre todo, porque desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sabían que Puigdemont había llegado a España dos días antes de su desfile por las calles de Barcelona.

Fuentes próximas a los servicios de inteligencia también subrayan que los Mossos eran los únicos responsables de la operación. "Nuestros objetivos los determina el Gobierno. Si no nos marcan un tema como objetivo, no lo seguimos", insisten estas fuentes.

Policía y Guardia Civil denuncian “la traición y el montaje de los Mossos” en la fallida operación para arrestar a Puigdemont. Y así lo hizo saber también el sindicato policial SUP, que calificó el dispositivo como un “fracaso absolutamente monumental”.

“Esta situación pone de manifiesto la complicidad de la administración catalana en obstaculizar una vez más la acción de la Justicia. Es un claro ejemplo de cómo las autoridades autonómicas catalanas están priorizando intereses políticos por encima del Estado de derecho”, añaden desde el SUP en un comunicado. 

El jefe de los Mossos, de vacaciones

Por tanto, el responsable último del operativo era el comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent. Sin embargo, según pudo confirmar este periódico, Sallent estaba hasta este miércoles de vacaciones. 

El jefe de los Mossos interrumpió su periodo de descanso sólo cuando Puigdemont avisó 24 horas antes de que iba a regresar a Cataluña, pese a que el sábado pasado ya anunció que su intención era estar en Barcelona durante la sesión de investidura. Algo que el líder de Junts ya había reiterado durante las últimas semanas. 

Sallent estuvo presente este jueves en las cercanías del Palau de la Generalitat, donde se escenificó la boutade con la que había amenazado Puigdemont. Pero eso no impidió que el expresident recorriera varios metros de la calle Trafalgar de Barcelona, llegara hasta el Arco del Triunfo, diera un mitin de varios minutos en un escenario y despareciera

“Estamos muy indignados, el ridículo que nos han obligado a hacer ha sido espantoso”, declaran fuentes de los Mossos d’Esquadra, que apuntan a la cúpula del cuerpo. “Éramos conscientes de que nos iban a criticar pasara lo que pasara, pero no nos imaginábamos que iba a ser todo tan desastroso. No sabemos qué pactos habrá habido para que todo haya ido así”, insisten estas fuentes. 

Esta semana, fuentes oficiales de los Mossos d’Esquadra confirmaban a este periódico que en los últimos días había habido “conversaciones con el entorno de Puigdemont para valorar todos los escenarios posibles”. Sin embargo, este jueves la dirección del cuerpo publicó un comunicado en el que niega que se haya producido “ningún acuerdo ni conversación con el entorno de Carles Puigdemont”. 

En ese comunicado, los Mossos admitieron su error, aunque se justificaron argumentando que "el dispositivo que se había diseñado establecía que la detención se hiciera de forma proporcional y en el momento más oportuno para no generar desórdenes públicos".

Según su versión, el hecho de que Puigdemont estuviera “protegido por diversas autoridades y rodeado de las personas concentradas” lo impedía.

Rendición de cuentas

El comisario jefe de los Mossos estaba realizando un curso de formación para ascender a Mayor, un grado superior en el escalafón. No obstante, el ya presidente de la Generalitat, Salvador Illa, anunció en campaña que si conseguía gobernar contaría con Josep Lluís Trapero, quien estaba al mando de los Mossos el 1 de octubre de 2017, para volver a ponerse al frente del cuerpo.

Así pues, Sallent podría tener las horas contadas. Por el compromiso de Illa y por su responsabilidad en la nueva fuga de Puigdemont. El sindicato mayoritario de Mossos, el SAP-Fepol, pidió explicaciones a toda la cúpula por el "ridículo" al que se vieron sometidos sus agentes. 

Fuentes de los Mossos denunciaron previamente a este periódico que los detalles del operativo no se habían comunicado a los cuarteles la tarde antes de la llegada de Puigdemont. “Sólo unas pocas unidades lo debían conocer”, agregan estas fuentes. 

Este viernes, habrá ocasión de escuchar las explicaciones oficiales. El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, comparecerá junto al director general de la Policía, Pere Ferrer, y al comisario Sallent para explicar qué ocurrió durante esas horas en las que Puigdemont campó a sus anchas por Barcelona.