El PP logra que el PPE bloquee a Teresa Ribera y paraliza "durante semanas" la nueva Comisión Europea
- El gran pacto europeo se rompe y ninguno de los seis últimos comisarios pasará su examen este 'supermartes'.
- Los socialistas también vetan al candidato de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y bloquean el 'ok' a todos los vicepresidentes.
- Más información: Teresa Ribera paró en 2021 la "adecuación y drenaje" del barranco del Poyo por "problemas ambientales" y una "visión del coste-beneficio"
El Partido Popular Europeo confirma que "hoy no será aprobada la candidatura de Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva y comisaria de Competencia" en Bruselas. Así lo ha podido saber este periódico, según fuentes del Parlamento Europeo.
Con esta decisión, pactada entre Alberto Núñez Feijóo y el líder de los populares europeos, el alemán Manfred Weber, se paraliza, al menos "durante semanas" la conformación del ejecutivo comunitario y sobre todo, se pone en riesgo el gran pacto histórico de los partidos centristas de la Unión Europea.
Los socialistas han respondido anunciando al PP Europeo el veto a Raffaelle Fitto, el candidato de la italiana Giorgia Meloni (ECR) a vicepresidente económico. Así, a estas horas, ninguno de los seis últimos candidatos al colegio de comisarios, los aspirantes a las vicepresidencias, pasará su examen este martes.
Fuentes del PP Europeo aseguran a EL ESPAÑOL que bloquean la evaluación de Ribera "temporalmente hasta que dé cumplidas explicaciones sobre la DANA en el Congreso de los Diputados". Y que "a la vista de ello, los socialistas han tomado como rehenes al resto de comisarios, bloqueando todo el gobierno comunitario".
Desde el PP español insisten en que "es Pedro Sánchez quien lo bloquea todo, por su empeño en mantener a Ribera, a la que no quiere la mayoría en el Parlamento Europeo, como se ha visto".
Ésta es la primera vez que los seis aspirantes a vicepresidente de la Comisión son dejados para el último día. El llamado supermartes nace de una jugada estratégica del PP español para forzar a Ribera a ser la última en pasar el examen.
Los vicepresidentes suelen ser los candidatos de mayor peso político, como es el caso. Y en la UE la tradición había sido ventilar pronto su examen en la Eurocámara para evitarse sustos como el que ahora se confirma.
La todavía vicepresidenta tercera del Gobierno de España nunca fue considerada "una representante adecuada" por el PP en la Comisión Europea. Ya en su momento, los de Feijóo mostraron su desacuerdo y no apoyaron su designación por el presidente Sánchez. Y mantendrán su voto en contra, más allá de la decisión que acabe tomando Weber.
De hecho, el PP español forzó la máquina hasta el extremo para debilitar lo más posible la cartera que le entregara Ursula von der Leyen, presidenta electa de la Comisión Europea, que ahora se ve ante la posibilidad de tener que rediseñar todo el colegio de comisarios.
'Operación derribo'
Pero es sólo eso, de momento, una posibilidad. Las fuentes consultadas aseguran únicamente que "hoy no" será confirmada Ribera como vicepresidenta primera de la Comisión.
Eso sí, los populares españoles presionan a sus colegas europeos para culminar su operación derribo largamente diseñada. Desde la campaña electoral de las elecciones europeas del 9-J, Génova y su delegación en Bruselas, liderada por Dolors Montserrat, se conjuraron para tumbar la candidatura de la socialista española.
Aunque ahora eso supusiera "apretar el botón nuclear" que haga saltar por los aires el pacto completo entre populares, socialistas, liberales... y el ECR de Meloni, la primera ministra italiana.
Porque ésa es otra. Oficialmente, la Alianza de Socialistas y Demócratas (S&D), que lidera la española Iratxe García en la Eurocámara, no ha acordado nada con "las ultraderechas", como califican al Gobierno (y al partido) de la jefa de Gobierno italiana.
Pero en realidad, y por personas interpuestas (el PPE), la "gran alianza europea se puede decir que ya ha crecido", en palabras de un eurodiputado de centro derecha. Y por eso, de momento, no ha habido tropezones sonoros en los exámenes que la Eurocámara está llevando a cabo a los 27 aspirantes a una cartera en la Comisión.
En todo caso, aunque el alemán Manfred Weber (líder del PPE) tiene sus "cuentas pendientes" con Von der Leyen, no parece estar convencido de llevar la jugada hasta el final.
Y al PP de Feijóo -su aliado principal para mantener el statu quo en el seno de los populares europeos- podría bastarle con forzar una segunda audiencia de examen a Ribera "cuando ya esté abrasada, tras su comparecencia en el Congreso por haberse escondido de sus responsabilidades en el desastre de la DANA".
Movimiento táctico
Sería un movimiento táctico en el que todos ganarían: por un lado, el PP Europeo no arriesgaría el "gran pacto". Ese acuerdo en el Consejo de julio, fue muy provechoso para los populares (único gran partido en alza en la UE).
Y no sólo le valió la reelección de Von der Leyen como presidenta, sino un poder casi omnímodo en las instituciones: con la presidencia del Europarlamento (Roberta Metsola) y la mayoría en el Colegio de Comisarios (14 de 27 jefes de Estado o de Gobierno).
Así, por otro lado, el PP español no se cobraría una pieza de caza mayor, pero la dejaría gravemente herida. "Como nos hizo Sánchez, nada más llegar a liderar el PSOE en 2014, ordenando que los suyos rompieran el acuerdo, para debilitar al comisario Miguel Arias Cañete", recuerda un popular de larga trayectoria.
Ahora se libra en directo la batalla del relato por las responsabilidades en la DANA. Y si hay un enorme foco sobre con quién comió Carlos Mazón el 29-O -acusado de negligente porque "la DANA estaba advertida desde cinco días antes"-, otro foco no menos apunta a los responsables de la AEMET y de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
En este sentido, un portavoz popular insiste a este periódico que “habrá que ver si Von der Leyen quiere importar a Bruselas un problema español con una política implicada en la muerte de tal vez 300 personas por su negligencia".
Sobre Ribera la pregunta es "qué hacía en París la víspera y en Bruselas el día de autos". Aunque esta última cuestión tiene respuesta ya revelada: vació su agenda oficial de vicepresidenta de España para trabajarse los votos que la puedan llevar a ser vicepresidenta de Europa.
"Las consecuencias"
El PP español aseguraba desde Bruselas, ya en la noche de este lunes, tener "convencido" a Weber de que había que hacer caer a Ribera. Es más, horas antes, aún por la mañana, fuentes de la dirección popular en Madrid afirmaban sin rubor que el Comité Dirección de Feijóo "está dispuesto asumir las consecuencias".
Es decir, a provocar la caída de la Comisión por completo. Porque ésa sería la "consecuencia", la respuesta de los socialistas, según revela una fuente de toda solvencia en S&D: dar por roto el histórico pacto centrista europeo y por confirmado que el PPE quiere "una mayoría alternativa con las ultraderechas".
De momento, cuando quedaban pocas horas para el inicio del examen en el Parlamento Europeo, los populares españoles empezaban a cantar victoria... o al menos, un primer "gol por la escuadra".
Si sólo se le obliga a la todavía ministra de Transición Ecológica a pasar un nuevo examen, su futuro en Bruselas quedará debilitado.
O bien para acabar cayendo ella sola en unas semanas -por eso, el PP ya ha sugerido que otros nombres le provocarían "menos problemas", como el de Luis Planas, ministro de Agricultura y experto en la UE- o bien para ser una "comisaria coja" desde el principio.
Todo dependerá de cómo se zafe de las críticas por su gestión de la crisis de la DANA y, sobre todo, de qué razones dé para justificar su decisión de paralizar las obras de "adecuación y drenaje del barranco del Poyo" en 2021. Unas actuaciones que ella misma había autorizado en 2011, cuando era secretaria de Estado de Cambio Climático.
Y si eso no le sale bien, el PP español sí cree que podrá cobrarse la pieza sin romperlo todo.
Porque el PP Europeo ya le había puesto una cruz a Ribera, a la que ha calificado reiteradamente de "sectaria, dogmática y perjudicial tanto para el sector primario como para el equilibrio entre el medioambiente y el progreso económico".
Pero si, finalmente, este martes se rompiera de golpe el pacto, es de esperar una reacción virulenta de los socialistas europeos.
Porque, aunque Von der Leyen había rebajado su posición colocándole a tres comisarios del PPE bajo su vicepresidencia, Ribera viene del PSOE, que es el líder de S&D (más ahora, con el debilitamiento del SPD del alemán Olaf Scholz).
Y Sánchez puede elevar la apuesta, cargado de los argumentos, ya deslizados por la eurodiputada García, contra "el viraje ultra" de la presidenta electa "en materia migratoria", apoyando las deportaciones a terceros países ideadas por Meloni.
Además, el presidente español no sólo es el líder de la Internacional Socialista (una organización con poco peso hasta ahora, pero con mucha agenda, que él está sabiendo exprimir). También es un gran superviviente, un hábil estratega y un político que "no hace prisioneros", según su propio entorno. Y no olvidemos que tiene cuentas pendientes con Weber.