La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico en Andalucía, Patricia del Pozo, es consciente de que en sus manos tiene un tesoro. Presume de que vive en la región con mayor talento artístico del mundo, con una cantera permanente a la que hay que alimentar y que tiene que ser el tercer pilar artístico, tras el sector turístico y el agroalimentario.
De ahí que esta sevillana esté convencida de que si a nivel nacional no se reactiva la cultura y el patrimonio, será imposible salir de la crisis. También de que la cultura será el motor de recuperación en la comunidad y en España. Sabe que su Consejería, aunque muchos lo piensen, no es la tonta del bote, pero sí la más bonita. Es consciente de que los 34 millones de turistas que eligen Andalucía como destino, más de 10,5 millones lo hacen atraídos por la cultura.
Abre a EL ESPAÑOL las puertas de su despacho en el Palacio de Altamira y habla de todos los temas con ese entusiamo que le caracteriza, incluso de los asuntos más políticos como la memoria histórica y de las administraciones paralelas que tiene en su Departamento.
Del Pozo, licenciada en Derecho, lleva muchos años en política en el PP andaluz y quiere seguir estándolo. Se marcó cinco objetivos para esta legislatura sobre todo para que la cultura llegue a todos los andaluces vivan donde vivan y, a pesar de la irrupción de la pandemia, insiste en que va a poder cumplirlo.
. En unos días se cumplirán dos años desde que cogió las riendas de su Consejería ¿cree que ha conseguido parte de sus propósitos?
El balance es positivo, a pesar de la terrible pandemia que nos ha hecho recomponer nuestros objetivos. Proyectos que llevan atascados desde tiempos inmemoriales y tan importantes, como pueden ser las Reales Atarazanas de Sevilla, están a punto de ver la luz. Pusimos en marcha un plan de impacto de 23 millones de euros y 14 líneas de ayudas al sector, enfocadas a todos los sectores, también para nuevos creadores, la reprogramación de actividades, la cancelación de espectáculo y para nuevos programas.
El confinamiento nos hizo reprogramar todo y hemos hecho más contrataciones que nunca en la vida. Sólo en el flamenco hemos hecho más de 1.300, aunque fue muy duro tener que cerrar La Alhambra en 12 horas y con 5.000 entradas vendidas. Mi equipo ha hecho un trabajo importante, pero será muy difícil que podamos estar a la altura del sector. Nos ha dado una lección absolutamente ejemplar y en el confinamiento evitó que nos volviésemos locos.
¿Cree que la Junta está haciendo lo suficiente para aflorar a nuevos artistas y en dar a conocer su extensa cultura?
Andalucía tiene una cantera de creadores permanente que tenemos que alimentar. Es una obligación porque estos artistas vienen pisando fuerte y es la garantía de continuar el liderazgo andaluz. No hay ninguna región en el mundo con mayor talento artístico y que tenga tantos números uno en todas las disciplinas, ni ninguna con su patrimonio arquitectónico.
Le he escuchado en alguna ocasión que su propósito es convertir a la cultura en el tercer pilar de riqueza tras el turismo y la industria agrícola, pero la Covid ha cambiado el tablero ¿cree que es a una de las materias que más ha afectado la pandemia?
Sin duda, ha sido una de las más afectadas por su propia esencia y hoy por hoy es nuestro tercer pilar de riqueza en Andalucía porque es sinónimo de empleo. Además, probablemente no tendríamos tanto turismo si no tuviéramos una cultura tan rica en la comunidad. Por ello, sin reactivar la cultura y el patrimonio será imposible salir de la crisis. Se reactivará y llegará a su culmen cuando recuperemos el turismo perdido por la Covid.
Tenemos muchas esperanzas en la vacuna para que en la segunda parte del año sea más normalizado. A partir de ahí, lucirá con todo su esplendor y será el motor económico y de recuperación de Andalucía y España.
Su Consejería ha sido una de las más afectadas también en este Presupuesto. Le ha correspondido 221 millones ¿cómo afectará?
El año pasado contamos con 223 millones y este año con 221,5. Mucho tendría que crecer el presupuesto para que yo estuviera un poquito más satisfecha. Andalucía tendría que tener mucho más para poder mantener su riquísimo patrimonio y ese liderazgo, pero en comparación con el año pasado y, en tiempos de pandemia, estoy contenta.
¿En qué ha cambiado esta Consejería con este Gobierno tras casi 40 años de gobierno del PSOE, que la hicieron su bandera?
Hemos propiciado dos cambios fundamentales: hemos puesto a trabajar a la Consejería al 100%, todo el mundo se ha sentido involucrado y entusiasmado cuando han visto que los proyectos salen adelante, y estamos posibilitando el acceso a la cultura a todos los andaluces. Por ejemplo, en las comisiones de patrimonio ya casi no hay lista de espera.
Su Consejería fue una de las más afectadas por la llamada administración paralela ¿se han encontrado con mucha sorpresas? Uno de los blancos fue la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales.
Estoy especialmente satisfecha. Estaba absolutamente desorganizada y la hemos puesto a pleno rendimiento. En 2019 cerró con beneficio, cumpliendo con todas las contrataciones y recuperando todo lo anterior. Lo cual demuestra que muchas veces es cuestión de organizar bien los recursos y de involucrar a las personas.
En los últimos años de la etapa socialista un gobierno conformista, sin ilusión y cuando tienes una dirección así, las personas acaban desilusionándose. Ha habido que agudizar mucho el ingenio, pero es la primera vez en la que hemos podido llegar a un mayor número de creadores, a muchos hogares y a espacios donde nunca habíamos llegado.
¿Cuáles son los proyectos culturales más importante de su Consejería para lo que queda de legislatura?
Tenemos cinco objetivos claves: terminar de consolidar la cultura y el patrimonio como gran pilar de riqueza; consolidar el apoyo al arte sacro andaluz ampliando el crédito para que Andalucía sea líder mundial; consolidar a Andalucía como la tierra del gran viaje en el tiempo y conocer la historia de la humanidad a través de su arquitectura; que vean la luz grandes proyectos que llevan años atascados como las Atarazanas, la Alcazaba de Almería o el Teatro Romano de Cádiz. El quinto objetivo es conseguir que, efectivamente, la cultura llegue a todo el mundo con independencia del sitio donde vivas y los recursos que tengas.
¿En qué punto se encuentra la Ley de la Concordia que defiende Vox y con la que usted se mostró de acuerdo? Sobre la actual de Memoria Histórica vosotros votasteis en contra al abogar por una ley donde no existan bandos…
La actual es una ley de parte y no es de todos como debería ser la de la Concordia. La mayor deuda que se mantiene como consecuencia de aquel conflicto es la posibilidad de que todas las familias que lo requieran puedan darle una digna sepultura y saber dónde están enterrados. Todo el mundo tiene derecho a eso. Pero si queremos una ley de la Concordia de verdad, tiene que salir del seno del Parlamento y con las aportaciones de todos los grupos para que sea una ley de todos y lo más unánime posible. Si no, no será de concordia y no seguirá el ejemplo de la Transición. La propuesta de Vox aún no se ha tramitado.
Estamos trabajando muy a fondo en otras leyes, como la del flamenco, la del Cine, en la del mecenazgo de Andalucía o en la reforma de la Ley del Patrimonio. El objetivo es, sin perder de vista su conservación, hacerlo sostenible con el día a día de las personas y con el desarrollo económico de los pueblos y ciudades. No se le puede amargar la vida a los que viven en un casco histórico, sino suponerle un activo.
Hablando de Memoria Histórica ¿en qué punto se encuentra la exhumación de Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena?
Para poder abordar esta exhumación se necesita que esté en vigor el comité de expertos necesario, que no estaba y ahora tenemos que nombrar a las personas. Además, yo me encontré con un informe jurídico del gobierno anterior que decía que era más que cuestionable la exhumación del general Queipo de Llano porque la hermandad ya había retirado los elementos en el entorno y en su tumba, que en su momento eran ofensivos contra la Memoria Histórica. Además, aunque la hermandad sea de visita pública es un espacio privado y cualquier decisión que se tome en este punto tendrá que ser con el mayor diálogo con la entidad, sin generar ningún conflicto.
Por último, ¿le gustaría repetir como consejera?
Nunca me imaginé que iba a tener el honor de dirigir esta Consejería y estar en el primer gobierno del cambio de Andalucía, ni tampoco que me iba a tocar lo más bonito. Eso sí, no es lo más fácil. Lo que me gustaría es que la próxima legislatura siga este gobierno del cambio, que está trayendo riqueza, estabilidad y prosperidad… Lo que me gustaría realmente es continuar sirviendo a Andalucía.