Valencia

La Agencia Valenciana Antifraude ha archivado su investigación sobre lo ocurrido en las oposiciones de Policía Local de Mislata (Valencia). Como informó este diario, varios de los aspirantes suspendidos en la prueba del "supuesto práctico" denunciaron que al menos una de las alumnas aprobadas ya conocía el examen.

En efecto, la academia de dos de las aprobadas, Esforpol, había realizado previamente un ejercicio aparentemente idéntico, utilizado después en la prueba oficial. Pero el organismo fiscalizador ha concluido que el tribunal realizó una prueba legal, porque las preguntas realizadas a los alumnos para analizar dicho supuesto "no eran idénticas" a las del ejercicio original.

Fue un denunciante anónimo quien trasladó los hechos a Antifraude. Aportó los dos textos: la prueba previa realizada en la academia y la realizada después en el examen. A su vez, aportó pruebas para demostrar que una interina aprobada estudiaba en dicha escuela de oposiciones (realmente eran dos, tal y como reconoció después Esforpol en sus redes sociales). Al analizar la denuncia, el organismo fiscalizador decidió abrir una investigación y paralizó la oposición.

Por descontado, la prueba principal a cotejar fue el propio examen. Ambos exponían el siguiente escenario: "Personados en el lugar, el vehículo se encuentra estacionado correctamente en un lado de la vía, ocupado por un varón en el puesto de conductor y una mujer en el puesto de copiloto". "El vehículo presenta baja temporal, seguro en vigor y con ITV caducada", agregan.

A continuación se pueden consultar ambos ejemplares de forma íntegra (primero el examen y después la prueba de la academia con la solución al supuesto práctico).

Como se puede apreciar, en la redacción del supuesto apenas cambia la dirección de los hechos y el nombre de los protagonistas del supuesto. De entrada tal circunstancia era ya controvertida, porque las bases del propio consistorio establecen que el tribunal -que cobra dietas por elaborar el examen- "confeccionará cuatro ejercicios prácticos".

Pero Antifraude, en su archivo, subraya ahora que las preguntas realizadas para analizar este supuesto "no eran idénticas" a las del ejercicio original. A esto mismo se aferró el Ayuntamiento, preguntado al respecto, para afirmar que la prueba "era nueva y adaptada al municipio de Mislata". Fue "totalmente transparente, legal, objetivo y con todas las garantías", aseveró.

La academia Esforpol reconoció abiertamente que trabajaron con dicho ejercicio, pero lo enmarcó en la normalidad. "Es un orgullo para esta academia, al igual que otros libros y materiales que todos conocemos y se han usado esporádicamente en otras oposiciones, el tribunal haya optado por poner un supuesto similar a los que se trabajan en nuestra academia", manifestó.

En cambio, fuentes policiales consultadas por este periódico trasladan su descontento por la resolución de Antifraude. "La norma dice con claridad que los supuestos han de ser nuevos, confeccionados por el tribunal. Recurrir a uno preexistente es una clara irregularidad, y más si se trata de uno que ya han abordado algunas aspirantes. Aunque cambien las preguntas sobre el supuesto, parten con una clara ventaja frente a quienes no lo han tratado previamente", subrayaron. Antifraude, en cambio, manifiesta en su archivo que esta parte del examen no ha sido determinante en el resultado final de los aspirantes.

Además del hecho de que el supuesto circulara previamente, la suspicacia con la oposición de Mislata radicaba en quiénes la habían sacado. Para las siete plazas aprobaron justo siete personas, entre las que se encontraban el hijo del actual jefe de Policía Local -quien se abstuvo y no participó en el tribunal-, y la hija de una miembro del gabinete técnico de Policía de la Comunidad Valenciana.

Además, los críticos con esta oposición también denunciaron "la tasa prohibitiva" que solicitó el Ayuntamiento de Mislata para realizar el examen, de un total de 410 euros. La abonaron 94 aspirantes, de modo que el consistorio del socialista Carlos Fernández Bielsa recaudó cerca de 40.000 euros de los candidatos.

El examen

Tanto la prueba de la academia como el examen definitivo contienen párrafos exactos, al margen de los detalles diferenciales -como los nombres y la ubicación del supuesto práctico en Mislata (el de la academia transcurría en Barcelona)-. "Por una parte, el varón llamado Alberto (Benjamín en la prueba de la academia Esforpol) es español de 25 años, quien le consta numerosos antecedentes por robo con fuerza en las cosas, lesiones, atentado y violencia intrafamiliar", explica el supuesto de ambos textos.

Agrega que el hombre "tiene vigente una orden de protección sobre su expareja Felisa (María en el ejercicio) con prohibición de acercarse a ella a menos de 300 metros y comunicarse con ella". En el interrogatorio a la mujer, esta dice haber accedido a que se vieran pese a la orden de alejamiento, si bien manifiesta a los agentes que le ha practicado tocamientos contra su voluntad y que la ha amenazado para mantener relaciones sexuales.

"Follas con todos, menos conmigo, a cambio de una raya. Bájate ahora mismo las bragas o te desfiguro la cara a puñetazos", recoge el texto de la academia. El tribunal de Mislata dulcificó esta escena y la dejó en "si no te acuestas conmigo, te desfiguro la cara a puñetazos".

Una vez expuesto el supuesto, la prueba de Esforpol planteaba cuatro cuestiones: indicar las infracciones penales y administrativas, las medidas y actuaciones a adoptar sobre el hombre, las medidas y actuaciones a adoptar sobre la mujer, y las medidas cautelares sobre el vehículo y los objetos observados.

Por su parte, el examen definitivo requería a los aspirantes la calificación policial de los hechos, la responsabilidad del hombre, las infracciones administrativas detectadas, la forma de proceder respecto a la mujer y, por último, les preguntaba si esta última era una víctima de violencia de género. Se trata de preguntas similares, pero Antifraude considera que las diferencias son suficientes como para archivar la investigación.

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