Pedro Sánchez subió a la tribuna del Congreso de los Diputados y con él comenzó el debate. Para empezar, porque su discurso fue vivo e incisivo, en claro contraste con el de Mariano Rajoy. Pero sobre todo, porque consiguió despertar a un candidato del PP que recuperó su habitual tono mordaz y afilado.
Sánchez fue correcto en la forma e implacable en el fondo y aprovechó tanto para justificar su rechazo a Rajoy como para esbozar una alternativa. "Pretende ser presidente del Gobierno mezclando agua y aceite, y eso no es posible". "España necesita un Gobierno, sí. Por eso votaremos en contra de la continuidad de su mal gobierno", dijo el socialista. "España necesita con urgencia un Gobierno, pero no un mal Gobierno", insistió.
Corrupción, tema estrella del debate
El líder del PSOE arremetió contra Rajoy por liderar un partido "imputado por corrupción". Una abstención sería un "injustificable perdón" a un líder que "sabía" que Luis Bárcenas tenía 40 millones de euros en Suiza cuando le enviaba mensajes de apoyo, revelados por el diario El Mundo. "Nadie puede pedirnos que apoyemos aquello que aspiramos a cambiar", según él.
En su réplica, Rajoy abordó el tema y le dedicó más que los escasos dos minutos de su discurso inicial. Recordó a Sánchez que todos los partidos tienen casos de corrupción y que él llega a la investidura no para denunciarlos sino para solucionarlos.
Sánchez recitó a Rajoy los delitos por los que el PP es investigado. "¡Si es todo el código penal, señor Rajoy!", explicó antes de recordar que Angela Merkel pidió a Helmut Khol, cuando éste dirigía a los democristianos alemanes, que dimitiera por casos de corrupción a pesar de que era una de sus principales colaboradores. Eso no ha pasado en España. "Lo grave es que ninguno de los 137 diputados del PP le exija a usted responsabilidades políticas".
Sánchez se permitió hasta darle una clase de alemán a Rajoy, a quien recordó que "Gürtel" significa "correa".
El "chantaje" y las terceras elecciones
Sánchez rechazó que sólo haya dos opciones: o Rajoy o volver a votar. Según el líder del PSOE, lo que persigue el candidato del PP es una "legislatura del chantaje", ya que quiere a Ciudadanos para la investidura y al PSOE para las principales leyes. "Lo que está usted diciendo es que quiere gobernar sin oposición", reprochó.
Aun sin proponerse, Sánchez explicó que en su "no" a Rajoy hay muchos "síes" a un cambio de políticas. "Por fortuna para la vida política española, hay vida más allá del señor Rajoy", aventuró. Sugerir lo contrario es caer en el "maniqueísmo" entre Rajoy y el "caos".
Rajoy aprovechó para recordarle a Sánchez que ya sabe que va a votar en contra y le pidió que no hiciese discursos en clave interno. Dudó de si todo el PSOE opina como su líder y aprovechó para sembrar cizaña al recordar que el líder socialista ha cosechado los dos peores resultados del partido.
Sánchez, contra Ciudadanos y el modelo territorial
El líder del PSOE, aliado hace unos meses de Albert Rivera, aprovechó para criticarlo por pactar con el PP para "preservar al señor Rajoy como presidente del Gobierno y perseverar en sus políticas. Hay poco más que hablar", dijo.
El líder socialista criticó el falso "patriotismo" del PP y Ciudadanos. "Algunos piden el voto por patriotismo", dijo en referencia al PP. Otros están dispuestos a "perder toda credibilidad por la patria", lamentó en referencia al líder del partido naranja. Y aseguró, recordando las palabras de Manuel Azaña: "Ningún problema político tiene escrita la solución en el código del patriotismo" si se hace con soluciones equivocadas.
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