El mandato de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE pende de un hilo. Los críticos con la gestión del líder socialista han conseguido la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la Ejecutiva del PSOE, según informa a este periódico un presidente autonómico al corriente de la operación.
Las dimisiones totales han sido 17 y han sido entregadas a primera hora de la tarde de este miércoles en la sede del PSOE en la calle Ferraz por Antonio Pradas, hasta ahora secretario de Política Federal y uno de los que ha renunciado. Con esta decisión, la Ejecutiva se queda sin 20 de sus 38 miembros, la mitad más uno (ya habían dimitido dos miembros y uno, Pedro Zerolo, ha fallecido).
Según el artículo 36.o de los estatutos del PSOE, "cuando las vacantes en la Comisión Ejecutiva Federal afecten a la Secretaría General, o a la mitad más uno de sus miembros, el Comité Federal deberá convocar Congreso extraordinario para la elección de una nueva Comisión Ejecutiva Federal".
A este artículo se ha aferrado Pedro Sánchez y su equipo, que descartan por el momento una gestora. "Que voten los militantes", ha zanjado César Luena en una rueda de prensa improvisada en Ferraz tras el órdago del sector crítico.
"Ni artimañas ni golpes"
El secretario de Organización del PSOE ha asegurado que Sánchez sigue siendo el líder del partido y ha lanzado un mensaje a los "instigadores" de esta operación: "Si quienes temen a los militantes o no quieren que hablen, ¿pueden dirigir el PSOE? En el PSOE se tiene que tener el respaldo de los militantes para dirigir. No caben atajos, ni artimañas, ni golpes".
Sin embargo, los críticos se resignan a aceptar el envite de Sánchez. Antonio Pradas, uno de los dirigentes que ha presentado su dimisión, ha negado la autoridad de la actual Ejecutiva del PSOE y ha rechazado de plano la interpretación de los estatutos que ha hecho Luena en su rueda de prensa. Consideran que Pedro Sánchez ya no es el secretario general del partido. "Lo que tienen que hacer es cumplir la ley", ha proclamado en una comparecencia improvisada a las puertas de la sede de Ferraz.
Pradas, de la federación andaluza, ha sido el encargado de entregar las firmas que han intentado tumbar a Pedro Sánchez.
La cascada de dimisiones se traduce en la disolución de la Ejecutiva y la convocatoria de un nuevo congreso, cuya fecha dependería de nuevo del comité, máximo órgano entre congresos. La operación ya se ha llevado a la práctica en otra ocasión, en 2014, cuando la mitad más uno en la Ejecutiva socialista en Castilla y León renunció y acabó con el secretario general. En aquella ocasión sí hubo una gestora que se encargó de administrar el partido.
Esa aplicación de los estatutos del PSOE ha sido confirmada y asumida tanto por los críticos como por el propio Pedro Sánchez, en una entrevista con eldiario.es este miércoles. Sin embargo, los partidarios del secretario general han argumentado durante estos días que los críticos necesitarían 18 y no 17 dimisiones, al considerar que la muerte de Pedro Zerolo no computa en el cálculo final.
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