Los partidos coinciden: la gran empresa tiene que pagar más impuestos
El Impuesto de Sociedades se ha convertido en un grave problema para las arcas públicas.
27 octubre, 2016 01:36Noticias relacionadas
En el año 2007, el mejor de la historia para el Impuesto de Sociedades, España recaudó casi 45.000 millones de euros con este tributo. En 2016, con los resultados empresariales en un nivel similar, apenas se estaban recaudando 12.000/13.000 millones de euros. Tan pobre estaba siendo la recaudación hasta la primera mitad del año, apenas la mitad de los 25.000 millones presupuestados por el Gobierno, que a mitad de año se vieron obligados a anunciar que pedirían a las empresas 8.300 millones de euros por anticipado a las empresas. Lo harían a través de la recuperación del mínimo en los pagos fraccionados a cuenta, figura que eliminó el Partido Popular este año y que estaba contribuyendo al desplome de la recaudación.
Pero ni aunque se cumpliesen los mejores deseos del Gobierno y la recaudación de Sociedades alcanzase los 25.000 millones previstos en los Presupuestos sería suficiente para volver a los niveles de 2007. De hecho, los ingresos apenas serían la mitad de los que fueron entonces. Los partidos políticos son conscientes de que el Impuesto de Sociedades tiene un gran agujero en las deducciones fiscales, de las que se benefician principalmente las grandes empresas y pretenden enmendarlo.
El objetivo que comparten el PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos es que hay que realizar una profunda revisión de este tributo para recuperar la recaudación. Así lo expusieron en miércoles en el marco de las conferencias organizadas por EL ESPAÑOL para celebrar su primer aniversario. La receta de todos ellos para recuperar la recaudación no es la misma, pero coinciden en que 12.000 millones para este tributo es muy poco.
“Lo que más falla es el Impuesto de Sociedades”, ha remarcado Francisco de la Torre, portavoz de Hacienda de Ciudadanos. En su opinión, es así de sencillo: “Si no arreglamos este agujero, aritméticamente no hay forma de cuadrar el Presupuesto del año que viene”. Y para hacerlo, es imperativo revisar todas las deducciones de las que disfrutan hoy las empresas. De este modo, se podrá recuperar la base imponible del tributo y volver a recaudar cuantías importantes.
Matilde Asián, portavoz adjunto de Hacienda del PP reconoció que “estoy totalmente de acuerdo con que hay que revisar el Impuesto de Sociedades, porque la recaudación está muy baja”. Sin embargo, la diputada del Partido Popular se mostró satisfecha con el apaño de recuperar el mínimo en los pagos a cuenta y subirlo hasta el 23% del resultado contable. Sin embargo, el propio Gobierno ha reconocido a Bruselas que esta es una medida temporal y como pactó con Ciudadanos en el acuerdo de investidura, realizará una reforma en profundidad que elimine deducciones.
Nacho Álvarez, responsable de Economía de Podemos, coincidió con que la reforma del Impuesto de Sociedades se centre en “qué tipo de deducciones permitimos” y no en “los tipos nominales del impuesto, para los que hay un acuerdo importante”. Pero añade otra idea, la de establecer un tipo mínimo, “por ejemplo del 15%” sobre el resultado contable de las empresas. Así, “de alguna forma se garantizará un trato equitativo entre las empresas de distinto tamaño”, remarcó.
Pedro Saura, portavoz de Economía del PSOE, celebró que la Comisión Europea haya puesto en marcha un proceso para armonizar el Impuesto de Sociedades que pagan las multinacionales el España. En su opinión, este cambio permitirá luchar mejor contra la elusión y la competencia fiscal entre los países de la Unión Europea. “Una buena noticia es que la Comisión Europea ha puesto en marcha la base común del Impuesto de Sociedades, esta es muy buena idea y tenemos que estar muy atentos a este nuevo paradigma internacional”. Y remarcó que “el Impuesto de Sociedades tiene recorrido”.
El fraude
El problema de la tributación de las grandes empresas no se limita al Impuesto de Sociedades y los partidos políticos coinciden en que es un problema el fraude fiscal. Álvarez lo resume así: “Como nos dicen los inspectores de Hacienda, la mayor parte del fraude se concentra en las grandes fortunas y las grandes empresas”. Estas compañías son las que tienen capacidad para realizar una planificación fiscal que disminuya sus impuestos, pero el problema está cuando incumplen la ley.
Las multinacionales que evaden impuestos se apoyan en los paraísos fiscales para hacerlo, por este motivo, Saura hizo un llamamiento a incluir en la lista de paraísos fiscales a todos aquellos países que no sean transparentes a la hora de ofrecer información.
“En España, con unos tipos impositivos similares a los de Europa, se recauda mucho menos, y es por el fraude fiscal”, alertó de la Torre. En su opinión, es necesario dotar de más recursos a la Agencia Tributaria para perseguir la evasión de impuestos. “Si por cada 6 euros que dedica Alemania a la lucha contra el fraude, España destina solo 1 euro, es imposible conseguir los mismos resultados”, lamentó
La presión fiscal
Una vez acordada que es necesaria una reforma del Impuesto de Sociedades que permita elevar la recaudación y cumplir con las exigencias de Bruselas, llega el momento de determinar qué nivel de gasto público queremos para España. Aquí fue donde surgió el enfrentamiento entre los distintos partidos. Tanto el PSOE como Podemos denunciaron el bajo nivel de recaudación de España, que condena al país a tener niveles de gasto muy bajos en comparación con la Unión Europea. En concreto, los ingresos totales del país se sitúan en torno al 38% del PIB, mientras que la media europea está en el 43%.
Para Saura “hay dos posibilidades, ajustar nuestro déficit y todos nuestros retos al 38% del PIB, que es lo que dice el Programa de Estabilidad del PP actualmente, o ir convergiendo al 43% en ingresos públicos”. Es una cuestión de decidir, si el ajuste se hace por la vía de los ingresos o del gasto. Es importante tener en cuenta que la senda de reducción del déficit no acaba con los 5.000 millones extra que hay que recortar en 2017, sino que el objetivo último es la estabilidad presupuestaria.
La solución pasa, en su opinión, por subir los impuestos y así mantener unos niveles de gasto que permitan “tener un estado de bienestar fuerte”. Para el diputado socialista, “es un engaño masivo decirle a los españoles que vas a bajar los impuestos, alguien que diga que va a bajar impuestos, estará mintiendo”. Es en este punto donde se cruzan las miradas. Frente a Saura, Asián prometió a los españoles “no subir impuestos a las clases medias” y al mismo tiempo “mantener la protección a los colectivos más vulnerables”.
“Nuestra política es clara: impuestos hasta un límite, el que garantice que se tiene la financiación suficiente para ayudar a la gente que más lo necesita”, remarcó la diputada del PP, “y una vez que se han alcanzado esos objetivos, y creo que en España se han alcanzado, que se devuelva el esfuerzo a los españoles”. La duda que surge a partir de aquí es evidente: si se mantiene la recaudación en los niveles actuales y se tiene que reducir el gasto para equipararlo a los ingresos, ¿es posible mantener la protección a los colectivos más vulnerables? ¿Se está haciendo ya?
Nacho Álvarez respaldó a Saura: “Yo diría que sí van a subir los impuestos”, y añadió que “el debate será si van a subir los impuestos directos o los indirectos”. Los indirectos, que no gravan directamente a quien paga el impuesto, como es el caso del IVA, tienen un efecto regresivo, esto es, socavan el reparto de recursos y, por tanto, inciden en la desigualdad como muestra este estudio de Fedea (“todos los impuestos indirectos se comportan de forma regresiva”). O los directos, que gravan directamente a la persona que soporta el tributo, como el IRPF, o Sociedades, y que tienen un efecto redistributivo.
“La realidad es que España tiene un gasto social 4 puntos de PIB por debajo de la UE”, apuntó Álvarez, lo que significa que para alcanzar el equilibrio con el resto de socios, el gasto debería aumentar en 40.000 millones de euros (casi tanto como el déficit que tendrá España este año, que tiene que ser de 46.000 millones). Si se apuesta por reducir la brecha con Europa en cuanto a gasto y protección social, la única forma de financiarlo es subir los impuestos. El debate sigue abierto y se tendrá que resolver en el Congreso y quedar firmado en los próximos Presupuestos Generales.