Albert Rivera defendió este lunes las medidas disciplinarias, los mecanismos de control del mensaje de Ciudadanos, el giro liberal, los artículos más polémicos sobre las primarias y el blindaje contra las corrientes internas que aparecen en los nuevos Estatutos del partido. Pero en el seno de la formación naranja dan por hecho que el período de enmiendas modificará las ponencias de la dirección en la Asamblea General de febrero.
"Es sólo un primer borrador y queda mucho debate por delante", dice un diputado autonómico de Ciudadanos. "Se están dando por sentadas cosas que no son definitivas".
Con Libertas sí hubo división
Rivera dio la cara por las ponencias de Ideario y Estrategia, Valores y Estatutos que pasaron holgadamente el corte del Consejo General el pasado fin de semana. Algunos consejeros que participaron en la reunión de Barcelona dicen que el debate fue sereno y constructivo. Pero reconocen preocupación interna, sobre todo entre los militantes más veteranos. Todos ellos catalanes. No quieren que la transformación de Ciudadanos en partido nacional entierre las señas de identidad de su nacimiento y su mensaje sin dobleces contra el nacionalismo en Cataluña.
"Estos debates son normales antes de un congreso", asegura este diputado, que prefiere guardar el anonimato para no alentar rumores de división interna. "Recuerdo consejos mucho peores, como cuando nos presentamos en coalición con Libertas (de ultraderecha) a las elecciones europeas. Aquello sí que era división y no lo de ahora".
Rivera dijo que el partido sigue siendo el más democrático de España. En Ciudadanos, afirmó, hay "30.000 corrientes de opinión diferentes", tantas como el número de afiliados, y que el código disciplinario trata de frenar acciones de desestabilización.
"Ha habido casos de grupos de 100 personas que pagaban la cuota desde una misma cuenta bancaria para afiliarse y controlar una agrupación", dijo. "Este mecanismo sirve para detectar gente organizada que quiera distorsionar la voluntad de los militantes".
El líder de Ciudadanos recordó que las 750 agrupaciones repartidas por todo el país tienen hasta el 10 de enero para presentar sus propuestas de mejora. La Asamblea debatirá y votará 25 enmiendas de cada uno de los tres documentos estratégicos. Los artículos más polémicos sobre las corrientes internas y la expulsión en caso de discrepancia grave pueden cambiar.
TranC'sparencia dará la batalla
De hecho, muchas agrupaciones trabajan ya en estas enmiendas. Los afiliados de la plataforma crítica TranC'sparencia explican a EL ESPAÑOL que los nuevos Estatutos parecen "soviéticos". Y amenazan con darse de baja en bloque tras el congreso.
"Lo que nos ha llamado la atención es el régimen un poco soviético que se nos impone con el régimen disciplinario de los Estatutos", dice Nuria Galvany, afiliada en Valencia y miembro de TranC'sparencia. "Rivera pide primarias al resto pero prácticamente las ha eliminado de su partido". Ciudadanos obligará a someterse a procesos de primarias al candidato a presidente del Gobierno de España, los candidatos a presidentes de los gobiernos autonómicos, los candidatos a las alcaldías de las capitales de provincia, candidatos a las alcaldías de las ciudades de más de 250.000 habitantes y los cabezas de lista de listas de las circunscripciones electorales de más de 250.000 habitantes en las elecciones generales.
Fátima Vallejo, militante de Valladolid, asegura que el régimen sancionador es bastante duro: "No entiendo que no se puedan hacer declaraciones sin que te autoricen".
Desde TranC'sparencia, que agrupa a unos 1.000 afiliados críticos que demandan un partido más abierto, piden que el sistema de enmiendas sea transparente y la participación, lo más alta posible.
"Queremos que los afiliados tengan poder de actuación y de votación, que tengan voz y voto si se puede", dice Ignacio Tricio, miembro del Consejo Social del Ayuntamiento de Logroño. "Nosotros queremos que cambien cosas, no ser un sector crítico al 100%".
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