La votación fue a mano alzada y el 'topo' que le nació a Esperanza Aguirre quedó al descubierto. Los de Carmena y el PSOE clamaron contra Donald Trump y su intención de levantar un muro ante México, una declaración de intenciones sin efecto alguno. PP y Ciudadanos se abstuvieron. Aguirre justificó su postura criticando "la hipocresía de la alcaldesa". "¿Por qué las deportaciones de Trump sí y las de Obama no?", interpeló varias veces.
Entonces ocurrió lo insólito. Un concejal del PP se convirtió en héroe a ojos de la bancada de la izquierda. "Este tipo es un valiente, no nosotros, él sí", decía Carlos Sánchez Mato, delegado de Economía de Ahora Madrid, señalando al improvisado crítico de Aguirre en la mañana del martes.
José Luis Moreno, rubio, bufanda granate, sonrisa y gafas, salía del pleno y los periodistas le esperaban. "Vamos, vamos, que no se vaya", decían algunos. Una persecución inédita. Se le veía incómodo, más por el agobio de los micros que por el desplante a su portavoz. "No recibirá sanción alguna, Esperanza nos dio libertad de voto", comentaban algunos compañeros.
"Ala, ya tenéis chicha"
Se llama José Luis Moreno, pero no es ventrilocuo, tampoco productor de televisión. Antes de ser concejal, selló una dilatada trayectoria en las altas esferas de KPMG.
Levantó la mano y sonrió. Con su palma, empujó la última noticia del pleno, cuando la alcaldesa ya animaba: "Venga, que ya queda poco". Mofletes pegados en la cristalera del palco. "¡Jode, ha votado a favor!", se sorprendían asesores y técnicos. "Ala, ya tenéis chicha", apuntaba otro.
"No, no, sólo voy a decir una frase", intentó esquivar Moreno en el asedio final. "Mi hija vive allí, conozco Estados Unidos... Estoy en contra de esa medida". Y así se despidió José Luis Moreno, concejal desconocido de nombre conocidísimo. Un héroe del PP a ojos de los de Carmena, por un día.