Carles Puigdemont está cumpliendo a rajatabla la estrategia que diseñó poco antes de escapar a Bélgica, y que ha desvelado este diario. El ex presidente de la Generalitat ha anunciado este viernes que está "dispuesto" a ser candidato el 21-D y se ha mostrado partidario de formar una lista unitaria y transversal que incluya a "todos los sectores que quieren enfrentarse al bloque del 155 y la represión".
Según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes conocedoras de sus planes, Puigdemont no tiene intención de recoger su acta de diputado (o lo demorará al máximo) si resulta elegido en alguna lista. Su objetivo es amplificar el victimismo a nivel global y seguir culpando a toda España de su situación procesal.
El plan de fuga que empezó a preparar Puigdemont hace una semana incluía un exhaustivo informe jurídico sobre sus posibilidades de ser candidato a unas elecciones estando imputado y en el extranjero. Puigdemont ya sabía entonces que Mariano Rajoy tenía intención de llamar a las urnas lo antes posible una vez aplicado el 155. Los asesores del ex presidente concluyeron, por un lado, que sin sentencia firme podía concurrir en una lista y, por otro, que el hecho de encontrarse en un país extranjero tampoco era impedimento.
"Estoy dispuesto a ser candidato... Es posible hacer campaña desde cualquier parte, porque estamos en un mundo globalizado", ha dicho Puigdemont en una entrevista a la televisión pública belga francófona RTBF.
Lista única
El expresidente catalán ha sugerido que para estos comicios debería haber de nuevo una candidatura conjunta del PDeCAT y ERC, repitiendo la fórmula de Junts pel Sí. "Todos los que hemos liderado este proceso debemos implicarnos, sobre todo si hay la mínima posibilidad de que podamos ir juntos", ha señalado. Este sábado, a través de su cuenta de Twitter, Puigdemont ha confirmado su apoyo a la lista única afirmando que "es el momento de que todos los demócratas se unan".
El anuncio es parte de la estrategia de Puigdemont que, eso sí, pasa porque la orden internacional de detención y entrega que ha cursado la juez Carmen Lamela a Bélgica se retrase lo máximo posible. El ex presidente ha contratado los servicios de Paul Bekaert, el mismo abogado que asesoró durante años a presos de ETA que trataban de frenar su extradición a España.
Aforado en el Supremo
Si finalmente resulta electo y consigue demorar su entrega a España, Puigdemont recuperará la condición de aforado y su causa, que incluye delitos de rebelión y sedición, debería trasladarse al Tribunal Supremo. Puigdemont, sin embargo, no busca el aforamiento. Lo que pretende es seguir amplificando el victimismo para que, de alguna manera, la Unión Europea o algún país fuerce una mediación con el Gobierno español.
El ex presidente se ha planteado no acudir a recoger su acta de diputado y seguir culpando a España de no dejarle ejercer el cargo para el que ha sido elegido. Otra opción es que demore al máximo su regreso a Barcelona para recoger dicha acta. Si vuelve, sería detenido inmediatamente. El objetivo, según estas fuentes, es mantener viva la llama del pulso y que algún organismo internacional presione a Rajoy.
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