Después de días escondido en Bruselas y una jornada de detención en la Fiscalía por la orden de entrega cursada por la Audiencia Nacional, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha dado este martes un baño de multitudes en la capital belga. Alrededor de 200 alcaldes independentistas desplazados para la ocasión, sin que esté claro quién ha pagado los gastos, le han aclamado al grito de "President", "No esteu sols" y "Llibertad" en un acto que se ha convertido en el primer mitin de cara a las elecciones catalanas del 21-D.
La ceremonia, que ha tenido lugar en el centro cultural Bozar tras denegar la Eurocámara permiso para usar una de sus salas, constituye además el enésimo intento de los secesionistas de internacionalizar la crisis catalana y lograr que la Unión Europea haga de intermediaria entre Madrid y Barcelona. El lema de los convocados era "Help Catalonia". La sala estaba abarrotada de prensa internacional. Los discursos han sido en francés, inglés y alemán. Y Puigdemont ha reclamado a los dirigentes de la UE que reconozcan la independencia de Cataluña si los secesionistas ganan el 21-D.
Sin embargo, los únicos políticos extranjeros que se han acercado al acto eran de partidos nacionalistas o radicales, como Mario Borghezio, de la Liga Norte italania, o miembros del partido ultra flamenco Vlaams Belang. También había representantes flamencos de la N-VA o del Sinn Fein irlandés.
"Debemos saberlo, ¿aceptarán ustedes o no el resultado que voten los catalanes? Si el resultado es que los catalanes apoyen la independencia de Cataluña, ¿lo aceptarán? ¿O seguirán ayudando al señor Rajoy en este golpe de Estado?", ha clamado Puigdemont en una interpelación que ha dirigido expresamente al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker y al de la Eurocámara, Antonio Tajani. El expresidente catalán asegura que los secesionistas sí aceptarán el resultado del 21-D, sea cual sea, pese a que asegura que los comicios se celebran en una situación de anormalidad democrática y con "presos políticos".
Ningún país de la UE ni del mundo reconoció la declaración unilateral de independencia aprobada el 27 de octubre. Todos los socios europeos han respaldado la activación del artículo 155 de la Constitución. Y Juncker ha vuelto a repetir este lunes que no es el Gobierno español el que vulnera el Estado de derecho sino aquellos que no respetan el orden constitucional, en referencia a los secesionistas.
Al mismo tiempo que exigía la ayuda de Bruselas, Puigdemont -así como los alcaldes y eurodiputados que le han precedido en el uso de la palabra- no ha ahorrado críticas a las instituciones de la UE. "¿Cuánto tiempo harás la vista gorda, Europa? ¿A este golpe de Estado, al maltrato a nuestros colegas encarcelados y nuestros representantes electos?", se ha quejado.
El parlamentario de ERC, Josep-Maria Terricabras, se burlaba de las declaraciones de Juncker en las que afirmó que no quiere "una Europa de 95 países". "Lo dice él que viene de Luxemburgo, un país más pequeño que muchas ciudades catalanas", ha dicho.
"Señores Juncker, Tusk, Merkel y Macron: cuando se encarcela a los dirigentes políticos, ya no hay democracia", resaltaba la exconsellera de Enseñanza, Clara Ponsatí. "Europa no puede ignorar lo que pasa en Cataluña. Escucha, Europa", ha lanzado el antiguo titular de Sanidad, Toni Comí.
Memorial de agravios
Durante su discurso, Puigdemont ha acusado al Gobierno de Rajoy y al PP de connivencia con el fascismo. Y ha presentado la historia de Cataluña como una lucha constante para librarse de la opresión de España. "Cataluña sólo ha progresado cuando se gobernado por sí misma", ha subrayado.
"Desde Felipe V hasta Felipe VI, desgraciadamente lo más frecuente en la historia ha sido una ausencia de libertad, la supresión de toda forma de autogobierno. Esto ha sido lo normal en la relación entre Cataluña y España: una historia llena de prohibiciones, de suspensiones, de golpes de Estado y detenciones", sostiene el expresidente catalán.
"Ha habido Gobiernos antes que el nuestro que han conocido la prisión, el exilio, la persecución. No hay que olvidar que el fascismo español, ayudado por el nazismo, fusiló al presidente 123 de la Generalitat de Cataluña, Lluis Companys. Nunca lo olvidaremos. Y es un fascismo que hoy, en 2017, con impunidad total, participa en las manifestaciones convocadas por el partido que Gobierna España", ha asegurado Puigdemont.
También los alcaldes que han intervenido en el acto -de la Asociación de Municipios por la Independencia y la Asociación Catalana de Municipios- han esgrimido una larga lista de agravios históricos contra el Estado español. El punto culminante, alegan, fue la violencia policial durante el referéndum del 1-O contra ciudadanos pacíficos que sólo querían votar y el encarcelamiento de la mitad del antiguo Govern. Rajoy siempre se ha negado a dialogar y responde únicamente con la represión, aseguran.
Durante el mitin han cobrado un gran protagonismo las varas de mando, que los alcaldes exhibían como muestra de apoyo a Puigdemont y los exconsellers, a los que consideran "Gobierno legítimo" de Cataluña pese a haber sido destituidos por Rajoy. "Que nadie se ría de nuestras varas. Son las varas que nuestros antecesores nos dan como testigo después de unas elecciones democráticas", ha dicho el presidente de la Asociación Catalana de Municipios, Miquel Buch.
Los alcaldes han regresado a Barcelona el mismo martes por la noche en el vuelo chárter fletado para ello. A Puigdemont y sus exconsellers, el juez les ha prohibido salir de Bélgica hasta que se resuelva la euroorden emitida por la Audiencia Nacional. Su próxima cita con los tribunales para decidir sobre su entrega a España es el 17 de noviembre a las 14:00 horas.
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