Rajoy trata de calmar a los barones adelantando a febrero la campaña de 2019
El presidente reorienta su estrategia para amortiguar el zarpazo de Cs y convencer a su electorado de que el PP sigue siendo la única opción de gobierno.
9 enero, 2018 02:30No ha habido ni una sola autocrítica sobre qué falló para que el PP se quedara el 21 de diciembre con solo cuatro escaños en el Parlament de Cataluña. Pero parece que por fin Mariano Rajoy ha reaccionado y se ha propuesto lanzar una ofensiva para recuperar al votante perdido un año y medio antes de que se celebren las elecciones autonómicas y municipales.
El presidente del Gobierno ha dejado que pasaran las fiestas navideñas para convocar a su Junta Directiva Nacional el 15 de enero. Rajoy reunirá a la plana mayor de su partido -ministros, presidentes autonómicos, diputados, senadores, alcaldes- para intentar sofocar las críticas internas de sus mandos intermedios que piden reaccionar antes de que los resultados de Cataluña se extrapolen, como una epidemia, al resto de autonomías.
El líder del PP ya está diseñando con su equipo más cercano una estrategia nueva para pinchar el 'efecto Arrimadas' y llegar a los comicios del año próximo con opciones de poder ganar en feudos tradicionales como Madrid o Valencia, hoy en manos de sus rivales. "El PP va a tener su propia agenda, su propia actividad, con un calendario potente e intenso durante 2018", anunció el coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, este lunes tras el primer comité de dirección del año.
Con la vista puesta en 2019
Rajoy trabaja ya con la vista está puesta en mayo 2019, cuando todos los municipios y la mayor parte de las autonomías elegirán a sus representantes. Será la hora en la que el PP volverá a medir su poder en las urnas. En Génova ya están diseñando un calendario de actividades "muy potentes" donde se movilizará a toda la dirección nacional del partido, incluido el presidente. El objetivo es volver a convencer a sus militantes de que el PP sigue siendo la mejor opción para gobernar España.
El partido que sustenta al Gobierno va perdiendo votos desde que ganó las elecciones en 2011. En la primera legislatura con Rajoy como presidente se achacó ese descenso de respaldo a la intensa crisis que asolaba al país. Pero los datos poco a poco fueron recuperándose sin que esas buenas cifras económicas se tradujeran en respaldo de los ciudadanos.
Mientras los gurús demoscópicos del PP analizan meticulosamente los fallos de la campaña electoral en Cataluña, desde la dirección nacional del partido se han propuesto desgastar desde ya a Ciudadanos, sin duda su rival más fuerte en las próximas elecciones. Los conservadores repetirán un mensaje de forma machacona: Cs es un partido que carece de responsabilidad de Gobierno y simplemente "va por donde va el viento", por lo que quedaría invalidado para poder llevar las riendas de cualquier administración.
Volver a "salir a la calle"
La dirección nacional del PP está dispuesta a volver a "salir a la calle" para reconquistar a un electorado que hoy ya identifica al partido que lidera Albert Rivera como una formación de referencia. Para conseguirlo, en Génova ya trabaja con un calendario repleto de actividades y actos en los que se intentará explicar municipio a municipio, provincia a provincia, las políticas que se han puesto en marcha desde el PP y que se ha traducido en una mejora de la calidad de vida de los españoles.
El presidente no tiene ninguna prisa por celebrar las elecciones generales y su intención es agotar la legislatura. Sin embargo, Rajoy se ha propuesto como objetivo para este nuevo curso político cerrar grandes pacto de Estado con sus rivales políticos como son la educación, la financiación autonómica y pensiones. Quiere ser él quien tome la iniciativa y así "colgarse él las medallas", reconocen fuentes de su equipo. Hasta ahora, nunca le había importado que fueran sus rivales quienes vendieran como triunfos acuerdos de Estado.
Sin balance de la crisis en Cataluña
De momento, en el PP siguen sin hacer un balance de lo ocurrido en Cataluña para que su partido fuera el menos votado de todos los que han conseguido representación parlamentaria en la Cámara autonómica. Con esta jugada, Rajoy pretende animar a los demás barones a tomar la iniciativa en sus respectivos feudos para sofocar el incendio que ha provocado en sus filas la crecida de Ciudadanos.