Las siete zancadillas y puñaladas entre Cospedal y Soraya: diez años de inquina
- El control del CNI, el caso Bárcenas... Santamaría y Cospedal ya no esconden la animadversión que la una siente hacia la otra.
- Santamaría apela a los militantes para presentar a Cospedal como candidata del aparato
Guerra sin cuartel en el Partido Popular. Las dos mujeres más poderosas de la era Mariano Rajoy han dado un paso al frente. María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría ya ni esconden la animadversión que la una siente hacia la otra y las dos han decidido medirse en un proceso en el que solo puede ganar una. Este enfrentamiento lo arrastran desde hace diez años, cuando el todavía presidente del PP ganó el Congreso de Valencia de 2008, acabó con el aznarismo y dividió todo el poder entre ellas. A una la nombró secretaria general del partido y a la otra la puso como portavoz del Grupo Parlamentario en el Congreso. Pero nunca una se fió de la otra. A continuación, EL ESPAÑOL detalla las siete puñaladas y zancadillas que se han puesto durante estos larguísimos años.
1. La influencia sobre Rajoy
Cada una marcó pronto cuál era su territorio y crearon su propio perfil desde sus respectivos feudos: una en el partido, otra en el Gobierno. Santamaría se hizo con el control de La Moncloa cuando Rajoy ganó con mayoría absoluta en 2011 y Cospedal mantenía el poder férreo de Génova. Las dos han intentado blanquear sus diferencias y dicen que no se llevan tan mal como se dice. Sin embargo, compañeros que han compartido horas de trabajo con las dos coinciden en el diagnóstico: "A las dos les obsesionaba influir más sobre Rajoy que la otra". Sin embargo, el presidente les ha ido dando una de cal y una de arena a las dos para que ninguna se pensase que tenía más influencia que la otra. Hasta tal punto ha sido el despiste del "jefe", como ambas lo llaman, que ninguna de las dos sabe a quién votará el presidente en el Congreso de donde saldrá su sucesor.
2. El control del CNI
Con la llegada del PP al poder en 2011 sus diferencias, lejos de apaciguarse, aumentaron. Santamaría se hizo con el control del Centro Nacional de Inteligencia y durante los seis años y medio que fue vicepresidenta se convirtió en la mujer más poderosa de España. Los afines a la secretaria general creen que se aprovechaba del CNI para amenazarla con sacar trapos sucios de su marido, Ignacio López del Hierro. Cuando Rajoy metió a Cospedal en el gabinete de Moncloa en 2016, peleó mucho por intentar que el presidente le cediera a su ministerio el CNI, como ha conseguido Margarita Robles ahora. Santamaría ganó: el Centro Nacional de Inteligencia lo siguió manejando ella.
De aquel poder surgió un grupo denominado G-8, donde los ocho ministros que menos representados se sentían con Santamaría se reunían en cenas distendidas para criticar precisamente las formas de la vicepresidenta. A ella se le acusa de ser quien ha filtrado durante estos años polémicas como el de José Manuel Soria.
3. El caso Bárcenas
En una jugada estudiada al milímetro, Santamaría desapareció del mapa en la época más dura de la era Rajoy: los años en los que estalló el caso Gürtel y el extesorero Luis Bárcenas declaró la guerra a María Dolores de Cospedal tras su famoso "despido en diferido". La 'número dos' del PP cree que ha dado demasiadas veces la cara "para partírmela", como reconocía la propia Cospedal al presentar su candidatura.
El caso Gürtel erosionó tanto la figura de la secretaria general, con aquel despido en diferido de por medio, que Rajoy creó una nueva figura en Fernando Martínez-Maillo para representar al nuevo PP lejos de la corrupción. La 'número dos' del PP nunca perdonó a la vicepresidenta que se desentendiera por completo de aquel lío monumental.
4. El poder en el PP
Santamaría se queja amargamente de que Cospedal la apartaba a conciencia de actos de partido para dejar en evidencia el escaso poder interno que la vicepresidenta posee en el Partido Popular. El episodio más escandaloso se vivió hace apenas dos meses, cuando el presidente fue, en condición de líder del PP, a comer con sus barones regionales, además de los portavoces parlamentarios y la propia Cospedal a un restaurante en Sevilla. Santamaría acudió hasta allí y, en la entrada, le dijeron que era un acto de partido y su presencia no estaba confirmada. Se tuvo que ir.
Cospedal, por su parte, decía que Santamaría eligió a su antojo a los secretarios de Estado y subsecretarios sin escuchar siquiera sus recomendaciones. Tampoco le dejó meter baza en la portavocía del Congreso cuando lo dejó por ser vicepresidenta: Alfonso Alonso, 'sorayo' reconocido, fue su sucesor en el Parlamento.
5. El candidato en Andalucía
Otra de las batallas más encarnizadas que protagonizaron fue a costa de elegir al presidente del PP en Andalucía. Santamaría tuvo mucho que ver en que Juan Manuel Moreno fuera finalmente el candidato en las últimas elecciones en contra del diagnóstico de Cospedal, que cuenta en el feudo andaluz con un apoyo fundamental: el exministro y exalcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido.
6. El caso Cifuentes
La crisis que se abrió en el PP con el escándalo del máster de Cristina Cifuentes sirvió también para avivar el enfrentamiento entre las dos. Cospedal se mostró rápidamente al lado de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, a quien le une una estrecha amistad. Intentó convencer a Rajoy de que era necesario aguantar con ella hasta el final para que Ciudadanos se retratase. La vicepresidenta quería que la presidenta de Madrid se apartase cuanto antes. La publicación de un vídeo en el que se ve a Cifuentes robando dos cremas en un supermercado terminó con su carrera.
Fue precisamente la secretaria general quien le llevó hasta la Puerta del Sol el recado del presidente: su dimisión debía ser efectiva en apenas unas horas. Victoria para Santamaría. Tras la salida de Cifuentes, Rajoy dejó que se impusiera la vía de Cospedal para elegir a su sucesor: sería Ángel Garrido el nuevo presidente de la Comunidad de Madrid. Al menos, hasta las elecciones de 2019. La imagen de las dos sentadas el día 2 de mayo en la sede de la Comunidad de Madrid con una silla vacía en medio pasará a la historia precisamente como la que simboliza mejor este desencuentro.
7. Las dos querían ir de 'dos' en la lista electoral por Madrid
Tanto la secretaria general del PP como la vicepresidenta querían que sus nombres siguieran al de Mariano Rajoy en la última lista electoral. Cospedal pidió al presidente acompañarle en la lista por Madrid, pero finalmente la mandó a encabezar Toledo. La batalla la ganó Santamaría, que fue como 'número dos', justo detrás del presidente.