Vox afrontaba este martes una semana "histórica". Francisco José Alcaraz, expresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), se convertía en el primer parlamentario nacional de la formación en el extremo derecho del tablero. Con su toma de posesión, los de Santiago Abascal sellaban su desembarco en Madrid. Contra todo pronóstico, lo han hecho con perfil bajo, sin rentabilizar siquiera su voto en causas que el partido considera capitales: los indultos del procés o la cesión de las competencias de prisiones al País Vasco.
El primer punto lo llevó a la Cámara Ciudadanos este martes. Los liberales buscaban que el Gobierno se comprometiera a no indultar a los presos separatistas en caso de ser condenados. Fue aprobado con votos naranjas y azules. Socialistas, Podemos y nacionalistas se postularon en contra. Y Vox... nada. Alcaraz no emitió su voto. Ni "sí", ni "no" ni "abstención".
Segunda escena, ésta correspondiente al miércoles. El Partido Popular lanza una moción para instar al Gobierno a que no ceda las competencias en materia de prisiones al País Vasco. La mayoría se repite. El punto queda aprobado gracias a PP y Ciudadanos. PSOE y los nacionalistas, enfrente. ¿Y Vox? Nada.
Esther Brío (PP) y Lorena Roldán (Cs) pusieron palabras a unas causas que Vox también ha hecho suyas con vehemencia desde su irrupción en la política. Pero su senador debutante no pulsó el botón. Tanto el martes como el miércoles su voto careció de valor. ¿Por qué?
Alcaraz y los otros ocho senadores de designación autonómica tomaron posesión este martes. Los correspondientes a PP, PSOE o Ciudadanos afrontaban lo que para sus formaciones suponía un trámite, un sendero otras veces recorrido. El de Vox llegaba solo, todavía sin asesor... y pagó la novatada.
Esta es la versión que fuentes autorizadas de la organización transmiten en conversación con este periódico: "No le dio tiempo a leerse la documentación. Por eso prefirió no votar". Un argumento que rechina, teniendo en cuenta que Alcaraz, como poco, sí pudo escuchar las intervenciones de los proponentes. Para más inri, las reivindicaciones de PP y Ciudadanos no suponían ninguna novedad y ya habían sido debatidas con anterioridad en el Congreso.
"Le dieron una documentación muy amplia. Entró sin leérselo, no conocía los pormenores". Este portavoz de Vox, no obstante, niega que hubiera un error por parte del Senado. "Simplemente, al no haber tomado posesión antes no pudo acceder de forma telemática". Pero el partido reconoce que Alcaraz conocía el orden del día de antemano. En cualquier caso, no solicitó la información -y podía haberlo hecho- que le habría gustado leer para hacer uso de su voto.
Alcaraz se puso de perfil incluso en causas compartidas por todo el arco parlamentario, como por ejemplo una moción referida a la fibrosis quística. En cambio, el senador de Vox sí brindó su escaño para una causa. El Senado pretendía sellar una declaración institucional contra la homofobia y la discriminación sexual en el deporte. Requería la unanimidad de los presentes, pero Alcaraz se manifestó en contra.