El arma secreta de Revilla: 25.000 platos de plástico 'made in China' para firmar autógrafos
En esta entrevista, el presidente cántabro insiste en que no investirá a Sánchez si no mejora el tren Madrid-Santander.
23 mayo, 2019 02:48Noticias relacionadas
-La entrevista no puede ser ahora. El presidente está firmando platos en la plaza.
-Perdón, ¿cómo dice?
-Sí, la cola es de más de cien personas. Llame a partir de las dos.
-Oiga, no le entiendo. ¿Cómo que firma platos?
-Sí, son frisbee, discos voladores.
Esta conversación con un gabinetero del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) prologa la conversación con Miguel Ángel Revilla, presidente de la Comunidad. Según su equipo, la idea de revolucionar la campaña mediante el regalo de "platos made in China" salió de la cabeza del histriónico político y ya no se le puede parar: "Vamos camino de las 25.000 unidades".
Son platos de un plástico blanco, con la bandera cántabra pintada en verde y las siglas del PRC. El rótulo reza: "Cantabria gana". Él estampa un garabato con un rotulador negro y abraza a "chavalucos y chavalucas".
-Presidente, buenas tardes, ¿le pillo bien ahora?
-Sí, sí. Estoy llegando a Laredo. Voy a ventilar quinientos platos en hora y media.
-¿Se encuentra bien?
-Bien, bien. Aunque con 76 años puede fallar el motor en cualquier momento. Me quedan un par de días de campaña.
Según cuenta Revilla, su despertador suele sonar a las 6:45h, pero cuando se trata de una competición electoral lo adelanta a las 6h. Reitera que la clave de su buena salud pasa por una dieta bien nutrida de anchoa y chorizo casero.
Una mesa plegable y una silla
Las encuestas parecen haber comprado la revolución de los platos. Apuntan a que este hombre renovará su cargo de presidente. Incluso podría prescindir de Podemos. Quizá le baste con el PSOE.
-Perdone, no comprendo bien lo de los platos.
-Es muy fácil. Voy con mi equipo. Llevamos una mesa plegable y una silla. Me pongo a firmar. Nos han salido muy baratos, a diez céntimos cada uno. Están hechos en China. Yo me siento y la gente viene. Se los regalo con mi nombre. Usted se preguntará quién va a querer un plato así...
-Efectivamente...
-En España se valora a la gente después de muerta. Tener la firma de Revilla el día de mañana... Soy el padre de la autonomía de Cantabria, he sido doce años presidente, el próximo domingo ganaré las elecciones y a lo mejor consigo el AVE.
"Esa firma valdrá dinero"
-Pero, ¿por qué un plato?
-Ocurre como con los pintores, que firmaban en una servilleta y la dejaban por ahí. Ese autógrafo valdrá dinero. La gente colocará estos platos en sus vitrinas como si fueran porcelana china.
-¿Es una obra maestra de populismo?
-Yo he hecho lo mismo toda la vida. Me gusta ir a las romerías, no a los entierros. Canto, soy normal. No he cambiado. No sé qué es el populismo. Ayer estuve en Madrid y venían los micrófonos. A mí también me sorprende. Soy un tío que no roba y hace lo que puede por su tierra.
La negociación con Pedro Sánchez
Dado lo ajustado de las mayorías parlamentarias, Revilla sabe que el escaño logrado por el PRC en las pasadas generales podría ser clave para la investidura de Sánchez. El Gobierno le necesita.
Es la primera vez que su partido consigue tener un parlamentario en el Congreso. Revilla explica que se trató de una "sublevación" por la "humillación" que viene sufriendo Cantabria a manos de los distintos gobiernos. "Ha sido una gesta heroica".
El presidente autonómico acompañó a su diputado a Madrid esta semana. Fueron en tren. Ahí estaba la escena perfecta, el inicio de la negociación. No habrá investidura si el ferrocarril de las cinco horas no tarda tres. Eso requiere una obra importante.
-¿Eso le va a exigir a Sánchez?
-Cuando los cántabros viajamos a Madrid, debemos llevar una mochila de suministros por si nos quedamos tirados en el desierto entre Palencia y Valladolid. Es un transporte de alto riesgo. Nunca se sabe cuándo sale el tren... ni cuándo llega. Ocurre una de cada cinco veces.
-¿Ve factible que se lo conceda?
-¡Claro! Ahora, toda España va a escuchar a Cantabria en el Congreso. En 2010, un personaje mentiroso patológico, Pepiño Blanco, autorizó la obra. 180 millones de euros para el primer tramo. Las máquinas, preparadas. Pero la víspera anunció la paralización.
-¿Y usted cómo reaccionó?
-Hablé con Zapatero. Ante la amenaza de romper mi pacto con el PSOE, me pidió diez días para reflexionar. Me llamó: "¿Dónde quieres que rectifique Pepiño? ¿En Madrid o en Cantabria?". Firmamos. La obra iba a empezar en marzo de 2015... y hasta hoy. Pero ahora lo va a saber España. Cantabria no será humillada.
-¿Le ha llamado el presidente del Gobierno?
-No, todavía no. Está pendiente de sus barones y de las elecciones del domingo. Pero llamará. Hay algo muy sintomático. En los termómetros, pactómetros, o como se diga, ponen el escaño del PRC con el PSOE. Mientras no nos garantice el tren, no será así. El otro día circulábamos a menor velocidad que Usain Bolt. ¡Cinco horas a Palencia, que está a doscientos kilómetros! Imagínate que nuestro diputado no hubiese podido tomar posesión por estar tirado en los campos de Castilla. ¡Sánchez, como se dice en la feria, la vaca por lo que vale! No es tanto, eh.
En ese "turbulento" viaje que describe, Revilla aprovechó para pasear por la estación de Bárcena, una localidad cántabra. Colocó un chorizo justo detrás de la "a". Asegura que se lo pusieron "a huevo". Luego, en una especie de parábola bíblica rural, lo partió en trozos y se lo dio "al pueblo".