Manuel Castells, confirmado por Moncloa como próximo ministro de Universidades en el Gobierno de coalición, aún no ha prometido su cargo y ya ha abierto la primera crisis de funcionamiento del nuevo Ejecutivo. En un artículo publicado este sábado en La Vanguardia, Castells ha calificado de "cínico y repugnante" el hecho de que Donald Trump haya "asesinado" al general iraní Qasem Soleimani para "diluir los efectos del proceso de impeachment en el Congreso".
La posición del académico contraviene el protocolo de funcionamiento firmado hace sólo tres días, en el que los miembros del futuro gabinete se comprometen expresamente a "respetar su ámbito competencial propio" y a "evitar opinar o dar publicidad a proyectos de otros ministerios".
Castells, experto en la sociedad de la información que se ha caracterizado en los últimos meses por un acercamiento a las protestas callejeras en Cataluña y a los actos que se produjeron en las calles de Barcelona el pasado mes de octubre, cuando se conoció la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés, invade un espacio muy sensible. De hecho, en su tribuna acusa de "torpeza y maquiavelismo con consecuencias criminales" la actitud de Washington, socio principal de España en la OTAN. Y afirma que "Irán no puede humillarse cuando está en juego su liderazgo internacional y legitimidad interna".
Podemos y la diplomacia
Este periódico ya informó de que la llegada de los ministros del entorno de Pablo Iglesias al Gobierno de España inquietaba en diferentes plazas diplomáticas, como Israel, Arabia Saudí o Marruecos, y especialmente en el Gobierno encargado de Juan Guaidó en Venezuela y en el Ejecutivo interino de Bolivia.
Pero según los expertos consultados, una de las primeras decisiones que deberá tomar el nuevo Gobierno de Sánchez e Iglesias será la respuesta a la petición de EEUU de ampliar su presencia militar, logística y estratégica en la base naval de Rota (Cádiz). La Administración Trump ha solicitado, concretamente, trasladar a territorio español dos destructores y 600 marinos más en Rota. Precisamente porque la situación geográfica de España nos coloca como "uno de los muros principales para la defensa conjunta de los socios de la OTAN".
Las posiciones antibelicistas de Podemos y sus pronunciamientos cercanos a los regímenes bolivarianos de Venezuela, Nicaragua, Cuba y -antes- Bolivia, son de sobra conocidas. Castells no es militante de Podemos, sino un intelectual cercano a los Comunes de Ada Colau, que reclamaron su cuota dentro del Ejecutivo. Pero ha sido la suya una de las voces más beligerantes con la respuesta de parte del Estado al procés independentista en coincidencia con la de Jaume Asens, portavoz adjunto de los morados en el Congreso.
Apagar un fuego
Sánchez ha entregado el Ministerio de Exteriores a Arancha González Laya, una mujer muy cercana a la futura vicepresidenta Nadia Calviño -no en vano, trabajaron juntas en la Comisión Europea-, bestia negra de Podemos y uno de los contrapesos elegidos por el líder socialista para diluir en parte a Iglesias y sus ministros. La jurista, que no ha vivido en España desde 1992, presenta una clara línea económica en su currículum. Es más, Moncloa destacó que Exteriores mantendría la pata de Cooperación -que esperaba Iglesias en sus responsabilidades con la Agenda 2030- con una clara vocación de "diplomacia económica".
Así, las posiciones enarboladas por Castells, que critica la acción bélica de Trump calificándola de "asesinato" y de "inútil" porque "las Brigadas Al Quds no desaparecen" con su eliminación, "ni los ataques que estuvieran preparando", entra de lleno en este carácter que Sánchez quiere dar al departamento que dejó Josep Borrell para ser Alto representante de la UE.
Según el nuevo ministro de Universidades, la acción -respondida por Teherán con el bombardeo de dos bases estadounidenses en Irak y con el derribo "por error" de un avión comercial ucraniano- "profundiza el desastre geopolítico de la estrategia estadounidense en Oriente Medio y nos acerca peligrosamente a una guerra de impredecibles consecuencias". Entre ellas, la subida del precio del petróleo, ataques cruzados entre Irán y Arabia Saudí y "una caída de los mercados financieros, exceptuando las empresas militares".
Y todo por los problemas internos de Trump, según el nuevo compañero de González Laya en el Consejo de Ministros, "en el mes en el que inicia la campaña de su reelección". El pacto que el PSOE obligó a firmar a Podemos para "el funcionamiento, coordinación, desarrollo y seguimiento" del acuerdo de gobierno exigía, de hecho, un control absoluto sobre la comunicación del nuevo Ejecutivo e incluso de las discrepancias que haya entre los socios.
La nueva titular de Exteriores hasta ahora se desempeñaba como subsecretaria general de la ONU y como Directora Ejecutiva del Centro de Comercio Internacional, una organización a caballo entre de la ONU y la Organización Mundial de Comercio. Suya será la responsabilidad de apagar el fuego de consecuencias diplomáticas que las opiniones escritas negro sobre blanco de un -casi- ministro de España calificando de "asesina" la conducta de Washington.