El anuncio de Torra tensa JxCat: cinco dirigentes buscan sucederle con el aval de Puigdemont
El espacio de la extinta Convergència busca un líder efectivo en suelo catalán más allá del liderazgo que ejerce el 'expresident' desde Waterloo.
31 enero, 2020 03:27Noticias relacionadas
El adelanto electoral en Cataluña ha obligado a JxCat a reorganizarse y a buscar a su candidato efectivo, más allá de que Carles Puigdemont sea quien encabece la candidatura a la presidencia de la Generalitat en caso de que le retiren el acta de eurodiputado.
El expresidente de la Generalitat ha logrado desde Waterloo mantener intacto su liderazgo en el espacio de la antigua Convergència, pero hasta cinco dirigentes de la formación nacionalista ambicionan llevar las riendas del partido desde suelo catalán. Es decir, de forma efectiva y marcando el perfil propio que muchos creen que le faltó a Quim Torra.
Damià Calvet, consejero de Territorio y Sostenibilidad, y Elsa Artadi, diputada y concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, son los dos dirigentes que cuentan con mayores posibilidades para erigirse en medio de este desierto de liderazgos que sufrió el espacio del centroderecha nacionalista tras el paso de Puigdemont.
Además de Calvet y Artadi, hay otros tres dirigentes de JxCat que barajan sus posibilidades reales de contar con el aval de Puigdemont, como son Laura Borràs, Àngels Chacón y Jordi Puigneró. Sin embargo, fuentes del partido se muestran escépticas con estas tres opciones.
Problemas judiciales
Pese a que Borràs es una de las dirigentes más fieles a Puigdemont, la investigación judicial por el presunto casos de fraccionamiento de contratos cuando estaba al frente de la Institución de las Letras Catalanas frustra su porvenir político en el mando de JxCat.
La portavoz de JxCat en el Congreso mantiene públicamente que su actual condición de investigada se debe a un ataque del Estado por sus posiciones independentistas, pero desde dentro del partido consideran que sus problemas con la justicia son un riesgo demasiado elevado que puede beneficiar a ERC si es ella la cara visible en los debates electorales.
Otros nombres que empiezan a sonar son el de la consejera de Empresa, Àngels Chacón, y el de Jordi Puigneró, consejero de Políticas Digitales y Administraciones Públicas. Nadie duda dentro de JxCat que estarán entre las primeras posiciones de las listas del partido, pero es poco probable que sean el nuevo Torra de Puigdemont.
Chacón ya desautorizó a Toni Comín, exconsejero de Sanidad huido a Bélgica, cuando pidió una movilización que “paralizara” la economía catalana. La consejera de Empresa consideró que aquella propuesta solo iba a perjudicar a la sociedad catalana.
Por su parte, Puigneró ha demostrado ser también uno de los dirigentes más comprometidos con el procés y fiel a la figura de Puigdemont.
Como el expresident, comparten un independentismo desde sus tiempos de juventud. El actual consejero de Políticas Digitales redactó en 1999 el prólogo de un informe del director del Institut Nova Historia de Cataluña en el que sostenía que fueron los catalanes quienes descubrieron América y que España ocultó la gesta.
El precedente europeo
Los cincos candidatos a liderar JxCat son conscientes de que necesitan el visto bueno de Puigdemont para ser el rostro visible en Cataluña y de cara a los debates electorales.
ERC ha logrado ser la fuerza ganadora en las últimas elecciones generales y los sondeos vislumbran un acuerdo entre la formación de Junqueras, los comuns y PSC que excluye a JxCat. Pero Puigdemont sigue siendo el principal activo para frenar las aspiraciones de ERC.
Pocos dudan de que el exmandatario catalán se presente si finalmente pierde su condición de eurodiputado y, en consecuencia, su inmunidad parlamentaria.
Si vuelve a competir en las urnas con ERC hay un precedente a su favor: las elecciones al Parlamento Europeo. El expresidente afincado en Waterloo demostró su capacidad de movilizar al independentismo y logró ganar los comicios a Junqueras.
Queda por ver si, en unas elecciones en el Parlament, su figura todavía arrastra a millones de catalanes a las urnas o si su sucesor deberá cambiar el rumbo del partido.