En el argumentario que Inés Arrimadas ha preparado sobre Mejor Unidos, hay un punto clave: "No es Cataluña Suma, se trata de algo mucho más amplio". La portavoz de Ciudadanos en el Congreso está convencida de que el éxito de la coalición que pretende implantar también en Galicia y País Vasco pasa por la "transversalidad".
Con el partido diezmado -en escaños y recursos- debido al batacazo electoral del pasado 10 de noviembre, Arrimadas se afana en dar empaque a su último golpe de efecto. Fuentes de su entorno reiteran la relevancia de ensanchar la lista gracias a la presencia de "referentes del socialismo constitucional".
Cataluña Suma, en cambio, es la mera unión de PP y Ciudadanos, una fusión que viene reivindicando Pablo Casado -a modo de abrazo del oso- desde hace varios meses. Arrimadas, aunque sabe que el PSOE jamás formará parte de la coalición, ya trabaja para rescatar socialistas desencantados.
Sabe que, si no lo consigue, el votante de centro izquierda, sobre todo en Cataluña, se tornaría un objetivo muy complicado. "Buscamos unir asociaciones, plataformas, partidos, movimientos...", narra un importante dirigente de Ciudadanos.
Además, cuantos más socialistas confluyan, menos se diluirá el proyecto naranja en el Partido Popular. Si la entente sólo es a dos bandas, Arrimadas corre el riesgo de mimetizarse con Casado y convertirse en carne de absorción.
Ni Vox, ni independentistas ni Podemos
De momento, según desgranan desde el equipo de Arrimadas, sólo hay tres corrientes descartadas de cara a Mejor Unidos: Vox, el nacionalismo catalán y Podemos. La política jerezana ni siquiera rehúsa incorporar a Manuel Valls, uno de los fichajes que más dolores de cabeza generó a Albert Rivera. Eso sí, nunca entraría en liza como candidato.
"Si el PSOE dijera 'sí', cambiaría la Historia de España", llegaron a afirmar algunos diputados de Ciudadanos este lunes en los pasillos del Congreso. "No hay nada más social que un país. El eje, en estos tres territorios, ya no es izquierda-derecha, sino nacionalismo-constitucionalismo", relata uno de los diez parlamentarios que mantienen los liberales en la Cámara.
Arrimadas reitera que su propuesta se ciñe a tres territorios: Galicia, País Vasco y Cataluña. Todos ellos celebrarán elecciones a lo largo de 2020. "Lo que no vamos a hacer es tapar un mal resultado del PP en Cataluña para luego quedarnos fuera en los otros dos sitios", apuntan los liberales.
A pesar de la dinámica negativa que auguran las encuestas, Arrimadas se dice con fuerzas suficientes como para presentarse en solitario y volver a encabezar los partidos constitucionalistas, aunque asume que eso no le permitiría gobernar.
La susceptibilidad de Ciudadanos radica en la postura de Alberto Núñez Feijóo, que no ve con buenos ojos unir su destino al de Arrimadas. Allí, el PP gobierna con mayoría absoluta y el partido liberal carece de infraestructura.
En País Vasco, el PP también pinta más que Cs, pero su poco músculo hace que el entendimiento sea más fácil. Arrimadas lo ve de la siguiente manera: si ellos -líderes de la oposición en el Parlament- ceden en Cataluña, que Feijóo lo haga en Galicia.
Todavía es pronto para hablar de candidatos. Se da por seguro, lógicamente, la presencia del actual presidente gallego en el cartel, pero los nombres de País Vasco y Cataluña son una incógnita.