Cuando Cayetana Álvarez de Toledo pudo fichar por Ciudadanos: "Albert no logró convencerla"
La actual portavoz del PP fue tentada por Rivera para concurrir como candidata naranja en las autonómicas madrileñas de 2015.
22 febrero, 2020 02:32Noticias relacionadas
Cayetana Álvarez de Toledo llegó a votar a Ciudadanos... y pudo ser su candidata. En 2015, rechazó una oferta para encabezar este partido en las autonómicas madrileñas. Se la hizo personalmente el propio Albert Rivera. Según ha contrastado este diario a través de fuentes naranjas, el entonces presidente de los liberales tentó a la actual portavoz del PP durante dos largas conversaciones, pero no logró convencerla.
En aquel momento, Álvarez de Toledo era diputada del PP, aunque estaba a punto de comunicar a Mariano Rajoy que no volvería a repetir en sus listas. No obstante, cuando lo anunció, reveló que mantendría el carné de afiliada y lanzó un alegato de futuro sobre su organización: "Volverá a ser el mejor instrumento para defender mi idea de España". A partir de ahí, se convirtió en una "militante no simpatizante" -así solía describirse ella- y regresó a primera línea tras la marcha del expresidente del Gobierno.
"Habría sido un gran fichaje para nosotros. Sabíamos que estaba muy desencantada con el PP de Rajoy. Coincidíamos en el combate del nacionalismo y en la defensa de las libertades civiles", reseña un dirigente de Ciudadanos muy próximo a Rivera.
Este episodio también lo cuenta Xavier Pericay en su libro ¡Vamos? (Sloper, 2020), donde reseña su paso por la formación que fundó. "La oferta provenía de Rivera", confirma el filólogo catalán.
Rivera y Álvarez de Toledo se conocieron en 2013. Frecuentaban círculos catalanes donde se discurría acerca de los métodos políticos más eficaces para desarmar al nacionalismo catalán. La ahora portavoz del PP, muy desvinculada de su formación, había puesto en marcha Libres e Iguales, una plataforma de la sociedad civil que se nutría de varios fundadores de Ciudadanos.
Rivera siempre admiró y apoyó públicamente esta iniciativa, que se convirtió en una suerte de espacio de colaboración. Llegadas las primeras autonómicas en las que Ciudadanos se presentaba como un partido de gobierno, quiso hacer una apuesta de empaque. Y pensó en Álvarez de Toledo para la Comunidad de Madrid. De cara al Ayuntamiento capitalino, desvelan las fuentes naranjas consultadas, barajó el nombre de Joaquín Leguina. Finalmente, los espadas concurrentes fueron Ignacio Aguado y Begoña Villacís, respectivamente. En el PP, Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre.
Contra la tecnocracia de Rajoy
A ella le sulfuraba aquel PP de tinte tecnocrático. Llegó a acusar a Rajoy de "abdicar de sus responsabilidades constitucionales en Cataluña". Simpatizó con Ciudadanos -llegó a otorgarles su voto en unas elecciones- por cumplir con esa labor. José Ignacio Wert, exministro de Educación, reconocía hace unos días en una entrevista con este periódico que, en aquellos Consejos, "no se hablaba de política".
"Fue Albert quien habló con ella. Lo intentó hasta el final, pero no hubo manera. Cayetana no quiso desvincularse definitivamente del PP. Desde entonces, la colaboración fue más complicada porque, aunque estaba apartada, ella seguía teniendo carné de Génova", arguye otro importante mandatario de Ciudadanos.
Pericay, por otro lado, ironiza en su libro acerca de motivos más subrepticios: "Ella lee y escribe. Podía hacer sombra a Albert. Eso era una tara a ojos del aparato". Un argumento que el núcleo duro de Rivera, en conversación con este diario, desmiente: "Cuando ella rechazó la candidatura, no pudimos ir más allá. ¿Cómo iba a colaborar si militaba en las filas del adversario?".
El 6 de diciembre de 2015, poco después de haberle dicho "no" a Rivera, tuvo lugar el tradicional homenaje a la Constitución en el Congreso. Álvarez de Toledo charló distendidamente con los rostros más visibles de Ciudadanos, lo que soliviantó a algunos parlamentarios del PP.
Tras fichar por Pablo Casado, la portavoz se afanó en trabajar por una reagrupación de ambos partidos. Tal y como ha sucedido en Navarra y País Vasco. Nunca ha escondido que le encantaría compartir equipo con Inés Arrimadas o Juan Carlos Girauta.
No le dolían prendas en aplaudir las intervenciones de Rivera en la Cámara. También lo hace con su sucesora. Desde 2015, la situación ha dado un vuelco. El PP se ha repuesto de su batacazo electoral y Ciudadanos ya no supone una amenaza para los de Casado, por lo menos en términos aritméticos.