ETB, tras los pasos de TV3: periodistas mudos, ataques al Rey e insultos a las víctimas de ETA
Abandonada toda vocación de servicio público, ETB ha adoptado TV3 como modelo y ha apostado por ser una televisión al servicio del nacionalismo.
23 febrero, 2020 02:33Noticias relacionadas
Basta sintonizar durante unas pocas horas Euskal Telebista (ETB), la televisión pública vasca, para constatar con qué fuerza ha creado escuela TV3 y hasta qué punto los trabajadores de una cadena que debería representar a todos los ciudadanos vascos pisotean, con cargo al presupuesto público, los códigos deontológicos a los que están obligados por su propio libro de estilo.
En ETB rige una realidad paralela donde la familia del rey sufre "graves problemas de adaptación social". Donde los terroristas de ETA son "presos vascos". Donde la campaña etarra de socialización del sufrimiento de 1996 se transforma como por arte de magia en "una propuesta para intensificar la lucha en todos los frentes" y donde la política de dispersión de los terroristas etarras presos es una "venganza" del Estado contra unos familiares que aparecen en pantalla afirmando que su "único delito" es "querer a los suyos".
Son sólo algunos ejemplos extraídos de ETB y que demuestran como la cadena pública vasca tergiversa la realidad del nacionalismo y, muy especialmente, la de los crímenes de la banda terrorista ETA. Como ocurre en el caso de TV3, ETB utiliza un lenguaje propio fuertemente codificado y cuyo objetivo es el de presentar una visión caricaturizada de España, a la que prácticamente nunca se alude por su nombre, y una idealizada del País Vasco.
Dispersión por "fastidiar"
El programa titulado La dispersión: asunto pendiente, emitido el pasado 12 de enero en ETB2, es un ejemplo claro de dicha manipulación. En él, los responsables del programa describen un Estado español cuyo afán de venganza contra los presos de ETA y sus familiares le ha llevado a aplicar una política de dispersión que se presenta como inútil y sin mayor lógica política o jurídica que la de "fastidiar".
La dispersión: asunto pendiente tarda exactamente veinticuatro minutos en mencionar a la banda terrorista ETA a pesar de que esta es el eje del programa. Los autores del reportaje aluden a los terroristas condenados como "presos vascos" y evitan concretar cuáles son los crímenes por los que están en prisión. Al identificarlos como "presos vascos" sugieren que la dispersión se aplica a los condenados en razón de su origen geográfico y no por su pertenencia a ETA.
El programa ni siquiera aclara que el objetivo real de la dispersión no es castigar a los familiares, como dicen algunos de los entrevistados, sino propiciar la ruptura de los presos con el EPPK y otros colectivos radicales que rechazan las estrategias destinadas a la reinserción de los presos y que impiden la colaboración de estos en el esclarecimiento de los más de trescientos crímenes de ETA que quedan por resolver.
Visiones monolíticas
Amaya Fernández, secretaria general del PP vasco y consejera de ETB, es la autora de un informe sobre el citado programa. En él, Fernández recuerda que "uno de los presos a los que se hace alusión es Gorka Lupiañez Mintegui, condenado a cincuenta años de cárcel por secuestrar a una familia española en Francia, una pareja y su hijo de cuatro años, y robar la autocaravana que se utilizó para atentar contra una torre de red eléctrica de Castellón en 2007".
Fernández también señala en su informe que otro de esos "presos" a los que se alude en el programa es Agustín Almaraz Larrañaga, "condenado a veintinueve años de cárcel por asesinar de un tiro en la cabeza a Ángel María González en junio de 1993 y por planear el asesinato del exconsejero de Interior del Gobierno vasco Juan María Atutxa".
"Se oculta además", añade el informe, "que Almaraz Larrañaga no ha renegado de su pasado criminal y que no ha iniciado el camino de la reinserción".
Según Fernández, ETB incumplió, en apenas una hora de programa, los artículos 51, 52, 55 y 65 de su libro de estilo. Artículos referentes al equilibrio informativo, a la imparcialidad, la credibilidad y a la obligatoriedad de dar a conocer "la situación jurídica (prisión condicional, o puesta en libertad, con o sin cargos) en la que quedan los detenidos sobre los que con anterioridad se haya informado".
Según Fernández, "todos los testimonios incluidos en el reportaje son contrarios a la dispersión, la ubican en un contexto de ilegalidad o, al menos, de dudosa legalidad, y contextualizan la actual política penitenciaria en el marco de una vulneración de derechos humanos".
"Del otro lado", añade Fernández, "la voz conductora del programa renuncia a incluir o citar argumentaciones favorables a la dispersión y alega durante el reportaje que esta 'vulnera la ley penitenciaria', una aseveración que no se corresponde con la realidad dado que la Ley Orgánica penitenciaria, en su artículo 12, no establece la obligatoriedad de que los reclusos cumplan pena en cárceles próximas a sus domicilios".
Destruir a los familiares
Tal y como describe la secretaria general del PP vasco, los entrevistados por el programa presentan una visión monolítica de la realidad. Arantza Maiz, a la que se presenta como "compañera de preso vasco", afirma que el objetivo de la dispersión "ha sido una condena a los familiares". Etzozi Elgezabal, también "compañera de preso vasco", dice que la dispersión "fue una estrategia política para destruir a los presos destruyendo a sus familiares".
Hay más testimonios. Andoni Lupiañez, "hermano de preso vasco", afirma que "desde un inicio la dispersión se hizo con un objetivo claro, que es hacerle daño a ellos, y hacerles daño en lo que más quieren, que son las familias y los amigos".
Otro testimonio alega que los familiares "están cumpliendo una condena sin haber sido juzgados, sin haber hecho nada, simplemente, quererles".
Otro habla de venganza. "Cuando hablas en Madrid consideran que si los padres y el entorno no ha sido capaz de poner coto a esta situación, bueno, pues que les vaya un poco de castigo a ellos tampoco está mal".
Un "tipo sectario"
En otro informe realizado por el PP vasco para el Consejo de ETB se habla también de uno de los capítulos del programa 360 Grados, el dedicado al rey con el título Felipe VI, el último Rey de España y que se emitió el domingo 6 de octubre del pasado año. En él, el PP señala la anomalía de que en un programa supuestamente imparcial acerca del rey se recojan únicamente los testimonios de tres partidos antimonárquicos: PNV, Bildu y ERC.
"Los testimonios", dice el informe, "presentan a Felipe VI como miembro de 'una familia con graves problemas de adaptación social', como 'un tipo bastante sectario', 'un señor sin escrúpulos con una ideología terriblemente reaccionaria' o como autor de los discursos 'más penosos, más lamentables y más peligrosos para la democracia' de la historia de España".
El programa, tal y como describe el informe popular, arranca con una pregunta que se pretende punto de partida, pero que no es más que una conclusión: "¿Cuál es el poder que guía a Felipe más a la derecha que su padre?". No hay contraste de pareceres, ni argumentación más allá de la consigna antimonárquica, ni se explica en qué consiste ese supuesto giro a la derecha, más allá del rechazo que provoca la defensa de la Constitución por parte del rey.
El programa tampoco contextualiza la información o habla de la situación de excepcionalidad vivida durante los tres últimos años en Cataluña a raíz del golpe contra la democracia de los líderes nacionalistas en septiembre y octubre de 2017.
Carlos III, anticatalán
"A la hora de hacer referencia al discurso del Rey emitido el 3 de octubre de 2017", dice el informe del PP, "ETB asegura que el monarca colocó a su espalda el retrato del Rey Carlos III, definido por la narradora como 'el Rey que prohibió el catalán', al que se le atribuye aparecer en la pintura 'con un bastón que recuerda a una porra'. De forma consciente, el ente público desliza que Felipe VI quiso lanzar un mensaje público de rechazo a Cataluña y a su singularidad lingüística al tiempo que hacía un guiño a la violencia ejercida supuestamente de forma ilegítima por las Fuerzas de Seguridad".
"No obstante, ETB se abstuvo de tener en cuenta que el retrato de Carlos III no fue colocado por el monarca tras los altercados en Cataluña del 1 de octubre de 2017, sino que ya se encontraba en su despacho en junio 2014, durante su primera reunión con el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy" continúa el informe del PP.
Según el informe, "el programa escogió evitar una segunda lectura de la realidad, la que hace referencia al Rey Carlos III como renovador de las instituciones españolas en el siglo XVIII y como figura de particular significación para Cataluña, ya que Carlos III integró definitivamente la vida económica catalana en el conjunto de la monarquía española y permitió la apertura de los puertos catalanes al comercio americano".
El programa también incluye rumores publicados por medios separatistas sin comprobar dichas informaciones. Es el caso de ese bulo separatista que afirma que el rey Felipe VI y Mariano Rajoy presionaron a directivos y empresarios para incitarlos a llevarse sus empresas de Cataluña. También se habla de la sexualidad del príncipe y se insinúa su homosexualidad con claras intenciones peyorativas. Algo que llega a sorprender incluso a uno de los entrevistados más beligerantes contra el rey, que en este caso responde "a mí la sexualidad de la gente me da lo mismo".
Modus operandi
Aunque el modus operandi de la ETB de los últimos meses recuerda al de TV3, cuya agresividad contra los catalanes no nacionalistas y el resto de los españoles se ha multiplicado exponencialmente durante los años del procés, es posible rastrear hasta años anteriores la tergiversación de la realidad realizada por los responsables de la cadena autonómica.
El programa Las huellas perdidas, producido por Filmak Media, dirigido por Fermin Aio y emitido en 2016, pretendía retratar en cinco capítulos de una hora el País Vasco de las últimas décadas. En uno de los programas, la presentadora Amaia Cayero entrevistó a Hasier Arraiz, presidente de Sortu, heredero de la antigua Batasuna, entre 2013 y 2016.
La presentadora le preguntó a Arraiz cuántos años pasó en la cárcel y este respondió "dos y medio", entre 2007 y 2010, "por la acusación de intentar reconstruir Batasuna". No se menciona, sin embargo, que Arraiz reconoció en 2016 su militancia en ETA, lo que le permitió esquivar una condena de seis años de cárcel y su reingreso en prisión.
Sí se le puede escuchar luego decir a Arraiz que la gente "que acaba en la cárcel" es "la más desprotegida y la más castigada de la sociedad". Cuando la entrevistadora le pregunta si cabe la autocrítica, algo absurdo dado que el entrevistado ha afirmado haber sido encarcelado injustamente, Arraiz responde que la autocrítica es necesaria "al margen de otras cuestiones, para que aprendamos como sociedad y no repitamos los errores que hemos cometido".
Eufemismos y metáforas
En ningún momento se mencionan los asesinatos de ETA de forma explícita. Todo son metáforas, elipsis y eufemismos. Los crímenes de los terroristas son "errores de la sociedad" en pleno y el dolor de las víctimas es equivalente al de sus asesinos. La entrevistadora nunca repregunta, nunca cuestiona: la versión del etarra se acepta como una más y se asume tan válida como la de cualquier otro.
En otro programa de la serie se habla de la ponencia Oldartzen que impuso la llamada "socialización del sufrimiento". Es decir, la consideración de todo vasco que discrepara de ETA como objetivo terrorista legítimo. "La ponencia fue aprobada por el 71% de los más de cinco mil militantes que participaron en los debates" dice el programa como si se tratara de una propuesta política cualquiera más, entre imágenes de un mitin de Herri Batasuna en el estadio de Anoeta en febrero de 1996.
"Hasta ese momento, ETA se circunscribía generalmente a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado" dicen fuentes constitucionalistas consultadas por EL ESPAÑOL. "Las tesis de esa ponencia se estrenaron con Gregorio Ordóñez".
La cultura política española
Hay muchos más ejemplos. En uno de los capítulos del programa 360 Grados, el titulado España más ultra, se entrevista a Arnaldo Otegi y se recogen testimonios de Bildu, del PNV, del PSOE e incluso de Podemos, pero no del PP, al que se presenta como un partido franquista.
Durante el programa, Otegi afirma que "España, por cultura política, después de cuarenta años de franquismo, tiene un ADN cultural que siempre le va a obligar a mirar por el retrovistor". Luego añade: "El cambio en el Estado español se va a dar desde las viejas naciones del Estado. Hoy, lo que pone en cuestión el régimen del 78 son los procesos soberanistas".
Las declaraciones de los políticos nacionalistas jamás son confrontadas por los entrevistadores de ETB, que parecen desconocer el concepto de la repregunta. Idoia Mendia, secretaria general del PSE, dice que el PP y Ciudadanos han blanqueado a la extrema derecha y el entrevistador acepta la tesis de forma acrítica, sin cuestionar, por ejemplo, las negociaciones del PSOE en una celda de la prisión de Lledoners con un golpista condenado como Oriol Junqueras.
Andoni Ortuzar, presidente del PNV, afirma en otro programa negarse a pensar "que haya tres millones seiscientos mil ultras o fachas en el Estado español". "Pero de lo que estoy seguro", continúa Ortuzar, "es de que toda la directiva de Vox es facha, ultra, autoritaria y antidemocrática". Aunque Ortuzar está haciendo referencia a un partido en el que militan antiguas víctimas de ETA, tampoco en este caso el entrevistador atina a repreguntar o argumentar con un simple contraejemplo.
El infantilismo de ETB
En todos los programas mencionados, y también en muchos otros, subyace una tesis. La de que el Estado español es intrínsecamente autoritario y cruel, aunque infantil en unas reacciones que se catalogan, en el mejor de los casos, de irracionales y contraproducentes. Paradójicamente, son los líderes sociales nacionalistas los que, una y otra vez, parecen demostrar una alarmante inmadurez no ya política, sino también personal, en las imágenes de ETB.
Cuando Jone Goirizelaia, abogada y política de la izquierda abertzale, es preguntada en ETB por su negativa a condenar el atentado de un militar en Madrid, responde "lo que no ha hecho nunca la izquierda abertzale es algo que el otro quiere que haga porque sí, porque le parezca mejor o peor al otro".
Hay un ejemplo más de inmadurez personal y política muy reciente. Cuando el lehendakari Iñigo Urkullu dio hace apenas unos días una rueda de prensa acerca de la catástrofe del vertedero de Zaldibar, un periodista le preguntó si había pensado visitar la zona de un desastre en el que han muerto dos trabajadores de los cuales aún no se han recuperado los cuerpos. Urkullu respondió: "Por las campañas que se hagan en Twitter, no". Poco después, durante la misma rueda de prensa, Urkullu calificó el desastre de Zaldibar de "catástrofe natural" y de "accidente laboral".
Ningún periodista de ETB hizo comentario alguno al respecto.