En mitad del abismo que les separa, Inés Arrimadas y Pablo Iglesias se han topado con un punto en común: la batalla por lograr una "política telemática" mientras dure la pandemia. Uno y otro partido han confeccionado su propia propuesta, pero reconocen "estar de acuerdo" con la del adversario.
Es un leve reflejo en el agua del conocido como "espíritu del tío Cuco", aquella sintonía mostrada por Albert Rivera y el secretario general de Podemos en el debate organizado por Jordi Évole en 2015. Aquel programa, rodado en un bar de la periferia de Barcelona, lo vieron cinco millones de espectadores. Se pusieron sobre la mesa las coincidencias que armaban la entonces llamada "nueva política".
El consenso entre estas dos formaciones que acompasaron su desembarco en el Congreso resulta prácticamente inédito. Hace ya varios años que los puntos de acuerdo -casi todos en materia de regeneración- volaron por los aires. De ahí que Arrimadas e Iglesias no hayan formado tándem mediático para reclamar esta causa.
Desde que se agrió la relación entre Iglesias y Rivera, un partido no se fía del otro. Unidas Podemos, además, no quiere enfrentarse directamente con el PSOE. Y por eso habla de "futuro" cuando surge el debate de lo telemático.
No obstante, la intención de ambos es clara: convencer a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, para que recurra a la tecnología y evite el presencialismo parlamentario en plena crisis del coronavirus. Este martes, en la Junta de Portavoces, Ciudadanos perdió su primera batalla. La socialista no escuchó su ruego y tumbó todas las peticiones que versaban sobre lo telemático.
Fuentes naranjas, en conversación con este diario, reseñan que, en ese instante, "echaron de menos" el apoyo explícito de Podemos.
El PP es partidario de reducir los viajes de sus diputados al Congreso, pero apuesta por mantener la actividad, aunque sea bajo mínimos. Ahí queda el alegato de Cayetana Álvarez de Toledo: "El parlamento no se cierra ni en una guerra".
La "rigidez" de Batet
Ciudadanos y Podemos coinciden, pero quieren "abrirlo" de otra forma. Miembros de una y otra formación arguyen que existen aplicaciones suficientes para conseguirlo. Se remiten a las ruedas de prensa y conferencias telemáticas que viene produciéndose con éxito. Vox también acudió con una propuesta encaminada a priorizar lo tecnológico, pero los de Arrimadas e Iglesias reiteran que no les convence "por un tema técnico y de mayorías".
Tanto los naranjas como los morados critican la "rigidez" de Batet en la evaluación de sus sugerencias. Arrimadas, la primera en levantar la voz, no cree necesaria la reforma del reglamento, tal y como pretende Iglesias. Asevera que bastaría con la "flexibilidad y la voluntad" del PSOE.
Se remite a lo sucedido con el artículo 82, que regula el voto telemático de la Cámara. "Sólo se permite por maternidad, paternidad, embarazo o enfermedad grave... ¡Y lo estamos ejerciendo los 350! Si son flexibles con eso, también pueden serlo con lo que les proponemos", arguye un portavoz de Ciudadanos en conversación con este diario.
Unidas Podemos, por su parte, ha redactado una reforma del reglamento, que dice así en lo sustancial: "Cuando concurran situaciones excepcionales de fuerza mayor que impidan o dificulten de manera desproporcionada el normal funcionamiento (...) se podrán celebrar sesiones a distancia por medios electrónicos y telemáticos".
Batet, según las fuentes consultadas por este diario, sigue escudándose en el "reglamento" y en los "letrados del Congreso". A partir de la semana que viene, se reanudarán las sesiones de control al Gobierno... presenciales. Una victoria de la oposición, que había unido fuerzas para conseguirlo. No obstante, Ciudadanos y Podemos presionarán para que se telematicen.