"Es imprescindible una reforma fiscal", sostiene el presidente, "porque España tiene un diferencial de siete puntos porcentuales menos de ingresos por impuestos que la media de la Unión Europea". Cuando este jueves, Pedro Sánchez confirmó en público que subirá los impuestos, saltaron las alarmas en Ciudadanos.
Mientras gastaba algunos de los minutos de su primera entrevista televisiva tras el estado de alarma en agradecer la disposición de los de Inés Arrimadas a acordar los Presupuestos invertía el resto en aclarar que la "justicia fiscal" exige "que paguen más los que más tienen".
En el partido liberal quieren huir de esos planteamientos. Y sobre todo, de que se les identifique con un alza impositiva que rechazan de plano. Así que, si bien en el borrador de conclusiones conjunto de PSOE y Unidas Podemos los socialistas forzaron a Iglesias a renunciar a su "impuesto a los ricos", eliminaron toda referencia a la derogación de la reforma laboral y suavizaron los términos de sus propuestas fiscales, el partido naranja mantuvo su apuesta de reducciones en el IRPF y negativas a otras alzas.
"Desde cero"
Pero ahora ha quedado claro que Sánchez apuesta por más presión fiscal en la ley de Presupuestos Generales del Estado que quiere pactar con Ciudadanos. "Las costuras fiscales han saltado", admitía el presidente, cuyo plan de "llegar al 0% de déficit al final de la legislatura y a una deuda menor al 95% del PIB" que trazó en enero se ha caído con la pandemia del coronavirus. Ahora, empieza todo "desde cero".
Sí, Sánchez subirá impuestos "a los que más tienen, las grandes corporaciones y grandes patrimonios, pero no a las pymes". Y no deja de rondarle la idea de recuperar para el Estado central la figura de Patrimonio mientras confirma que subirá "los tipos efectivos de Sociedades de las grandes corporaciones, que son menores a los de las Pymes y los autónomos".
A los de Arrimadas les espanta la idea, sobre todo cuando el presidente elude contestar su subirá el IRPF a las clases medias. "Lo más importante es que nadie se quede atrás", es todo lo claro que habló el jueves. Si bien en el plan de Gobierno se reseñan dos nuevos tramos en el Impuesto de la Renta -a los que ingresen más de 130.000 euros y a los que ganen más de 300.000 al año-, en Cs eso ya cuesta asumirlo.
"Contra el fraude"
Fuentes de la formación liberal aseguran a este diario que lo dicho por Sánchez no es más que una "declaración genérica sin concretar nada". Intentando parar el golpe, la dirección naranja afirma: "Nosotros defendemos que la recaudación se puede aumentar sin subir los tipos impositivos". Es decir, "luchando contra el fraude, revisando determinados abusos en las deducciones..."
Ésa es la vía Arrimadas en el campo fiscal, "la que hemos defendido en la Comisión de Reconstrucción y la que seguiremos defendiendo", en la negociación que Sánchez prevé abrir en agosto. Los contactos se intensificarán en ese mes de veraneo, cuando se supone que ya se habrán cerrado las cantidades y condiciones de la ayuda europea.
Y es que Sánchez prevé llevar las cuentas públicas al Congreso la tercera semana de septiembre. Sería el primer año en que se cumple la previsión legal desde hace un lustro, y serían -caso de salir aprobados- los primeros Presupuestos de un Gobierno con él en Moncloa, dos años y medio después de aterrizar.
Sorpresas por doquier
Pero, según informó Invertia, el proyecto de ley de Presupuestos incluirá más sorpresas para Ciudadanos. Por ejemplo, las tasas Google y Tobin. Mientras EEUU no decida renegociar en el marco de la OCDE, el Gobierno español seguirá adelante con estas figuras impositivas, como una gran parte de sus socios europeos.
El Ministerio de Hacienda está tratando de acelerar por todos los medios la tramitación parlamentaria (incluso ha pedido ampliar el periodo de apertura del Congreso) de estos nuevos impuestos sobre operaciones digitales -que tiene como fin hacer pasar por caja a gigantes como Google, Facebook o Amazon- y sobre transacciones financieras.
También prevé el departamento de María Jesús Montero desarrollar una nueva fiscalidad verde. En consonancia con la apuesta contra el cambio climático de las leyes ya presentadas y de los objetivos de la Agenda 2030, se quiere imponer la subida de los impuestos del diésel (para equipararlo con la gasolina) y el tributo ya planteado para plásticos de un solo uso.
Y finalmente, algo en lo que Cs sí que podría entrar. Si su planteamiento de "revisar las deducciones" tiene miras amplias, el Gobierno sí podría contar con Arrimadas para recortar los beneficios fiscales que hoy están activos. Y es que, a día de hoy, nuestro país deja de recaudar unos 31.800 millones por esta vía. Aunque ojo, 22.000 de ellos se pierden a través del impuestos sobre el valor añadido (IVA) y los Especiales. Y Hacienda hasta ahora se ha negado a atender las peticiones de Bruselas y del Banco de España para tocar el IVA... es decir, claro, subirlo.