La dirección de Vox no pondrá pegas a tomar un café y charlar con Esperanza Aguirre, improvisada "mediadora" entre ambos partidos. En una entrevista con TVE, deslizó que llamaría a Santiago Abascal para hablar de una posible "reunificación" de las organizaciones. Según ha contrastado este periódico, obtendrá un "sí" al encuentro, pero un "no" a la propuesta.
El razonamiento de Aguirre es el siguiente: tanto Vox como el PP son partidos "constitucionalistas" y de "centro derecha". Por tanto, "¿qué hacen separados?". Concibe que deben unir fuerzas para que "Pedro Sánchez no gobierne veinte años".
Sin embargo, Abascal -en auge a tenor de las últimas encuestas publicadas- no renuncia en su intento de sorpassar al Partido Popular. Y ese combate directo -discurre Aguirre- anula a la derecha como alternativa antes de cualquier convocatoria electoral.
Las fuentes de Vox consultadas por este diario insisten en que no pondrán reparos a la reunión con Aguirre, pero descartan de antemano cualquier negociación que pueda desdibujar su proyecto. "No somos una escisión del PP. Se equivocan", arguyen distintos dirigentes.
La expresidenta de la Comunidad de Madrid sostiene que el proyecto de Abascal -desde su líder hasta los votantes- está nutrido por quienes abandonaron la casa madre durante el mandato de Mariano Rajoy. "Eso es mentira, la participación crece sobremanera en muchos lugares desde que nos presentamos nosotros", rebaten desde Vox.
Pero el argumento no convence a Aguirre, que sigue hablando de un "PP dividido en tres". A lo largo de esa última entrevista con TVE, reiteró: "Rajoy dijo que los liberales y conservadores montaran su partido... y eso hicieron".
"Lo que tiene que unir Pablo Casado es el centro y la derecha. Más a la izquierda está Ciudadanos, nosotros en el centro y Vox a la derecha. Es así", abundó la que también fue ministra de Educación.
Es la segunda vez esta semana que el actual presidente del PP es presionado por exlíderes de su partido en lo que se refiere a la reunificación del espectro político. Antes que Aguirre fue Aznar.
El expresidente del Gobierno sintetizó: "Cuando yo me fui, dejé unido todo lo que estaba a la derecha de la izquierda". Y esa tesitura -concluyó- favorece "muy poco" a que Casado sea una "alternativa" para desbancar a Sánchez.
La moción de censura
La moción de censura de Vox siembra la duda en el seno del Partido Popular. Pablo Casado todavía no ha oficializado su voto. De momento, bascula entre el "no" y la abstención. El "sí" está descartado de todo punto.
"Antes de ese café, que se pongan de acuerdo entre ellos", reseña un dirigente de Vox armado de ironía. Se refiere a la divergencia que ha generado su moción entre históricos mandatarios de Génova.
Aznar se halla en el "no" rotundo, Cayetana Álvarez de Toledo apuesta por la abstención y Esperanza Aguirre se inclina por el "sí". "No hay gobierno más censurable en todo el mundo que el de Pedro Sánchez", explica.
En los próximos días, la recién aparecida "mediadora" testará en primera mano el proyecto de Santiago Abascal: un "no" a la unión con el PP y un "sí" a tratar de desbancar a Casado como principal fuerza conservadora.