Irene Montero no gana para polémicas desde que dirige el Ministerio de Igualdad. Tras ser refundado el 13 de enero de 2020, el Departamento del Gobierno ha sido más veces noticia por medidas controvertidas -en forma de leyes e informes- que por medidas encaminadas a cumplir su supuesta función de asegurar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
El último varapalo ha sido sonado: el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales ha tumbado un contrato público del Ministerio de Igualdad para cubrir los servicios del 016 por vulnerar el principio de igualdad de género.
Tal y como adelantó El Confidencial, los pliegos del contrato incurrían en una discriminación por razón de género, ya que se exigía al personal adscrito que fueran mujeres y no varones. Una distinción que, de todos modos, carecería de cualquier tipo de criterio objetivo si se implantase la Ley Trans -medida estrella de Irene Montero-, que permite cambiar de sexo en el Registro Civil alegando la "identidad sentida".
Pero llueve sobre mojado. En los diez meses que lleva al frente del Ministerio de Igualdad, Irene Montero ha sido reprobada por su negativa a reunirse con colectivos feministas críticos, por su aceptación de los postulados queer en sus documentos y leyes o por el oscurantismo en las contrataciones de sus asesores.
1. Asesores
El Ministerio que dirige Irene Montero cuenta con un total de 14 asesores (en su mayoría, mujeres) y dos altos cargos nombrados a dedo. Entre todos, cobran la friolera de 901.283,08 euros. Esto es, casi un millón de dinero público entre 15 personas.
Noelia Vera -secretaria de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género- y Amanda Meyer son algunos de los rostros más conocidos. De la mayoría de los asesores, sin embargo, no figura ni siquiera el nombre en el BOE. Tampoco el currículum.
Cuando el pasado mes de septiembre EL ESPAÑOL preguntó al Ministerio por la identidad y otros detalles de estos asesores, sus responsables evitaron aclarar dudas: "No tenemos la obligación de dar más detalles, ningún Ministerio los está dando y no vamos a facilitar más información". Para más inri, atribuyeron las pesquisas del periodista a "un nivel de acoso alucinante".
2. Ley Trans
La medida estrella de Irene Montero no ha dejado de generar polémicas, ya fuera por su contenido -acepta sin ambages los postulados ideológicos y acientíficos del feminismo queer- o por el modo en el que se ha impulsado -sin contar con la opinión de los colectivos feministas críticos-.
Esta ley recoge, entre otras propuestas, el derecho a la "autodeterminación de género". Esto es, que las personas podrán cambiar registralmente su sexo en el DNI a través de una mera "declaración de la propia identidad sentida".
Esto significa que cualquier persona -menores de 16 a 18 años incluidos- que manifieste una "identidad de género" que no coincida con su sexo biológico podrá rectificar sus datos en el Registro Civil sin que el ejercicio de este nuevo derecho esté condicionado a la previa prestación de un informe médico o psicológico. Además, la ley también plantea el derecho al acceso a intervenciones quirúrgicas y a tratamientos de hormonización sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa.
Estas medidas han sido criticadas por numerosas asociaciones feministas. Pero eso no parece importar a Irene Montero, que sigue empecinada en sacar adelante la Ley Trans sin contar con el consenso científico ni con el consenso feminista.
3. El color rosa "oprime"
El color rosa "oprime y reprime a las niñas". Así lo sostenía el Ministerio de Igualdad en un informe publicado el pasado mes de octubre que se titulaba "Publicidad y campañas navideñas de juguetes: ¿Promoción o ruptura de estereotipos y roles de género?".
El Instituto de la Mujer, ente que pertenece a Igualdad, veía sexismo en la publicidad de los juguetes navideños. Y es que el documento, de más de 200 páginas, cargaba contra la industria juguetera por el "abuso" de esa tonalidad en los juegos supuestamente dirigidos a las niñas.
Para más inri, el polémico informe costó 17.182 euros, según recogió la Plataforma de Contratación del Sector Público en una información que desveló VozPopuli.
4. Ley del aborto
Otra de las leyes que Irene Montero impulsa con mayor ahínco. La ministra de Igualdad quiere derogar la reforma de la ley de interrupción del embarazo de 2015 para permitir que las menores de entre 16 y 18 años puedan abortar sin consentimiento -ni conocimiento- paterno.
La derogación que plantea Unidas Podemos desde el seno del Gobierno nos devolvería a la ley de plazos -o Ley Aído, en referencia a la primera ministra de Igualdad- aprobada por el Gobierno de Zapatero en 2010 y que permitía a las niñas mayores de 15 años abortar a espaldas de sus padres.
Se trata de una medida controvertida que ya fue anulada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015. De hecho, esta modificación fue la única que salió adelante de la contrarreforma propuesta por Alberto Ruiz-Gallardón, y obligaba a las jóvenes a informar a sus padres sobre su intención de interrumpir el embarazo. Éstos debían, en última instancia, autorizar el aborto.
En conversación con EL ESPAÑOL, diversos psicólogos criticaron esta norma -en concreto su medida que permite a las menores abortar sin consentimiento paterno- porque "no parece razonable que se prive a los padres de participar en un proceso tan complejo para que den apoyo educativo y asesoramiento".
5. "Diversidad familiar"
El Ministerio de Igualdad confeccionó una guía destinada a los profesionales de la educación que ofrecía a los docentes una "caja de herramientas" para abordar la "diversidad sexual familiar, corporal y de expresión de identidad de género".
¿Cuáles eran esas herramientas que se facilitaban a los docentes? 44 actividades grupales entre las que se encontraban "el armario gay", la "sopa lésbica" y "la mochila de género".
El contenido de la guía, que constaba de 161 páginas, generó mucha polémica y fue criticado por numerosos colectivos feministas. En concreto, el detonante fue la "sopa lésbica": una sopa de letras tradicional que contaba con la particularidad de que las palabras a encontrar eran insultos para referirse a las mujeres lesbianas, tales como "desviada", "machorra", "bollera", "marimacho" o "camionera".
Además de censurar ese juego "lesbófobo", las feministas ortodoxas denunciaron que la guía estaba impregnada de contenido ideológico que nada tenía que ver con la LGTBIfobia y que asumía postulados de la teoría queer.
La guía aseguraba que "la diversidad de posibilidades de construcción de vínculos familiares es inabarcable": "familiares monoparentales, reconstituidas, interétnicas, adoptivas, tardías o intergeneracionales". Pero el texto recalca que estas son sólo "algunas de ellas" y que todas son "transitorias", poniendo como ejemplo que "una familia nuclear heterosexual puede devenir LGTBI+ porque alguno de sus miembros modifica su relación con el género o la sexualidad por tener hijxs que sean LGTBI+". Toda una enmienda a la totalidad al concepto tradicional de familia.
6. Teresa Rodríguez
Cuando Teresa Rodríguez fue expulsada de Adelante Andalucía durante su baja de maternidad, Irene Montero justificó la maniobra alegando que "la política no para". Las palabras de la ministra de Igualdad discrepaban con las de las asociaciones feministas, que piden que la maternidad debería ser un impás en la vida laboral de las mujeres.
Para más inri, Montero atacó a Rodríguez y calificó de "bochornoso" que la exdiputada de Adelante Andalucía se comparase con "una mujer trabajadora despedida", puesto que mantiene su sueldo de parlamentaria a pesar de la expulsión.
"Yo he tenido dos embarazos muy seguidos y siempre asumiendo responsabilidades políticas (...) La política no para mientras estamos de permiso", subrayó Montero en una entrevista concedida a RNE.
La respuesta de Teresa Rodríguez no tardó en llegar. "No me esperaba eso", admitió en su cuenta de Twitter. Y zanjó: "Tengo la tranquilidad de haber apoyado a Irene Montero siempre que la han atacado desde el Patriarcado y lo seguiré haciendo, no por ella sino por mí y por mis hijas y por las hijas de todas".
7. Adicciones
Entre la colección de informes polémicos y cargados de contenido ideológico se encuentra la guía sobre las mujeres y las adicciones que el Ministerio de Igualdad publicó el pasado mes de junio. En él, se afirmaba que la razón por la que las mujeres consumen alcohol, tabaco y drogas es porque están tratando de adoptar el "modelo masculino hegemónico".
De este modo, el documento "¿Adicciones para qué?" sostenía implícitamente que las adicciones son consustanciales al hombre.
"Para acceder al mundo masculino público y valorizado económicamente, algunas mujeres, en la esfera profesional, hemos asumido comportamientos asociados al modelo masculino hegemónico, normalizando el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias para poder estar en las mismas condiciones que ellos o para no perder oportunidades de negociación en la esfera pública (reuniones de trabajo en horarios tarde-noche, acuerdos en espacios informales "de copas")", se podía leer en el documento.
8. "Sola y borracha"
Antes del confinamiento, cuando aún el Gobierno de España no intuía la grave crisis sanitaria y económica que se derivaría del coronavirus, el Ministerio de Igualdad se encontraba impulsando la Ley de Libertad Sexual bajo el lema "sola y borracha quiero llegar a casa".
"Queremos que el grito feminista 'sola y borracha, quiero llegar a casa' se convierta en una realidad, para dejar de vivir con miedos", anunciaba el Ministerio en su cuenta oficial de Twitter, alegando que "los derechos de las mujeres nunca más se perderán en callejones".
La oposición cargó duramente contra tal alegato por considerar que fomentaba el "consumo abusivo del alcohol". "No lo decimos nosotros, lo dice la OMS y todos los organismos oficiales. Todos excepto el Ministerio de Irene Montero, que prefiere fomentar el consumo abusivo. ¿Qué opinará Alberto Garzón desde el Ministerio de Consumo?", preguntaba el Partido Popular desde su cuenta de Twitter.
El líder de Vox, Santiago Abascal, calificó el mensaje de Irene Montero de "cómico y aberrante": "¿Alguien puede explicarle a este gobierno que un Ministerio no es una fiesta de pijamas y que con el dinero de los españoles no se promueven mamarrachadas?".
Pero ésta fue sólo la primera de muchas polémicas que aún estaban por llegar...